28 nov 2013

Tom Hanks: Me fascinan las historias basadas en hechos reales.

Miguel Cane.



Ganador de dos Oscares consecutivos y uno de los actores más populares del mundo, Tom Hanks (Concord, California, 1956) ya tiene experiencia en interpretar el rol de un capitán en situación de peligro. En 1991 dio vida al Comandante Jim Lovell en el drama de Ron Howard Apollo 13 y ahora retorna a las pantallas en Capitán Phillips, el más reciente filme del aclamado director Paul Greengrass. En la cinta, basada en hechos reales – una especialidad del director, que fuera reconocido por la impactante United 93 sobre el 9/11 – se cuenta la historia del secuestro en altamar, a manos de un grupo de piratas somalíes del barco estadounidense Maersk Alabama -buque mercante con una tripulación de 20 hombres y 17 mil toneladas cúbicas de mercancía enfilado a Kenia- en el mes de abril de 2009. El capitán Richard Phillips, al frente de la nave, fue tomado como rehén por los piratas cuando huyeron del Maersk en uno de los botes salvavidas del barco y vivió una escalofriante aventura, que ahora es una de las películas más comentadas de la temporada.



¿Por qué quiso participar en este filme?
Personalmente me fascinan las historias basadas en hechos reales. Soy el tipo de persona que lee el periódico, lee revistas, y que cuando ve una historia que pasó realmente dice “Esto bien podría ser mejor que la mayoría de las películas que he visto antes”. Esta es, de muchas maneras, una historia que tal como sucedió, era un guión en sí misma. Cuando leí el libro que escribió el Capitán Phillips, encontré que ofrecía un relato muy honesto acerca del horror que él vivió. Además, es una historia sumamente visual. Sucede en alta mar y, aunque parezca increíble, tiene un suspenso y un ritmo fascinantes: tienes que saber cómo va a acabar. Hay un grupo de personajes muy humano y muy heterogéneo; por un lado, están los canallas que abordan el barco, por otro, los marineros, cuya aventura es algo muy inspirador. A lo largo de la historia del cine, hemos visto muchas versiones de ficción de qué puede pasar cuando los malos intentan tomar un barco o un avión, pero al ser un suceso real supone uno de los mayores retos al se puede enfrentar un cineasta, que es: “¿qué pasó realmente y cómo lo hacemos tan apasionante que asegure un lugar entre el entretenimiento comercial? ¿Cómo voy a contar esta historia?”



De hecho, usted ha hecho eso antes en otras películas también basadas en historias reales.
Es verdad, y creo que Capitán Phillips es una historia muy convincente. El hecho de que sucediera realmente y que Paul Greengrass quisiera mantener una autenticidad total, lo hace incluso más interesante. Ttrabajar con él exige exactamente eso; es esa clase de director. La primera película suya que vi fue Bloody Sunday, hace ya algunos años, trataba un día muy muy negro de la historia de Irlanda, con gente y sucesos reales. Me impresionó y supe enseguida que era un director con quien me gustaría trabajar. Así que Capitán Phillips fue para mí una gran oportunidad.



¿Cómo es el personaje que interpreta, se apega a la realidad del capitán?
Fue muy difícil al principio, porque como señalas, Richard Phillips existe. Encarnar a alguien como él requiere unas habilidades muy particulares por parte del actor. El suyo es un mundo que nos es desconocido a todos nosotros porque asumimos que los contenedores llenos de artículos llegan fácilmente de un sitio a otro y que es parte del comercio regular. Nunca pensamos realmente en cómo se llevan a cabo esos operativos de transporte. Pero es impresionante lo que alguien como él tiene que hacer en la ruta de, digamos, Abu Dhabi a Djibouti o Mombasa. Como capitán realiza su viaje con una habilidad impresionante relacionada con cosas muy técnicas así como una gran cantidad de habilidades personales, porque tiene que mantener un nivel de disciplina a través de una situación de viaje muy complicada sin perder el respeto y la confianza de su tripulación.

