Claudi Etcheverry.
Un jeque árabe decide establecer una colonia de salmones escoceses en Yemen, a partir de la construcción de una presa que se acaba de poner en servicio para cambiar los desiertos de su país. Para ello, pide ayuda a una consultora en la que trabaja Harriet, quien hace contacto con el Dr. Alfred Jones, asesor del ministerio de Pesca y Agricultura de Inglaterra. El delirante proyecto se ajusta a los planes de imagen del gobierno británico de ese momento, el cual tratará de impulsarlo como un gesto de amistad entre los dos países para reforzar la imagen del Reino Unido en la región.
En zoología, la tendencia de nadar contra corriente se llama reotaxia negativa. La metáfora de que el salmón nada a contracorriente se aplica perfectamente al guión que escribieron Simon Beaufoy y Paul Torday para esta película, un libreto que lucha por hacerse creíble y cada vez se empantana más y más río arriba, abarcando varios flancos sin cumplir con ninguno: lo intenta con la comedia inglesa, la película geopolítica, la comedia romántica, el exhorto humanista del interés del deporte como puente entre los pueblos, la crítica al cinismo político, y la crónica de una amistad entre personas muy opuestas. Igual que en esos aparatos que dicen servir para todo, la cinta no sirve para ninguno.
Tres buenos actores (de los cuales dos muy buenos: la Scott-Thomas y McGregor, y una Emily Blunt hermosa y correcta) que es imposible que no lo hagan bien. Pero la película se pierde, exagera, y acaba por disolverse bastante antes del final como una manifestación sin fuerza de choque. Lasse Hällstrom tuvo la hermosa “Las reglas de la casa de la sidra”, y más tarde vi de él “The hoax”, bastante mala. Con ésta de Yemen me queda la sospecha de que a las películas “no las hace”, sino que “le quedan”, porque si no, no se explica este pasteleo. Rastreamos aquí algunas tendencias melosas que en “Las reglas de la casa de la sidra” encajaban muy bien –compensadas por el peso de semejante drama– y que en ésta parecen un recurso del que echa mano como una esperanza de salvar la trama y ganarse la emoción de espectador, sin conseguirlo. Más que un recurso, un chantaje.
El descontrol del montaje llega demasiado lejos con un asentamiento beduino muy poco propio, un sabotaje inverosímil de la presa, un atentado contra el monarca con una puntería mucho peor que una escopeta de feria, un romance entre Harriet y Alfred anunciado desde el primer minuto, y un atisbo de humor inglés que queda en nada. Es el divorcio típico de algunas películas entre lo visual (interesante), el guión (un bodrio), y las actuaciones (mérito puro de los actores)
Mejor no irse hasta Yemen a pescar salmones porque no hay pique y los de esta cinta se han caducado ya en el estreno. Tenemos mucho más a mano una lata de bonito del norte en el super de la esquina. Tan rico que es el salmón a la plancha y con esta cinta casi me quedo frito. Una pena.
Amor imposible (México) / La pesca del salmón en Yemen (España) / Salmon fishing in the Yemen
Reino Unido, 2011
Director: Lasse Hällstrom; con Ewan McGregor; Emily Blunt, Amr Waked, Kristin Scott-Thomas.
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