13 jun 2010

Asilo / Asylum, de David MacKenzie

Miguel Cane

Marton Csokas and Natasha Richardson in Paramount Classics' Asylum



Agoniza el verano de 1962 y la familia Raphael se traslada de Londres a las instalaciones de un antiguo hospital psiquiátrico ubicado en la campiña [aunque nunca se le menciona por nombre, ostensiblemente está inspirado por el sanatorio mental de Broadsmoor, donde el autor de la novela original vivió de niño, al ser hijo del director].

Stella, la esposa (una luminosa Natasha Richardson) es una mujer moderna, inteligente y sofisticada, que adora a su hijo de ocho años, Charlie (Gus Lewis, quien interpretó a Bruce Wayne de niño en Batman Begins), y lleva lo que a todas luces es un matrimonio convencional con Max (Hugh Bonneville), cuya benevolencia de carácter ha sido asfixiada – uno supone- por un barniz de pedantería cultivado por años y estimulado por su distanciamiento emocional del mundo por razones profesionales. Max tiene un puesto importante en el hospital y esto despierta la envidia de Peter Cleave (Ian McKellen), uno de los psiquiatras, poseedor de una mente brillante y, como se verá después, hasta maquiavélica.

Paramount Classics' Asylum


Cleave es, tal y como McKellen le da vida, dotándolo incluso de una discreta ambigüedad sexual, una figura importante en los acontecimientos que se suceden toda vez los Raphael se mudan a su nuevo hogar; es observador y titiritero supremo, por así decirlo, de lo que ocurrirá cuando Stella, frustrada por la aparente placidez de la vida suburbana en el asilo, algo que las demás esposas del personal parecen adoptar con fervor para no pensar en las almas y mentes perdidas detrás de los muros de piedra, conozca a Edgar Stark (el actor anglo-húngaro Marton Csokas), un escultor que se encuentra recluido por asesinar a su mujer en un arrebato de celos.

Natasha Richardson in Paramount Classics' Asylum


Pero no sólo la mató; también la decapitó y profanó su cadáver. Stark es un hombre sumamente carismático y seductor, la atracción entre ambos es incendiaria y pronto se suscita una relación subrepticia y altamente sexual: sus cuerpos se amoldan perfectamente y ante la pasión que despierta en ella, Stella se olvida del escarchado afecto mecánico de su marido; naturalmente, las consecuencias del affair, que afectarán de manera irreversible a todos los involucrados, incluyendo a su promotor.

Basada en una novela de Patrick McGrath (autor de Spider, de David Cronenberg) y con un incisivo guión a cargo de Patrick Marber (creador de los espinosos y memorables diálogos en Closer), la cinta conjuga elementos de diversos géneros fílmicos y literarios para establecer sus efectivas y ricas atmósferas, así, por turnos, Asilo es un melodrama gótico – en la tradición establecida por Daphne DuMaurier-, un thriller erótico, un cuento de suspenso (incluso hay referencias a obras de Hitchcock y Polanski – Vértigo y Repulsión) y también una devastadora tragedia.

Natasha Richardson and Marton Csokas in Paramount Classics' Asylum


El joven cineasta escocés David Mackenzie, presenta lo que resulta su cinta más accesible y si bien hacia el desenlace – que impacta- el ritmo de la película zigzaguea un poco, su elenco aporta actuaciones de primera línea, y hace de los personajes que podrían sucumbir al sensacionalismo, seres patéticos que asumen su ominoso destino con ardor; McKellen se divierte como un manipulador hipócrita, Bonneville es efectivo como el témpano de hielo al que se le rompe el corazón, la actriz teatral Judy Parfitt brilla en su participación [casi un cameo] como la madre de Max, una vieja pedante y cruel, aunque la verdadera estrella es Natasha Richardson en un rol difícil e interesante – en un mundo de fantasía donde la mujer sensual y atractiva cercana a los cuarenta parece ser una especie en extinción-; y es que lo que se hereda no se hurta: es primogénita de la legendaria Vanessa Redgrave y su interpretación denota que en su código genético hay una larga sucesión de figuras dramáticas a las que Stella Raphael, con su collar de perlas al principio y después con su mirada desesperada y vidriosa, pertenece.

La mayor recompensa de esta cinta es verla actuar al lado de McKellen, ambos despojándose poco a poco de artificios para dejar a la vista su melancolía y angustia, que con luz fría ilumina las desoladas locaciones de esta historia donde, a manera de un cuento de hadas fracturado, -- y esto lo intuye el espectador desde un principio- no habrá final feliz.

Asilo/Asylum
Con Natasha Richardson, Ian McKellen, Hugh Bonneville, Marton Czokas y Judy Parfitt
Guión: Patrick Marber, sobre la novela de Patrick McGrath
Música: Marc Cantina Dirección: David Mackenzie
Gran Bretaña 2005

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