Miguel Cane
¡Qué lejos están ya aquellos años en que Meg Ryan era la reina absoluta de la comedia romántica!... y en cierto sentido, tal vez esto sea lo mejor que le pudo ocurrir a la actriz.
Después de dos décadas atrapadas en roles de chica buena, la Ryan ahora tiene que empezar a encarar roles de mujer de su edad y cambiar de giro.
No es fácil – este es el territorio que transitaron con gracia Meryl Streep, Susan Sarandon, Jane Fonda y Glenn Close, pero donde se perdieron sin remedio Melanie Griffith, Kim Basinger o Rosanna Arquette (entre decenas de actrices) – y sus intentos anteriores por tratar de romper el molde no tuvieron la acogida que le habría gustado (En Carne Viva es una cinta muy interesante y atrevida, pero la gente no le perdonó el destape); ahora, después del atroz remake de Las Mujeres de Cukor – que casi le costó la carrera de lo mala que fue-, se la juega con una carta más seria, Serious Moonlight (presentada en México engañosamente como una comedia romántica con el bobo título de Una pareja de tres) cinta de corte más independiente, alejada de los temas convencionales del género que le dio fama en la que interpreta a Louise, una abogada corporativa de Manhattan, que – naturalmente- ha antepuesto su carrera y desarrollo profesional a su vida marital y que llega a casa después de un viaje de negocios, dispuesta a por fin relajar su estresante ritmo de vida, y por primera vez en meses, tener sexo con su marido, Ian. Nada más llegar, éste (interpretado por el ex-prodigio adolescente Timothy Hutton, que inexplicablmente ha visto su popularidad bajar y apenas inicia una suerte de “retorno”) le anuncia que la deja por Sarah, una mujer más joven que está de visita en la casa que comparten (la guapa y joven Kristen Bell).
Una cosa lleva a la otra y el marido de Louise acaba siendo virtualmente secuestrado por su esposa con la idea de poder establecer, aunque sea por la fuerza, una línea de comunicación. El plan perfecto se complica cuando unos crminales entran en la casa dispuestos a secuestrar también a Louise y a la amante de su marido, lo que desemboca en una situación que oscila por turnos en lo absurdo, lo surrealista, lo patético, lo espeluznante y lo tragicómico, cosas que uno no esperaria ver en una película de Meg Ryan, pero que sí encajan con la obra de Adrienne Shelly, la malograda directora y guionista que creó Waitress, una de las cintas más interesantes de Sundance 2007 y que fuera asesinada en Nueva York por un ladrón que entró a su oficina (algo irónico y profético si se toma en cuenta la trama de esta cinta); Serious Moonlight estaba en pre-producción como su siguiente proyecto a dirigir cuando Shelly murió y la labor fue completada por su colega, la debutante Cheryl Hines, lo cuál tal vez sea el motivo de que la película a veces tambalee, pese al calibre de los actores (Hutton está tan bien como en Gente como uno, que le valió un Oscar en 1981) o lo anticonvencional del guión; el resultado es ecléctico, mas no por ello menos interesante: la dinámica del matrimonio en crisis y de la mujer profesionista que es “castigada” por serlo y “preterizar” su rol como ama de casa, es un trasfondo que se satiriza con mucho humor negro y una compasión poco usual para este tipo de personajes, que suelen ser de dos dimensiones y aquí se dejan ver como seres humanos neuróticos y desesperados, pero humanos al fin y al cabo. ¿Vale la pena darle la oportunidad a Meg Ryan de acabar de sacudirse las briznas de su carrera de damita joven y dejarla convertirse en actriz de carácter? Es posible que sí. Al menos, en este intento, ni ella ni el reparto decepcionan y que haga el esfuerzo por romper el molde, ya es de agradecer.
Una pareja de tres/Serious moonlight
Con Meg Ryan, Kristen Bell, Justin Long y Timothy Hutton
Dirige: Cheryl Hines
Estados Unidos 2009