No sólo ha sabido revivir su carrera y recuperar el estrellato en un regreso extraordinario, sino que también ha alcanzado nuevos registros histriónicos.
Miguel Cane
Nacido prácticamente en un set cinematográfico al ser hijo de un cineasta, Robert Downey (Nueva York, 1965) se convirtió en una estrella muy joven, hizo una explosión supernova hace unos 15 años y ha sabido renacer de entre sus cenizas. Su historia personal, hasta hace relativamente poco, era una pesadilla a causa de su adicción a las drogas. Sus papeles de drogadicto en Menos que cero / Less than zero —basada en la novela homónima de Brett Easton Ellis—, o en Wonder Boys, parecían una cruel interpretación de su propia vida: siempre aparecía en las páginas de escándalos y rara vez se mencionaba su trabajo. Sin embargo, siempre demostró que tenía un gran talento, y fue nominado al Oscar por su vibrante interpretación en la biopic de Richard Attenborough Chaplin.
Entre 1996 y 2001 no paró de trabajar ni de drogarse, pero terminó en la cárcel. Tuvo una breve resurrección en la serie Ally McBeal, pero un día lo encontraron descalzo y drogado y terminó sin trabajo. No fue otra vez a la cárcel sino que lo llevaron a un centro de desintoxicación; la cura surtió efecto, Mel Gibson le dio un papel en The Singing Detective y Downey se puso otra vez de moda: Tropic Thunder, Zodiac, Iron Man, El solista y Sherlock Holmes le han restaurado su brillo como estrella y también lo han convertido en uno de los actores más solicitados de los últimos años.
MC: Has estado realmente muy ocupado: se estrena Los vengadores, y de ahí te sigues al rodaje de Iron Man 3 y Sherlock Holmes: juego de sombras fue un éxito de taquilla. No tendrás queja...
RD: (Risas) No, para nada. Es curioso, porque mientras rodaba Los vengadores había mucho estrés y recuerdo que me hacían rodar escenas donde Joss (Whedon, el director) decía: “No se preocupen, es Robert Downey y sabe lo que hace”. Y yo no estaba muy seguro de que eso fuera del todo cierto. Recuerdo que había una escena en la que estaba interactuando con Hulk, que se hizo con efectos de computadora, y pensé: “Dios, esta es una locura de rodaje”. Pero al verlo en pantalla me di cuenta de que sí, da la apariencia de que sé lo que hago. No está nada mal.
MC: ¿Dirías que hoy creas muchas expectativas en el público al hacer cierto tipo de películas, como ésta?
RD: No, no. Yo me encargo de decir que esperen un minuto, que no tengo ni idea de lo que tengo que hacer (sonríe). He tenido la suerte enorme de contar con directores como Guy Ritchie y Joss Whedon, que me sacan de apuros. Hacer películas de aventuras, de acción, es algo casi tan delicado como hacer una cinta de época o un filme de suspenso, o incluso una comedia, ¿sabes? Todo requiere de un timing perfecto. Y Los vengadores es una película de escala muy grande, donde yo sólo soy una parte, es más bien un trabajo de equipo. Yo sólo trato de hacer lo mío lo mejor que puedo.
MC: ¿Lo pasaron bien rodando Los vengadores?
RD: Sí, fue algo muy divertido. Nunca pensé que ibamos a llegar a esto cuando firmé para hacer Iron Man, así que ha sido algo muy importante en mi carrera, pero al mismo tiempo existe la presión de millones de fans que están esperando verla. De modo que, por una parte, nos divertíamos bastante, y por otra cuidábamos todos los detalles para que quedara tal y como el público lo quiere ver. Ésta es la clase de película en la que no hay lugar para un ritmo espaciado o para otro tipo de concesiones. Lo que te dije: es puro timing. Joss estaba consciente de esto, ha hecho una película excelente; cuidó que el ambiente entre todos nosotros —Mark Ruffalo, Chris Evans, Scarlett Johansson, Gwyneth Paltrow, Sam L. Jackson—, todos los que intervenimos en la película, fuera liviano y agradable. No hay nada mejor que un buen rodaje. Y no siempre se logra, pero aquí le doy el crédito a mi director y a mis compañeros. Ojalá todos los rodajes en los que he participado fueran así de buenos.
