Poesía en movimiento
Miguel Cane
Estrenándose apenas esta semana en pantallas mexicanas con el poco afortunado titulo de El Amor de mi vida, Bright Star es la más reciente película de Jane Campion, la cineasta neozelandesa que con cada una de sus cintas explora nuevos aspectos de la naturaleza femenina con sensibilidad pero con firmeza, sin comprometer los sentimientos; a la vez que articula un nuevo discurso sobre la necesidad del otro para alcanzar la realización personal.
Estrenándose apenas esta semana en pantallas mexicanas con el poco afortunado titulo de El Amor de mi vida, Bright Star es la más reciente película de Jane Campion, la cineasta neozelandesa que con cada una de sus cintas explora nuevos aspectos de la naturaleza femenina con sensibilidad pero con firmeza, sin comprometer los sentimientos; a la vez que articula un nuevo discurso sobre la necesidad del otro para alcanzar la realización personal.
Como es habitual en el cine de Campion, hay una primera imagen que es muy significativa. En este caso, un extreme close-up de una aguja penetrando una delicada tela, que sirve para situarnos en el tono en el que va a transcurrir la película. Simbolismo del sentimiento de un personaje que traspasa al otro. Asimismo también sirve como la metáfora de los dos mundos que colisionan; por una parte la esfera del poeta John Keats (Ben Whishaw) y el más sencillo mundo de su musa Fanny Brawne (una deslumbrante Abbie Cornish), pues igual que no se puede zurcir la tela sin la aguja, el poeta necesita de la influencia y el sentimiento que le produce la serena y centrada Fanny para alcanzar su madurez artística. De hecho, el discurso de Jane Campion en este filme, no gira en torno a la figura de John Keats, sino a la de Fanny Browne, que fue quien verdaderamente le convierte en un auténtico poeta romántico siendo ella consumida por la oscuridad de la historia.
La Campion toma estos elementos históricos y los mueve a través de su muy particular óptica de mirada exquisita. Asi, al igual que los personajes de su trama se mueven a través de los sentidos, articula su relato en función de una brillante, elegante y delicada puesta en escena que se mueve por una precisión en las tomas que refleja el siglo XIX a través de un constante evocación pictórica, de estilo PreRafaelita (elemento clave en el entorno en que se desenvuelven los personajes), acariciada por la delicada suavidad lumínica que aporta el magistral trabajo de fotografía de Greig Fraser. Pero sobre todo, del impresionante trabajo de vestuario de Janet Patterson, a cargo también del diseño de producción, que con la exaltación del atuendo por encima de los sets, centra toda la atención sobre los personajes, nunca sobre su entorno, como era muy propio del romanticismo.
En este deambular por los sentimientos, la imagen prevalece sobre la música, quedando las breves pero intensas composiciones de Mark Bradshaw utilizadas exclusivamente, a los momentos álgidos de la película sirviendo, como guía al espectador.
El elenco, que incluye a Kerry Fox, la protagonista de Un ángel en mi mesa, también de la Campion, es sólido y estupendo, pero la verdadera revelación aquí es Abbie Cornish, que hace una interpretación prístina y sensible, que nos involucra en la trágica naturaleza de su pasión. Esta no es una típica película de “época” ni es una biopic típica. Es un mural hermosamente realizado que captura un periodo y la trascendencia de las emociones en las manifestaciones del arte.
El Amor de mi Vida/Bright Star
Con Abbie Cornish, Ben Whishaw, Thomas Sangster, Paul Schneider y Kerry Fox
Dirige: Jane Campion
Nueva Zelanda, Reino Unido, Estados Unidos 2009
El Amor de mi Vida/Bright Star
Con Abbie Cornish, Ben Whishaw, Thomas Sangster, Paul Schneider y Kerry Fox
Dirige: Jane Campion
Nueva Zelanda, Reino Unido, Estados Unidos 2009