25 jun 2011

Otro lado del corazón, El / Rabbit Hole, de John Cameron Mitchell

De entre las cenizas

Miguel Cane


Con el terrible título en español que le ha puesto su distribuidora (que la ha lanzado como un melodrama romántico, lo que definitivamente no es) de El otro lado del corazón, llega Rabbit hole el tercer largometraje del siempre interesante John Cameron Mitchell (Hedwig & The Angry Inch, Shortbus), que da muestras de una madurez lograda y una elegancia insólita en una historia desgarradora, tomada de la obra ganadora del premio Pulitzer adaptada por su autor, David Lindsay-Abaire.



Ocho meses después de la trágica muerte de su hijo Danny de cuatro años, Becca y Howie Corbett (Kidman y Eckhart, extraordinarios), un matrimonio convencional, de clase media, trata de sobrevivir a la brutal pérdida. Es tan difícil como tratar de respirar bajo el agua. Todo es irreal en la hermosa casa en la que eran felices. La terapia de grupo no funciona. Incluso tener sexo es un conflicto: Becca lo rechaza y sólo quiere borrar los recuerdos que Howie desea mantener intacto. La familia se reune en torno a ellos, aún sin saber cómo pueden ayudar a levantar los trozos. Las cosas cambian al aparecer en escena una mujer (Sandra Oh) que forma parte de la terapia de grupo y el joven (Miles Teller) responsable del accidente que mató al niño.

Una vez establecida la dinámica, Rabbit hole se revela como un retrato profundo y sentimental (pero no sensiblero) del cómo restaurarse tras una desgracia inesperada para volver a la estabilidad que se tenía; el film consigue zambullir al espectador en una entrega absoluta de pasión y sentimientos. La película tiene un buen planteamiento que crece con delicadeza durante el metraje. Es uno de los pocos filmes que permite que el espectador penetre y ahonde en las emociones de los protagonistas de una manera portentosa, y no solo a ellos sino al resto de personajes, que también transmiten ese sufrimiento al perder algo o alguien. Es notable en la forma de reflejar, con reverencia y fino detalle, los problemas y desvaríos del joven matrimonio y del cómo se enlazan estos a los parientes y la familia.

Kidman y Eckhart brindan actuaciones impecables y maduras, encarnando sus personajes de forma precisa y contundente. La Kidman con este drama vuelve a enamorar y ganarse la atención central del film, mientras Eckart consigue hacer su mejor trabajo desde la excelente Gracias por fumar, con una actuación sobria y altamente lucida. El resto del reparto cumple con creces (la enorme Dianne Wiest como la madre de Becca está espléndida y tiene unos monólogos preciosos y profundos). Añadido a este compendio está la banda sonora de Anton Sanko, que equilibra la cinta delicadamente.

El film es menor a otras cintas que se han construido o priorizado en la lucha sentimental de los personajes centrales como Revolutionary Road (que contaba con la pirotecnia actoral de Kate Winslet, en un estilo opuesto al más sosegado trabajo de Kidman aquí), pero sigue su ruta correctamente. Cinta madura, bellisima, finamente estructurada y de una pulcritud brillante, es un estreno valioso, que lamentablemente estará sepultado con la ubicuidad en salas de la cinebasura de los robots que se estrena coincidentalmente. Sin embargo, lo exhorto a que haga un esfuerzo y busque este filme. Se sentirá ampliamente compensado por ello.

El otro lado del corazón
Rabbit Hole
Con Nicole Kidman, Aaron Eckhart, Tammy Blanchard, Sandra Oh, John Tenney, Miles Teller y Dianne Wiest.
Dirige John Cameron Mitchell
Estados Unidos, 2010.



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