Chatarra en Tercera Dimensión
Miguel Cane
Hubo un tiempo, hace unos quince años, en que Milla Jovovich era un personaje fascinante, interesante, con futuro. Su participación en El Quinto Elemento, de Luc Besson, tenía la mezcla ideal de belleza, enigma y encanto. Eventualmente, caería en la trampa de la vanidad, que se come a muchos actores y actrices en Hollywood, y terminaría en la serie Z, haciendo cine basura de alto presupuesto, basada en video juegos. La promesa de su misterioso carisma completamente desperdiciada (un caso similar al de Nastassja Kinski, que en Tess – de Polanski-, Cat People – de Schrader- y Paris, Texas – de Wenders- dio lo mejor de sí, pero acabó haciendo “trabajos alimenticios”). Así, ha encontrado su nicho en la serie Resident Evil, basada en el popular videojuego de fines de los 90 y dirigida por su hoy marido, Paul W.S. Anderson (que tuvo una sola película interesante Event Horizon, y de ahí en fuera sólo ha realizado basura) y ahora se presenta la cuarta cinta de la serie, que comienza poco después del final de la tercera entrega.
Hubo un tiempo, hace unos quince años, en que Milla Jovovich era un personaje fascinante, interesante, con futuro. Su participación en El Quinto Elemento, de Luc Besson, tenía la mezcla ideal de belleza, enigma y encanto. Eventualmente, caería en la trampa de la vanidad, que se come a muchos actores y actrices en Hollywood, y terminaría en la serie Z, haciendo cine basura de alto presupuesto, basada en video juegos. La promesa de su misterioso carisma completamente desperdiciada (un caso similar al de Nastassja Kinski, que en Tess – de Polanski-, Cat People – de Schrader- y Paris, Texas – de Wenders- dio lo mejor de sí, pero acabó haciendo “trabajos alimenticios”). Así, ha encontrado su nicho en la serie Resident Evil, basada en el popular videojuego de fines de los 90 y dirigida por su hoy marido, Paul W.S. Anderson (que tuvo una sola película interesante Event Horizon, y de ahí en fuera sólo ha realizado basura) y ahora se presenta la cuarta cinta de la serie, que comienza poco después del final de la tercera entrega.
Desde los eventos ocurridos en Resident Evil: La extinción, Alice ha viajado alrededor del mundo buscando cualquier superviviente. Además de enfrentarse cara a cara contra su némesis Albert Wesker, por primera vez en toda la serie. Tan pronto entra en la desierta ciudad de Los Angeles, tiene un encuentro con una instalación de la siniestra y omnipotente corporación Umbrella, rodeada de zombies. A partir de ese momento Alice se vera en la obligación de trabajar en equipo con un grupo de supervivientes ocultos en Los Angeles desde el inicio de la pandemia del Virus-T y con un grupo de ex-convictos, entre ellos el hermano de su ex colega Clare Redfield, y así conseguir sobrevivir ante el apocalipsis zombie que ha arrasado con el mundo.
Ahí lo tiene. Ya le ahorramos hora y media de efectos mediocres, violencia gratuita, trama inverosímil y actuaciones acartonadas con una dirección incoherente. Quizá lo que ahora le llamará la atención es que la pelicula cuenta con los muy-de-moda efectos de 3D, para apantallar al público, pero de ahi en fuera, es más de lo mismo: pastiche de las cintas de zombies de George A. Romero, tratando de tener la clase que al tema le imprimió Danny Boyle en Exterminio. La cinta se pretende emocionante, pero falla en mantener el ritmo; por lo demás, los personajes no inspiran empatía y los zombies que podrían impactar, ya no lo hacen. En suma, ya se sabe: pan con lo mismo.
Sólo recomendable para los fans del video juego o de este tipo de película que no exije concentración, el espctador casual que se acerque sin saber a lo que va, se le alterarán los nervios del aburrimiento y desperdicio hecho de su tiempo. Chatarra inexcusable que se mantendrá en cartelera, privando a cualquier cinta independiente de una sala y pantalla, pero ¿qué le va hacer? Donde manda distribuidor grande, no manda cinéfilo.
Resident Evil: Resurrección/Resident Evil: Afterlife
Con Milla Jovovich, Ali Larter, Wentworth Miller, Kim Coates, Spencer Locke, Boris Kodjoe y Shawn Roberts.
Dirige: Paul WS Anderson
Estados Unidos, 2010