12 nov 2011

Antes del comienzo: arte e infortunio de la precuela.

Se han puesto de moda en los últimos años, aunque no son nada nuevo. Aquí, algunas de las más populares precuelas... y algunas que nunca debieron haberse filmado.

Miguel Cane

Según Hollywood ve las cosas últimamente, cualquier pretexto es bueno para aprovechar el material que ya se utilizó, con éxito probado, ya sea con remakes, secuelas o bien, las ahora de moda precuelas. Ahora, con motivo del estreno de la precuela de La Cosa de John Carpenter, aprovechamos para echar una mirada a las precuelas más notables del cine contemporáneo.


Usualmente, este tipo de películas, suelen ser vistas como las hermanas feas de las secuelas. Y es que, en la actual crisis de imaginación en la que se halla sumida la meca del cine, las secuelas al menos dejan una pequeña puerta abierta a la variación o la innovación en las secuelas pueden ocurrir muertes imprevistas, idilios impensables u otros sorprendentes giros de guión. Sin embargo, en el caso de las precuelas, no hay otra salida que cerrar todos los cabos sueltos para que todo concuerde con la película original (como es el caso de La Cosa del Otro Mundo en su nueva versión). El margen de maniobra es mínimo, lo cual suele desembocar en relatos previsibles y las más de las veces, bastante anodinos. Aun así, existen algunos casos en los que la precuela consigue empaparse de la fuerza y enjundia del filme original y crear su propio mito.

Batman Begins (2005)
El primer capítulo de la trilogía sobre el Hombre Murciélago de Christopher Nolan se presenta desde un primer momento como una historia sobre el origen de otra gran historia. Con eso ya ganado, la narración se permite el lujo de pasarse media película presentando al personaje de Bruce Wayne; su fobia a los murciélagos, su odio hacia el crimen, sus increíbles trajes y vehículos… Nolan también se las arregla para mandarlo al Himalaya para aprender artes marciales antes de volver a Ciudad Gótica y encargarse de los villanos, en este caso, el loco Espantapájaros (Cillian Murphy). El resultado de todo esto es una de las mejores películas sobre el origen de un súper héore.



Casino Royale (2006)
Seamos sinceros: antes de que se estrenase esta versión de Casino Royale, James Bond estaba en problemas. Die another day fue más que decepcionante para la mayoría, incluso a pesar de contar con la espléndida Rosamund Pike en el reparto. Pierce Brosnan tomó una buena decisión saltando del avión de 007 con esta película, pues después de él llegó Daniel Craig, para salvar la saga con sus nuevas técnicas y novedosos golpes de acción. Además, Casino Royale ofreció un gran regalo al mundo: Eva Green y su vestido de noche de Lanvin, algo por lo que millones de fans deben estar agradecidos por mucho mucho tiempo.

El padrino II (1974)
Es verdad que esta cinta magistral no es la típica precuela, aunque sí nos presenta una línea paralela donde vemos la historia del padre de Michael Corleone, dejando Sicilia y viajando hasta Nueva York a principios del siglo XX, donde instaló la ‘familia del crimen’ que años después Michael lideraría, como lo vemos en secuencias ambientadas en Lake Tahoe en 1958. La interpretación de Robert DeNiro en el papel del joven Don Vito es una absoluta obra maestra; algo que le llevó a recoger su primer Óscar. Además, también hay que destacar la magnífica dirección de Coppola y su soberbia idea de tomar una película original (ganadora de tres Óscar) y alargarla, tanto por el futuro como por el pasado, por lo que resulta en todos los aspectos, una cinta majestuosa.



El planeta de los simios: (R)Evolución (2011)
Antes de que Star Wars llegara a las pantallas y se convirtiera en la saga de ciencia ficción más popular y taquillera de todos los tiempos, El Planeta de los Simios, creada en 1968, parecía que iba a ser la mayor de las franquicias del género. Viajes espaciales, viajes en el tiempo y monos parlantes. ¿Se puede pedir algo más? Pues sí, se puede pedir una cinta de origen. Después del espantoso fracaso del remake de Tim Burton, el estudio decidió mirar no hacia adelante, sino hacia atrás: ¿Cómo aprenden los simios a hablar? ¿Y a caminar erguidos? ¿Cómo dejan los humanos que esto suceda? Y esto es lo que plantea este filme, uno de los mayores éxitos de este verano.



El bueno, el feo y el malo (1966)
Hasta la última entrega de la trilogía de Spaghetti-Westerns creada por Sergio Leone apenas se sabe nada sobre el Hombre sin nombre. Algún detalle se les escapa, pero no es hasta la única precuela de la serie que descubrimos cosas como por qué lleva un poncho o nada más y nada menos que su nombre. Pero por mucho que conozcamos de él, Blondie (ese enormísimo Clint Eastwood) siempre será un enigma; un enigma que liderará tres de los mejores filmes de su género de la historia del cine, entre los cuales siempre destaca El bueno, el feo y el malo.

Las que nunca debieron haberse filmado:

Hannibal, el origen del mal (2007).
¿Realmente necesitábamos saber que Hanníbal Lecter se convirtió en un caníbal por culpa del trauma infantil provocado por la muerte de su hermanita a manos de los malditos nazis? La cosa estaba condenada al fracaso, cuestión que quedó confirmada en la penosa combinación de drama histórico y película de artes marciales desplegada por el filme. Aunque el remate final lo puso la desabrida interpretación del francés Gaspard Ulliel. ¿Quién podría creerse que este enclenque iba a terminar convertido en el gran Anthony Hopkins. El fracaso en taquilla internacional es prueba de que nadie lo creyó.



Star Wars. Episodios I, II y III.
Sí, por supuesto que ese orate de George Lucas no se salva. Su soberbia fue tan grande que se atrevió a revisar los orígenes de la saga más mítica del cine fantástico y esto fue, probablemente, la peor idea de la historia del cine. ¿Por dónde empezar? Por ejemplo por Jar Jar Binks, el personaje más detestado del universo Star Wars. Luego está el infantilismo de la primera entrega, la sobresaturación de efectos digitales, o también la patética escena de amor entre Anakin y Amidala en la segunda parte, seguramente la más cursi del cine moderno, por no hablar del horrendo desenlace, abrupto, desleal al mito, con pésima actuación por parte de Hayden Christensen y un creciente fastidio aparente en Natalie Portman. Sin duda, ésta es una herida que nunca cicatrizarán los fans de la saga.



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