MC: Algo que llama mucho la atención es la armadura de Iron Man. ¿Usarla tantas horas al día era algo incómodo?
RD: De la primera vez que lo usé, en 2006, a hoy, lo han mejorado bastante, es más ergonómico. Y no pesa tanto como ustedes creen. La verdad es que no lo uso tanto. Entre tomas, ando por ahí en calzoncillos (estalla en carcajadas). ¡Miento, miento! No son calzoncillos. Uso un traje de fibra especial, muy cómodo, que me protege cuando me ponen la armadura y no deja que me muera de calor. Así que ya lo saben: esto de hacer cine no es puro glamour, como se cree. También los actores tenemos que sudar.
MC: ¿Qué nos puedes decir de la trama?
RD: La trama de Los vengadores se ha ido construyendo a lo largo de los años en diversas películas: las de Iron Man, Thor, Capitán América... La propuesta es bastante arriesgada y más complicada si la comparas con otras películas del mismo género; es decir, tiene todos los elementos del cómic, pero tiene un extra. Me parece muy interesante. Las relaciones entre personajes son complejas y el equipo de héroes se muestra cómo una familia un tanto disfuncional es capaz de salvar la Tierra.
MC: Además el reparto es impresionante...
RD: Literalmente, para caerse de espaldas. Te diré que Sam es tan bueno... es un tipo genial y tiene mucha confianza en sí mismo cuando actúa. Chris Evans es genial, no lo conocía, y me parece una estrella de las de antes; tengo que decir lo mismo de Scarlett, y con Gwyneth tengo una química muy buena.
MC: ¿No te parece que después de tres años sin parar de trabajar necesitas un respiro?
RD: Sí, tienes razón. De hecho, hace un año dije que me iba a tomar unas vacaciones y luego no lo hice. La verdad es que he estado tan agradecido por las oportunidades de trabajo que se me han presentado, que me daba no sé qué tomarme vacaciones. En este trabajo, lo sé muy bien, no siempre estás de “vacas gordas”, y cuando llegan hay que aprovechar. Pero le prometí a mi mujer que una vez que termine el rodaje de Iron Man 3, que será este año, no haré absolutamente nada al menos por un año. Nos lo merecemos.
MC: ¿Dirías que has aprendido algo esta última década, con todas sus altas y bajas?
RD: No fue fácil, ¿sabes? El camino a la sobriedad. Descubrí, finalmente, que tengo más paciencia y energía de la que pensaba que tenía. Que tengo amigos que no imaginaba, y que algunos amigos que consideraba como tales, no lo fueron al final. Enseñanza de vida. Encontré a mi compañera y me siento feliz de tenerla. Pude recuperar una relación con Indio, mi hijo, que casi se pudo haber perdido. No era ideal al principio, pero mejoró mucho. Todo ha ido mejorando poco a poco. Trabajé duro sin tomarme demasiados descansos, y me sorprendió lo bien que aguanté. Creo que ha sido un proceso muy educativo. Vine a conocerme tal como soy, cuando menos lo esperaba. Por un momento, hace 10, 12 años, pensé que estaría mejor muerto. Y ese era un error. Aprendes de todo, y cuesta. Ninguna decisión es fácil.
MC: ¿Te consume mucho el ser actor?
RD: Y me compensa; no podría hacer nada más. Ya son muchos años. En cierta forma, depende mucho del personaje que esté interpretando. Un papel que me consumió muchísimo fue el que hice en Tropic Thunder, por ejemplo. Era un papel completamente alejado de lo que yo soy en realidad, e interpretar a un actor es más difícil de lo que parece. Estar escondido detrás de esa “máscara” durante meses fue agotador. Mi papel como Tony Stark me ha servido un poco para escaparme de mi papel anterior y poder divertirme un poco mientras hago lo que más me gusta. Todos debían ser tan afortunados. Yo así me siento.