Con su primera película, Los Dueños de la Calle (1991) John Singleton dio muestras de una promesa que no ha cristalizado del todo. Tras algunas películas interesantes como Justicia Poética (con Janet Jackson), Higher Learning y Rosewood a partir del 2000 sucumbió a las convenciones de Hollywood y se ha dedicado a proyectos más “comerciales” (como la infame secuela de Rápido y Furioso, que muchos consideran su peor trabajo). El que hoy nos ocupa, parece un intento de volver a sus orígenes, pero se queda muy corto. Cuatro hermanos cuenta la historia de Evelyn Mercer (la siempre espléndida actriz irlandesa Fionnula Flanagan, que uno espera haya recibido una buena paga por esto), noble mujer que adopta a cuatro niños de distintas razas y los cría en un barrio bravo de Detroit.
Cuando crecen, los “hermanos”: Bobby (Mark Wahlberg), Angel (Tyrese Gibson), Jeremiah (André Benjamin) y Jack (Garrett Hedlund) son separados por los “caminos de la vida” – uno va a dar a la cárcel, otro anda en malas compañías, otro forma una familia y así- y vuelven a reunirse cuando su mamá es brutalmente asesinada (en una escena cuya violencia se antoja hasta gratuita, pero el chiste es manipular al espectador: es como si hubieran vaciado seis plomazos sobre Sara García y encima, le escupieran a la cara). Como es natural, deciden vengarla, y este es el pretexto para que enfrenten a una variopinta galería de musarañas que quieren acabar con ellos.
Este es precisamente uno de los muchos problemas del guión que cae en reiteraciones que sólo vuelven tedioso el filme (uno entiende que los villanos son malos ¿cuántas veces hace falta que lo repitan?) que se regodea en una atmósfera melodramática con tintes de sordidez que raya en lo exagerado – por momentos, parece una versión hiperviolenta de la telenovela de las ocho-, con realmente escasa acción efectiva. Singleton hace un buen trabajo en la creación de sus personajes; al principio acaso los delinea como en un Western de Sam Peckinpah y esto al principio sirve para meter al espectador en su conflicto, sin embargo, tan buen trabajo se bambolea ante a una historia que pierde sentido ante una falta de de calor emocional y por su crueldad repelente y excesiva.
El elenco funciona hasta cierto punto; Mark Wahlberg es apoyado por el resto del reparto (que incluye a la bomba sexy colombiana Sofía Vergara, como un simplón estereotipo latino), aún si los resultados son de compromiso. La fotografía de Peter Menzies, Jr. (que tiene experiencia en captar escenas urbanas) es impecable y uno de los modestos aciertos de esta película que se queda a medias, con la necesidad de un guión menos manipulador y predecible y carente de los elementos que, a las cintas a las que parece tener como inspiración (épicos del oeste y clásicos del Film Noir), les dieron trascendencia, dejando a esta sólo como un mal rato y un tropezón en la carrera de un director que era notable.
Cuatro hermanos/Four Brothers
Dirige: John Singleton. Guión: Paul Lovett y David Elliott. Música: David Arnold
Con: Mark Wahlberg, Tyrese Gibson, André Benjamin, Garrett Hedlund, Sofía Vergara y Fionnula Flanagan. (Estados Unidos, 2005)