El 14 de noviembre de 1959, en Holcomb, un poblado granjero de Kansas –“allá afuera” le dicen los lugareños- la familia de Herb Clutter (padre, madre, dos hijos adolescentes) fue bestialmente asesinada por dos ex convictos sin oficio ni beneficio, Dick Hickock y Perry Smith.
El impactante relato de cómo éste crimen llegó a suceder es presentado de manera innovadora en A Sangre Fría, clásico de Truman Capote, que vino a revolucionar los géneros de la literatura y el reportaje, al convertir a éste último en una forma de narrativa.
El libro es una lectura fascinante, no menos que la historia detrás de él y en la cinta de Bennet Miller, el espectador tiene el raro privilegio de poder asomarse no sólo al origen del libro, también a una de las más impresionantes actuaciones capturadas en celuloide en tiempo reciente.
Truman Capote era, en sus propias palabras, un genio y no hay manera de refutarlo: no habrá sido una persona ejemplar – de hecho y tal como lo demuestra la biografía de Gerald Clark sobre él, misma en que el también actor Dan Futterman basó su estupendo y muy bien estructurado guión, Capote no se esforzaba por ocultar los peores aspectos de su personalidad ególatra-, pero era una persona sumamente perceptiva y con una intuición casi preternatural para encontrar historias qué contar: es así como se interesa en el caso Clutter al leer en el periódico acerca del crimen y decide darle seguimiento, acercarse a ver qué sucede y de este modo, al principio involuntariamente, se convierte en partícipe de las consecuencias.
En compañía de su amiga de la infancia y también escritora reconocida por mérito propio, Nelle Harper Lee (aquí encarnada por la siempre excelente Catherine Keener), Capote se traslada a Holcomb y es testigo de la resolución del misterio a manos del comisario Alvin Dewey (Chris Cooper) quien al principio ve con suspicacia la forma de ser tan estrambótica de Truman – que era capaz de desbaratar a una persona con dos o tres comentarios sagaces salpicados de vitriólico sarcasmo, cosa que lo convirtió primero en el consentido y después en el objeto de escarnio du jour del implacable jet set de su época-, pero que termina aceptándolo.
En el transcurso de la captura, proceso, juicio y posterior ejecución [es del dominio público que ambos homicidas fueron llevados a la horca en 1965] de estos criminales se establece un nexo peculiar entre ellos y Capote, más especialmente entre él y Perry Smith (interpretado por Clifton Collins), en quien el autor asegura haber encontrado un reflejo – si bien oscuro y distorsionado- de sí mismo, con antecedentes similares de infancia, así como una posible (tal y como lo señala el compañero de Truman, el también escritor Jack Dunphy – Bruce Greenwood-) atracción platónico/sexual hacia el personaje, lo que resultaría en un acercamiento de Truman (asomo del que nunca volvió del todo) a un abismo de horror humano, que consume y destruye.
Si bien la cinta está cimentada, como el libro, en un gran número de puntos de vista, el peso central recae en Philip Seymour Hoffman como Capote. No se trata de sólo un trabajo de caracterización (en realidad, ni siquiera se parecen el uno al otro) ni mucho menos de imitación: Hoffman se transforma en Capote. Suena como él, camina como él, tiene los mismos ademanes. Es él. Por lo mismo, su trabajo – mismo por el que con toda justificación obtuvo una nominación al Oscar- es impecable y resulta inclusive hipnótico, irresistible.
Poco hay más que decir de Capote, excepto que es una muestra notable de lo que ocurre cuando se conjugan adecuadamente todos los elementos necesarios: una historia atractiva y avasalladora, actuaciones de primera, un guión logrado con estupendos diálogos, un actor principal que hace del personaje titular una auténtica creación y finalmente, un trabajo de dirección respetuoso que resulta en una cinta magistral, y tan memorable como el linaje literario que la precede.
Capote/Capote
Con Philip Seymour Hoffman, Catherine Keener, Clifton Collins Jr., Bruce Greenwood y Chris Cooper.
Dirige: Bennett Miller
Distribuye: Columbia Tri-Star
Estados Unidos, 2005