25 may 2012

Potiche: Mujeres al poder, de Francois Ozon

La Señora Manda

Miguel Cane


No cualquiera se atreve a sacar a una diva legendaria como Catherine Deneuve en pantalla, burlándose de su imagen de belleza perfecta más allá de lo meramente humano. La sensibilidad y olfato de François Ozon para lo kitsch, que ya demostraba desde su primer largometraje, Sitcom (1998), que siguió a su perturbador debut con el mediometraje Regardez la mer (1996), se encuentra aquí con una cómplice de altura, una diosa Deneuve que deconstruye su divismo para ponerse al servicio de una autoparodia que demuestra que para ser una estrella perdurable un requisito es sacar a pasear el sentido del humor (y esto también aplica a su co-protagonista, Gerard Depardieu).



Al igual que 8 Mujeres, esta es también una adaptación de una obra de teatro por parte de Ozon cuya acción transcurre décadas atrás, con un tono humorístico, centrada alrededor de las mujeres que forman y rodean a una familia. Potcihe, que en francés significa literalmente jarrón o florero y en sentido figurado se utiliza para describir lo que en castellano se conoce como a una ‘mujer trofeo’, explota perfectamente la ambientación de 1977, tanto en el aspecto de vestuario (¡terlenka! ¡poliester! ¡esos peinados!), como en la forma de narrar la historia, tal y como se deja claro desde un inicio con los títulos y la primera secuencia. Este es uno de los aspectos más divertidos de la película ya que la historia en sí, se sustenta con un humor fino y a veces un tanto cínico, que establece una sátira social, sin caer en el discurso panfletario, algo que se agradece.



Suzanne Pujol (la Deneuve) es un ama de casa burguesa cuyo marido, Robert (Fabrice Luchini), tiene problemas con la fábrica que dirige y una aventura extramarital con su secretaria. Al enterarse, Suzanne decide mandar a volar sus prejuicios y formulismos sociales, encabeza una revolución en la fábrica y además se enreda con el alcalde comunista de su comunidad, Maurice Babin (Depardiéu). Las cosas se salen de proporción y las carcajadas no se hacen esperar. El guión posee un buen ritmo, a pesar de la teatralidad de la fuente original. Su exageración formal, estilística e incluso actoral hacen presagiar buenos momentos pero la historia y el diálogo nunca acaban de proporcionarlos. Quienes realmente tiene aspecto de estar pasándoselo en grande son los propios actores del filme. Deneuve y Depardieu, que ya fueron pareja en El último metro de Truffaut ahora se dan cita en la madurez y no hay duda de que ambos disfrutan en pantalla y que entre ellos hay una notable química aunque en esta ocasión Denueve es la estrella absoluta. El nivel actoral del reparto está a una gran altura, Luchini, Jérémie Renier como su hijo y Karin Viard como la “secre” en cuestión, están brillantes, y dan a la diva el soporte necesario para hacerse de la película, donde Ozon plantea encuadres cuidadosamente armados para escenas donde ella es dueña y señora. Y ver a Deneuve en pantalla siempre, siempre, es una buena razón para acercarse.

Potiche: Mujeres al poder
Con Catherine Deneuve, Fabrice Luchini, Karin Viard, Jéremie Renier y Gerard Depardieu
Dirige François Ozon
Francia/Bélgica 2010

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