6 ago 2010

El Silencio de Lorna/Le Silence de Lorna, de Jean-Pierre y Luc Dardenne

Los sueños de jovencita

Miguel Cane



Dentro del panorama de la industria cinematográfica actual, alrededor del mundo, son muchos más los directores que se esmeran por filmar películas fáciles de distribuir a nivel internacional, que los que se arriesgan a mostrar el aspecto más sórdido de la realidad que vive el planeta.




Mientras el cine industrial alemán, italiano, español, inglés o francés con aspiraciones estéticas busca plasmar historias de fácil consumo – no hablemos de Hollywood, que es una realidad autónoma en sí mismo-, algunos pocos realizadores se atreven a abordar problemas urgentes y reales como la alienación, la falta de oportunidades para los jóvenes, la inmigración de los países pobres, la discriminación en las grandes ciudades. Dentro de este último grupo se encuentran a los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne, nacidos en Bélgica, que, pese a no ser tan conocidos como otros directores a nivel popular, tienen el notable récord de haber ganado dos veces la Palma de Oro del Festival de Cannes, con sus películas Rosetta (1999) y El hijo (2005). En 2008 volvieron a ganar, esta vez el premio al Mejor Guión por su película El silencio de Lorna, que tras dos años de espera, por fin llega a las pantallas mexicanas, para hacer la lucha en el famélico circuito de “cine de arte” y luchar contra ese monstruo sagrado de labios acojinados llamado Angelina Jolie.




En esta cinta somos partícipes de la historia de Lorna (la hermosa yugoslava Arta Dobroshi), una joven albanesa que vive en Bélgica, que sueña con un día abrir una fuente de sodas junto a su novio. Pero para alcanzar su sueño tiene que pactar con la mafia, que le arregla un matrimonio de conveniencia con un drogadicto empedernido para así tener la ciudadanía belga y casarse después con un ruso. Los problemas vienen con el asunto de la disolución del primer matrimonio... Los Dardenne plantean aquí su preocupación por la inmigración y la marginalidad, de forma tan cruda y contundente como lo hicieron en La promesa (1996).

El truculento, dificil e inspirador viaje de Lorna hacia ese sueño que acariciaba y que no es lo que parece, llevándola a una irrevocable transformación es el hilo conductor emocional de esta historia de supervivencia. La relación de Lorna con Claudy (Jeremie Renier), su “marido”, va mutando hasta que ella se involucra con su drama y se despoja de la armadura con la que se ha cubierto para poder alcanzar su sueño. Esa lucha interior, que la sitúa en una batalla constante de ella sola contra el mundo, la enfrenta a un dilema cuando descubre que está embarazada, y que conservar al bebé sería desafiar a la mafia: Lorna encuentra en ese hijo una razón para vivir que la conmueve y le devuelve su humanidad perdida.




El resultado, desde luego, no será complaciente, ni siquiera bonito, pero el espectador estará tan involucrado, que no podrá despegar los ojos de la pantalla. Muchas veces este tipo de cine, sin adornos, sin impactantes escenas de acción, sin superestrellas ni melodrama, es necesario, aunque sólo sea para contrastar, para poder encontrar otra faceta de la naturaleza humana y los Dardenne lo hacen de una manera conmovedora, fiel a la verdad y sobre todo, memorable. Esta es una gran película, que ustedes deberían aprovechar el privilegio de ver. Peliculas de Hollywood hay cada semana en miles de salas. Cintas como éstas hay que buscarlas. Pero de verdad, créalo, se sentirá mucho más satisfecho después de ver esto, que después de pasar dos horas y pico tratando de saber quién quiere ver muerta a la Agente Salt, que, tratándose de Angelina Jolie, evidentemente sale indemne. Usted sabe a lo que va al cine. La decisión queda en cada espectador.

El Silencio de Lorna/Le Silence de Lorna
Con: Arta Dobroshi, Fabrizio Rongione, Alban Ukaj, Morgan Marinne y Olivier Gourmet
Dirigen: Jean-Pierre y Luc Dardenne
Bélgica/Alemania/Italia/Francia 2008

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