23 oct 2010

Dear Wendy / Calles peligrosas, de Thomas Vinterberg

Miguel Cane





El director danés Thomas Vinterberg uno de los responsables, junto con Lars Von Trier del surgimiento y auge del movimiento Dogma 95 y de la cinta Festen (La Celebración), misma que fuera un controvertido exitazo inesperado hace varios años, regresa a las pantallas locales – naturalmente, confinada al muy decaído circuito del cine de arte- con una cinta bastante sui géneris, con guión de Von Trier y un enfoque sobre la vivisección de las condiciones morales y sociales de la sociedad estadounidense mismas que parecen obsesionar al cineasta, como punto de referencia en su obra reciente.




La historia gira en torno a Dick Dandelion (Jamie Bell, Billy Elliot) un joven apático y solitario que habita en Estherslope, una pequeña ciudad minera de Estados Unidos (no muy diferente de, uno supone, Dogville – aunque las locaciones son alemanas, por cierto) encuentra por casualidad una pistola de juguete que una vez modificada se convierte en un arma real que transforma su vida y la de un grupo de vagos adolescentes tan desorientados como y con los que forma un club secreto (los Dandies) dedicado a la adoración de las armas de fuego.

Este club parece funcionar como una suerte de representación simbólica de los Estados Unidos, y es a partir de esta metáfora, que se desarrolla tanto a nivel colectivo como individual, que el espectador se sumerge en el mundo de las calles peligrosas que al principio no se advierten bajo el aspecto del pueblo pacífico y casi aletargado por la rutina.


Bill Paxton and Jamie Bell in Wellspring Media's Dear Wendy


En grupo, los Dandies se autodefinen como "pacifistas armados" a quienes les basta con la posesión de sus armas y la posibilidad de recurrir a ellas en cualquier momento para poder imponer su poderío en el pueblo – que los menosprecia más que temerles- en cuanto lo deseen. A nivel personal, cada uno descubre una gradual transformación en sus vidas a partir de la seguridad que les ofrece el hecho de poseer una pistola a la que además personalizan dándole nombres propios.

Este cambio se deja ver en muchos aspectos: el social, el económico e incluso el sexual – tras obtener su arma, uno de los miembros del club consigue perder su virginidad y Susan (Alison Pill), la única chica del grupo, se transforma en una joven voluptuosa). El guión de Von Trier es lo bastante sugerente como para captar el interés y el inteligente desarrollo que del mismo hace Vinterberg contribuye a conseguir una película inquietante, retadora, que se presenta como un trabajo convencional y sin embargo resulta ser la antítesis de ese género tan manoseado (literalmente): la película de adolescentes.


Jamie Bell (center) in Wellspring Media's Dear Wendy


Calles peligrosas se antoja como una mirada post-moderna a los territorios originalmente explorados por Nicholas Ray hace medio siglo en Rebelde sin causa, por lo que se demuestra que los conflictos por incomunicación y descuido, están patentes aún hoy.

Con un vívido trabajo de cámara de Anthony Dod Mantle (el otro elemento infaltable en el establo Von Trier, director de Manderlay), esta cinta es una reflexión sobre un mundo posible donde a falta de amor real, un chiquillo es capaz de enamorarse de un arma de fuego.

Obviamente, este es un trabajo que no le gustará a todo mundo – las opiniones sobre él han sido polarizadas- pero sin duda y tan sólo por la factura que le precede, debe ser visto mientras se pueda.


Chris Owen in Wellspring Media's Dear Wendy


Dear Wendy/Calles peligrosas
Con: Bill Pullman, Jamie Bell, Michael Angarano y Alison Pill
Dirige: Thomas Vinterberg
Dinamarca/Alemania/Reino Unido - 2005


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