De símbolo sexual a camaleónica primera actriz, Helen Mirren (descendiente de inmigrantes rusos, nacida Ilyena Lydia Mironoff en Sussex, Inglaterra, en 1945) ha tenido una carrera versátil y notable con una amplia gama de roles, desde la hechicera Morgana LeFay, en Excalibur (1981) hasta comedias (Chicas de calendario) sin dejar de lado a Shakespeare, Chéjov y Tennessee Williams, así como su célebre encarnación de la soberana Isabel II en La Reina, filme de Stephen Frears que le valió un Oscar. Su trabajo más reciente es como la formidable Alma Reville, esposa del director de cine, en Hitchcock el maestro del suspendo, filme que retrata a la pareja durante 1959, año en que el genio inglés filmó uno de sus trabajos más famosos: Psicosis. Curiosamente, al inicio de su carrera la actriz tuvo la oportunidad de colaborar con Hitchcock, pero esto no llegó a concretarse, si bien es una anécdota que sirve para dar pie a la entrevista.
“Conocí a Hitchcock cuando yo aún era muy joven, era 1971 o 72, él estaba en Londres para filmar Frenesí y me entrevisté con él acerca de un papel, el de la novia del protagonista (que eventualmente encarnaría Anna Massey). Pero no me fue muy bien que digamos (ríe)”.
Helen Mirren con Malcolm McDowell, en el film O'Lucky Man (1973), de Lindsay Anderson.
¿POR QUÉ, SI CUALQUIER ACTRIZ HUBIERA DADO TODO POR TRABAJAR CON ÉL?
¡Pues claro! Pero entonces yo era muy joven. En mi ignorancia y arrogancia, para mí él era de la vieja escuela y no me interesaba. Si hubiera sido Antonioni, Truffaut, Bertolucci o algún otro director europeo, yo hubiera estado más entusiasmada. Pero entonces era una chica muy engreída y no me daba cuenta de que Hitchcock era un maestro. Fui a una oficina a verlo y recuerdo que se sentó detrás de un escritorio. Era enorme, y estaba sentado allí mirándome con recelo. Yo lo miraba igual, así que no congeniamos. Le dije que el papel era muy pequeño y, además, la estrangulaban a media película. Él solo me escuchó, asintió, me hizo un poco de conversación y me dijo “buenas tardes”. Me fui muy ufana y llamé a mi agente para decirle “lo rechacé”. Me dijo que yo estaba loca de atar... (carcajadas). No sé si me arrepiento de no haber hecho ese papel, pero hubiera sido maravilloso trabajar con él, eso lo tengo claro.
PERO AHORA HITCHCOCK VUELVE A SU VIDA DE UN MODO INESPERADO, ¿NO?
Sí, ¡qué cosas tiene la vida! Me sorprendió mucho el guión. Creo que un mejor título, en todo caso, habría sido Los Hitchcock, porque la película examina la compleja relación de pareja entre el director y Alma, tan inteligente y observadora que no era solo su mujer, sino que fue la editora, consejera y mejor amiga de su marido. La relación entre ambos era increíble; me pareció que explorarlo era esencial. También me interesaba descubrir la verdad sobre eso, sobre la importancia de Alma en su sociedad creativa. Fue un gran descubrimiento para mí. No estaba al tanto de ello hasta que recibí el guión y empecé a investigar al personaje que iba a interpretar.
ALMA REVILLE ES UN PERSONAJE FASCINANTE POR DONDE SE VEA.
Así es. Yo no sabía casi nada acerca de ella, pero el vínculo entre ella y su marido me parece algo sumamente interesante. Hablé muchas veces con Patricia Hitchcock O’Connell, la hija de ambos. Ella escribió un libro que fue mi principal fuente de datos al respecto de la relación que existía entre ellos desde la juventud. El libro es maravilloso, pero lo que me fascinó fue el hecho de que ella decidiera escribirlo sobre su madre y no su padre. Patricia sabía que su madre no recibía el reconocimiento que merecía y quiso rendirle tributo. Me pareció algo muy emotivo, y el libro también me resultó revelador.
USTED TAMBIÉN ES LA ESPOSA DE UN DIRECTOR DE CINE (TAYLOR HACKFORD) Y SE HABRÁ IDENTIFICADO EN ALGO CON ELLA.
¿Y QUÉ TAL LA MANCUERNA CON ALGUIEN COMO ANTHONY HOPKINS ENCARNANDO UN PERSONAJE COMO ÉSTE?
Y SE DICE FÁCIL, PERO ESTE AÑO CUMPLE 50 DE HABER EMPEZADO A HACER TEATRO. ¿CÓMO SE SIENTE DE LLEGAR A ESTE PUNTO?
Tengo muy, muy buena suerte. Esta profesión es tan azarosa y todo es tan inesperado. Nunca sabes qué te depara, dónde habrá trabajo mañana. O si lo habrá. Yo intento ser alguien fácil con quien trabajar. He visto a personas que se dejan atrapar por sus propias neurosis o sus egos. Pueden hacer que resulte insoportable trabajar con ellos. Yo prefiero ser parte de un equipo, conocer a directores con nuevas propuestas. A estas alturas, aún corro riesgos, porque eso me ha dado grandes enseñanzas y hace que ame mi trabajo. Obtengo grandes satisfacciones de él y eso, como te decía, es la suerte.