Miguel Cane
Tiene 30 años cumplidos y desde hace diez, es una estrella. Capturó al público con sus ojos tristes y su sonrisa extraña en Donnie Darko. Y saltó a la celebridad internacional con dos importantes filmes: Jarhead, un drama sobre la Guerra del Golfo, dirigida por Sam Mendes (American Beauty), y Brokeback Mountain, la historia de amor entre vaqueros de Ang Lee, que junto con el extinto Heath Ledger, lo catapultó a las ceremonias de premios más notables. Desde entonces, no ha dejado de trabajar; y esta temporada encabeza los repartos de dos filmes de mucho interés: Príncipe de Persia y el drama Entre Hermanos (Brothers) dirigido por el nominado al Oscar James Sheridan, director de filmes como En el nombre del padre, Tierra de sueños y El Boxeador.
¿Cómo has ido desde Donnie Darko, hasta este punto en tu carrera?
Decidí que me guiaría por mis instintos, que elegiría las historias que no se hubieran visto antes. Y comprometerme con ellas. ¡Así fue como me encontré desnudo en medio del desierto en Jarhead! Si lo calculo, no me sale bien. La verdad es que no sé cómo sucedió. Mi papá es director y mi madre es guionista; los he visto tomar sus decisiones. A mi hermana también. Ella sólo obedece a su instinto. Es una especie de Patti Smith. Siempre dice: “¿Te gusta este proyecto?” Si la respuesta es que sí, entonces lo hago.
¿Dirías que Brothers, es un filme de guerra?
Creo que lo que es interesante de la película, es que es que habla sobre lo que la guerra le hace a la gente que se queda en casa, mientras otros van a combatir. Muestra las consecuencias para las familias de circunstancias como esa. Jim lo filmó todo como si fuera un poema cinematográfico. Presenta ambigüedades y no da respuestas. La gente en Estados Unidos va al cine para ver a un líder, busca un mensaje… pero la pelicula no busca juzgar a nadie. Solo capturar las circunstancias y mostrarlas tal como son. Sin embellecer lo doloroso que puede ser.
¿Cómo fue que te ofrecieron el rol de Tommy Cahill, el hermano incómodo?
Todavía no lo sé. Me gustó mucho, por que no es la clase de proyecto que usualmente me ofrecen, ¿sabes? Mi agente no estaba muy convencido, pero yo sí quise ser parte de la película desde que leí el libreto de David Benioff. Yo sabía que era el remake de una cinta danesa y no tenía ningún inconveniente, no me importaba. Jim me llamó y hablamos del papel de Tommy, que es completamente opuesto a Sam, el “buen hijo”. El confió en mí, me quería para su película y yo estuve encantado por participar.
¿Cómo te sentiste de trabajar con Tobey Maguire y Natalie Portman?
No sólo son dos actores increíbles. Tanto Tobey como Nat son personas increíbles. Ambos son sumamente profesionales. Tobey es un tipo generoso, y creo que me ayudó muchísimo. Sin él, no creo que hubiera podido interpretar a mi personaje como lo hice. Además, con Natalie nos divertíamos mucho. Ella es una mujer sensacional, muy inteligente y con una sensibilidad increíble. El personaje de Grace es muy difícil, está en una disyuntiva terrible, y Natalie maneja de manera extraordinaria todos los registros. De verdad, ellos han sido dos de mis compañeros preferidos en un rodaje.
Esta película, pese a su temática violenta, es también una exploración muy emotiva de los personajes, ¿Cómo logras el balance adecuado de esto?
Una buena parte de esto está en el guión, pero también creo que así suelen ser las cosas en la vida: nada es en blanco y negro. En el caso de Tommy, creo que es un personaje que se involucra en este tipo de situaciones por su desesperación, su total inconformidad. De ahí salen cosas tremendamente cómicas y trágicas a la vez. Está tratando de enmendarse y cuando ve a Grace, su cuñada, tan desesperada y sola, trata de ayudarla lo mejor que puede, aún si es la mujer de su hermano. Eso pasa a segundo término en un momento dado: todos hemos estado alguna vez desesperadamente enamorados. Este es el caso. Tommy no se conforma, aún si se ve obligado a hacer lo que considera correcto.
¿Te consideras también una persona que no se conforma? ¿Eres rebelde?
En cierta forma, sí. Mira, a mí la fama es un juego que no me importa. No me siento estrella, el dinero ayuda, pero no es lo único que me importa. Lo que yo quiero es mantener la pasión por la actuación. Es lo que te decía antes: yo soy de una manera y los personajes, de otra, pero la gente entra al cine con prejuicios por lo que ha leído u oído en tal o cual parte. Parece increíble que ahora pesa más la vida personal de un actor, con quién se acuesta, si bebe o no, que su trabajo, la gente consume información basura sin saciarse nunca, cada vez hay menos límites y mucha cae en el jueguito de la fama, pero a mí me da lo mismo lo que se escriba de mí. No leo revistas de chismes.
De cualquier modo, tienes un currículum envidiable para cualquier actor: has trabajado con Ang Lee, con Sam Mendes, con Sheridan…todos ellos son verdaderas leyendas.
Sí. No puedo negar que tengo, que he tenido mucha suerte. Por eso te digo, es mejor para mí tomar las cosas que siento que debo o que quiero hacer, que tomar un proyecto que me va a dar muchas ganancias, pero que me va a hacer sentir mal cuando me despierte en la mañana, después de haberlo filmado. A eso me referia con seguir mi instinto ¿Me explico? No se trata de ser famoso, o de ser rico. Eso me da igual. Lo que yo quiero es actuar y de cada director he aprendido algo. Algo mucho más valioso que la publicidad.
¿Tienes algún actor favorito, algún modelo a emular?
Dustin Hoffman me parece un actor increible, y no lo digo porque haya trabajado con él, si no por su enorme generosidad. Me gustan ambién Gene Hackman, Robert DeNiro, Marlon Brando, Paul Newman. Son todos grandes actores. Y actrices como Susan Sarandon, Debra Winger, Nicole Kidman, Jodie Foster. Gente que te deja con algo de ellos cuando termina la película.
Tu carrera ha sido meteórica, en los primeros diez años. De aquí a diez años, ¿cómo te imaginas el futuro?
Qué optimista eres, amigo. Para serte sincero, yo espero estar dedicándome a esto todavía en diez años...(se ríe) Me imagino que tal vez sea un actor de carácter. Ya sabes, como Tim Roth. Como Dustin Hoffman. No me interesa para nada ser una estrella, así que si puedo seguir trabajando y divirtiéndome con lo que hago, estaré bien. Y si no, hay muchas cosas que puedo hacer para ganarme la vida. Tengo una familia, tengo suficiente dinero ahora para vivir bien y ayudar a los míos. Si la fama se acaba, está bien. Incluso, a veces creo que será mejor. Entonces podré dedicarme a mi trabajo sin pensar que a la vuelta de la esquina está esperándome un paparazzi. Eso me parece genial.