Miguel Cane.
Juan, Sara y Samuel, 15 años, huyen de Guatemala para intentar llegar a Estados Unidos. Durante su paso por México, conocen a Chauk, un indígena tzotzil que no habla español y viaja sin papeles. Los adolescentes aspiran a un mundo mejor más allá de las fronteras mexicanas, pero muy pronto van a enfrentarse a una realidad muy distinta.
Diego Quemada-Díez narra la aventura de estos tres muchachos en un tono ultrarealista que evita cualquier atisbo de compasión por lo que sucede a lo largo del viaje, sin embargo la naturalidad con la que el reparto, que incluyó a inmigrantes reales, consiguen reflejar situaciones y dotar de una credibilidad absoluta la historia. Inteligentemente, se evita también traducir las palabras que pronuncia Chauk en lengua tzotzil durante toda la película, con lo que se apoya aun más la sensación para el espectador de tener solamente la misma información que poseen los protagonistas.
Sin duda el aprendizaje del director con Ken Loach, le ha servido para poder reflejar la realidad de una manera tan natural pero con una delicadeza a la hora de contar las historias con la que imprime un lirismo que en ningún caso desentona con el tono de la película, sino que la embellece.
La jaula de oro es un viaje complejo y doloroso hacia una ilusión efímera se convierte en un aprendizaje y una reflexión sobre la condición humana. No es un filme sencillo pese a su aspecto y sus implicaciones emocionales son devastadoras. El espectador que se aventure en este viaje, encontrará una gran satisfacción, pero también una sensación de tragedia. No obstante, hay una esperanza y eso hace que el filme — que muestra la labor del padre Solalinde, quien ya ha recibido amenazas de muerte por su labor con migrantes y aparece en el filme como él mismo al frente del albergue Hermanos en el Camino — sea mucho más que un convencional drama de denuncia.
La Jaula de Oro
Con Brandón López, Karen Noemí Martínez Pineda, Rodolfo Domínguez y Alejandro Solalinde
Dirige: Diego Quemada-Díez
México/España 2013