Miguel Cane
Apenas a tiempo para las vacaciones infantiles, y sin tanto éxito como sus predecesoras, llega la cuarta parte de una saga, que ya desde la cinta anterior se sentía cansada y aquí termina por dar de sí, a casi diez años del estreno de la serie.
La trama de hecho se advierte ya bastante desesperada. Ahora casado y padre ostensiblemente feliz, Shrek ya no espanta a los aldeanos ahora firma autógrafos y extraña los días cuando se sentía un "ogro real". Valiéndose de esto, Shrek es embaucado a firmar un pacto con el irresistible negociador Rumpelstiltskin (algunos lo recordarán como el enano Barabay), mismo que le ofrece volver por un día a los viejos tiempos a cambio de un día cualquiera de su vida. El problema es que el día escogido por Rumpelstiltskin es el día en que Shrek nació (y por lo tanto crea un nuevo mundo donde Shrek no existe ni existió).
De pronto Shrek se encuentra en una retorcida versión alterna del país Muy Muy Lejano, donde los ogros han sido perseguidos hasta su casi total extinción y Fiona es la lider del grupo caza-ogros, Rumpelstiltskin es el rey con un ejérctio de brujas a sus órdenes, el Burro nunca ha conocido a Shrek y le tiene miedo, el Gato con Botas es obeso y perezoso, Shrek y Fiona no se conocen (y Fiona no lo ama) y Lord Farquaad sigue vivo. Ahora, está en las manos de Shrek deshacer todo lo que hizo con la esperanza de salvar a sus amigos, restaurar su mundo y recuperar a su único y verdadero amor. Naturalmente, ustedes saben tan bien como cualquiera cómo terminará todo esto y es natural que lleve un obligatorio final feliz.
El problema básicamente, es que adolesce del mismo problema de todas las secuelas, y más aún si contamos con el hecho de que partía de una trama muy endeble: no tiene hacia donde ir.
Los gags son simpáticos, las multireferencias a otras películas y cuentos infantiles siguen ahí, pero ya saben a pan con lo mismo. Técnicamente no tiene problemas, es animación de primera línea (si bien carece del detalle y cuidado de Pixar) pero también se siente como un pretexto para lanzar líneas de juguetes y golosinas. No hay alma, no hay alegría, no hay magia ni socarronería en esta secuela innecesaria que, esperamos, sea ya la última de las aventuras del ogro verde de Dreamworks.
Shrek Forever After/ Shrek Felices Para Siempre
Con Mike Myers, Eddie Murphy, John Lithgow, Cameron Diaz, Justin Timberlake, Antonio Banderas y Julie Andrews
Dirige: Mike Mitchell
Estados Unidos 2010