Codiciosos anónimos
Miguel Cane
Basada en vida y obra del polémico Jack Abramoff, la ultima cinta del recién fallecido George Hickenlooper – discípulo de Orson Welles y fanático de la biopic sobre personajes poco edificantes -- es otra buena excusa para apreciar una interpretación de Kevin Spacey, que como siempre está soberbio en esta cinta que pinta un panorama acerca de los delicados equilibrios que sostienen el esquema central de la política de los Estados Unidos.
La gente de a pie, como uno, sabe, porque nos lo dicen cada vez que pueden, que el lobby es lo que hace que el sistema democrático funcione y que la negociación es lo que hace que funcione el sistema legal en EU (¿recuerdan la ácida y excelente Gracias por fumar, de Jason Reitman, antes de que se volviera un complaciente de la industria?). Del mismo modo, estamos acostumbrados a ver cómo son las fallas, sobre todo en las películas que trabajan alrededor de los grandes temas legales. Los juicios, las negociaciones, las corruptelas que componen el sistema. Pero son pocas las veces en las que se retratan casos de lobby, de negligencia en el ejercicio de la gestión de intereses.
Así, esta cinta forma parte de un grupo de filmes que nos ayudan a comprender la caída de las grandes corporaciones, los cambios en la política, el sensacional crack del sistema de hipotecas, Enron, el nuevo fenómeno del desempleo y otros temas que suceden en torno a la crisis que vivimos a nivel global, como Inside job y Margin call.
En su caso particular Casino Jack se mete con un célebre lobista de origen judío, que, desde su imperio en Washington D.C., influye decisivamente en dos temas complejos, el juego y las minorías indias; somos testigos de cómo sus tejemanejes, sus dobleces morales, sus cimientos de enorme debilidad pero de grandiosa apariencia, retratados con crudeza, por Hickenlooper, afectan a tantos que ni siquiera conoce. Abramoff es un rey Midas cuyo imperio se ha construido en una base que se revela débil, amorfa y fatalmente frágil.
Lo interesante de la película es que no cuestiona el trabajo de los gestores de intereses, no hace balances negativos sobre la actividad, de alguna manera especula con los que hacen mal las cosas, pero las firmas siguen ahí, y lo peor que puede pasarles que perder la licencia para operar en Washington. Poderosos, influyentes, los lobistas son bien retratados, y dejan claro que lo que salió mal, producto de su falta de ética y de códigos, es la conducta de un tipo inescrupuloso.
Spacey opaca a todo el elenco que lo acompaña con sus poses y su voz. Lo acompañan Barry Pepper, Kelly Preston, la siempre interesante Rachelle Lefevre , Jon Lovitz, Eric Schweig y el enorme Graham Greene, en interpretaciones sólidas, aunque aquí la gran estrella es él, por estrafalario que parezca.
La muerte de Hickenlooper casi deja en el limbo esta cinta, que es realmente muy buena e interesante, aunque no es para todo tipo de público, que podría encontrarla confusa o aburrida, pero para los interesados en asuntos de estado, manejo y abuso de poder y manipulación de masas en la historia reciente, es irresistible. Además tiene el mérito de atreverse a salir a pelear con los vampiritos adolescentes de la semana, así que por ello merece más aún la atención de un público pensante.
Casino Jack
Con Kevin Spacey, Barry Pepper, Kelly Preston, Rachelle Lefevre , Jon Lovitz, Eric Schweig y Graham Greene
Dirige George Hickenlooper
EU 2010