Asesinos Superestrellas
Miguel Cane
Miguel Cane
Quince años después de revivir su carrera (y de paso, el género del terror) Wes Craven regresa a la saga Scream – que había tenido su última hora en el 2000 con Scream 3, bastante fallida - para no solo tratar de darle una nueva vida a su cuenta bancaria, también pretende sacudir las bases del cine de terror actual, plagado únicamente de remakes, versiones hollywoodenses de películas de terror asiáticas e infinitas sagas donde únicamente se tortura a la gente para saciar las ansias de sangre de la audiencia (como la abyecta saga Saw).
Hábil en su oficio, cosa que nadie le discute, Craven cumple y hasta se las ingenia para meter algún susto realmente efectivo por aquí o por allá. Como ya es tradicional en esta serie de películas – que no olvidemos, dieron pie a la horrenda serie Scary Movie- , la secuencia inicial es clave: aquí se utiliza un guión cómico que deriva en terror y violencia, (totalmente inesperada) con la participación de Kristen Bell (Verónica Mars) y Anna Paquin (que alguna vez ganó un Oscar). Conforme avanza la acción, Craven utiliza las reglas básicas para crear tensión, es decir, planos que se giran para descubrir al asesino y golpes de sonido a "la vieja escuela" y esta técnica, ya casi en desuso, se siente bien lograda y funciona como contrapunto a los planteamientos del guión firmado por Kevin Williamson, creador original de la saga, y se nota especialmente en el prólogo, en la escena de la escuela de cine y en el brutal final en un hospital. También se nota la mano de Ehren Kruger, en el segundo acto que peca de largo, y con menos humor que la primera parte, aunque es hiperviolento y autoreferencial. Otro acierto del guión, seguramente de Williamson, es que ha sabido muy bien aprovechar los elementos que en la última década se han convertido en parte de nuestra vida cotidiana como el facebook y otras páginas de Internet, incorporándolos como parte integral de la trama.
Convertida ahora en una escritora de éxito, con un libro en el que cuenta sus experiencias y su lucha por no ser una víctima, Sidney Prescott (Neve Campbell, promesa que nunca se cumplió del todo) vuelve a Woodsboro, acompañada de su publicista, Rebecca (la excelente comediante Alison Brie, de Mad Men) para promover su libro y reunirse con sus amigos Dewey y Gale Riley (David Arquette y Courteney Cox, cuyo matrimonio se vino abajo durante la producción), que sobrevivieron con ella a los horrores anteriores y su familia, que incluye a Jill (Emma Roberts, sobrina de Julia) una adolescente narcisista y obsesionada con la celebridad instantánea que ofrece la televisión, al igual que sus amiguitos, entre ellos la rubia Kirby (Hayden Pannettierre) y el 'freak' Charlie (Rory Culkin). Como es natural, apenas reaparece Sidney en el pueblo, comienza una nueva ola de asesinatos violentos y brutales. ¿Quién podrá ser el asesino Cara de fantasma esta vez? (Si presta atención a la primera media hora, se dará perfecta cuenta).
El baño de sangre no decepcionará a los fans del director, de la serie y del género, aunque llegue un momento en que todo se sienta rutinario y mecánico, pero claro, eso también forma parte del hecho de que ésta es la cuarta parte de una saga, básicamente un remake de la primera parte y que no tiene mucho lugar a dónde ir, ni muchas novedades o sorpresas, qué ofrecer, pero que funciona como un retrato satírico, aún bastante eficiente, de lo que cualquiera es capaz de hacer con tal de aparecer en televisión, bajo el proviso de que sin ello, no eres – como aparentemente creen muchos en Estados Unidos – no eres nadie.
Scream 4
Con Neve Campbell, Courteney Cox, David Arquette, Emma Roberts, Alison Brie, Hayden Panetierre, Rory Culkin, Anna Paquin, Lucy Hale y Mary McDonnell.
Dirige: Wes Craven
Estados Unidos 2011