Cuando se conocieron, ¿qué impresión le dio? ¿Tuvo algún efecto en su trabajo hablar con él?
Es un hombre formidable. Al hablar con él, le pregunté qué era la parte más importante de su trabajo durante una travesía y me respondió que, en realidad, lo más delicado no es la operación de la nave, sino la inmensa cantidad de papeleo que implica -relativo a los tres sindicatos que rigen a bordo de un barco mercante. Teniendo eso en cuenta, hay que agregar el hecho de que piratas armados los abordan de repente, y entonces tiene que aplicar algunas reglas básicas: ¿cómo nos mantenemos a salvo y cómo volvemos a casa? Hacer algo así, requiere de una habilidad de improvisar y una visión global de todas las posibilidades. Es algo increíblemente complejo. Phillips se convirtió en el único que lidiaba con los piratas. Su inteligencia y su instinto fueron las herramientas que tuvo a su disposición en esa crisis. Ese es uno de los muchos aspectos fascinantes de Richard Phillips.

Paul Greengrass dijo que, a propósito, impidió que el elenco viera a los piratas, hasta que se grabó la escena del secuestro. Como actor ¿qué le pareció esa experiencia?
Bien, de hecho fue extraordinario, porque yo estaba en el puente y realmente vivimos la captura de la nave como lo hicieron los personajes realmente. Los oímos venir antes de verlos. Paul lo tenía todo calculado, trabajó con la idea de que los piratas iban a empezar siendo pequeñas figuritas en barcos y después correrían a bordo del barco. Los oímos acercarse cada vez más, disparando sus armas. Y entonces cuando, finalmente irrumpen, vimos a estos sujetos que no habíamos visto nunca: tremendamente delgados e increíblemente terroríficos; blandían armas automáticas y pistolas en nuestra cara gritándonos. Fue espeluznante. Muy, muy emotivo y visceral. Estábamos petrificados. Habiendo dicho esto, eso solo pasó en la primera toma. En la tercera ya estábamos haciendo una película y todo fluyó. Eso es testimonio del gran director que es Paul.

¿Y la experiencia de hacer prácticamente todo el rodaje en el mar?
Si no te mareas y puedes conservar tu desayuno en la panza, estás perfectamente y todo son rosas (ríe). Lo que hay que hacer en un caso así, es encontrar el equilibrio tan pronto como el barco abandona el puerto. Rodamos en Malta y cada día zarpábamos para rodar en mar abierto. Eso supone un gran barco yendo y viniendo al puerto cada día y naturalmente, el movimiento es algo a lo que cuesta acostumbrarse. Crees que va a estar estable como un set, pero no es así. Personalmente no tuve ningún problema serio con el mareo, ni vomité, y no creo que la tripulación los tuviera hasta que empezamos a trabajar en las escenas que ocurren en el bote salvavidas. Era muy incómoda y desagradable por lo estrecho. Rodamos algunas escenas en un set en Londres también, pero lo más sorprendente de Paul Greengrass y Barry Ackroyd, el director de fotografía, y todo el staff, es que nadie se sintió intimidado por las exigencias físicas de rodar en un barco. Todo el reparto y el equipo tenían ganas de enfrentarse al reto, porque, de otra forma, estás haciendo una película en un foro normal y así, la aventura no se siente igual, no tiene mucho sentido. Así que la incomodidad y el estómago revuelto a veces fueron un precio muy bajo por una experiencia inolvidable como hacer esta película. La disfruté mucho pese a todo.

Partiendo de su experiencia en películas como esta, ¿cuáles diría que son las cualidades que se necesitan en la vida – real o ficticia -- para ser un líder como el que interpreta?
Creo que es una cuestión de establecer confianza más que otra cosa. En algún momento, tú eres el que dice, “Bien, así es como lo vamos a hacer”. Y si has sido capaz de imbuir respeto a tu equipo, entenderán y querrán seguirte. De hecho, hablé con Richard Phillips sobre esto y dije, “¿Qué hace uno si tiene una tripulación de 26 personas y 3 de ellos son necios?” Richard me dijo, “Estaría feliz si solo fueran tres. ¡Normalmente son muchos más!” (risas) Así que estás siempre en contacto con la gente a tu cargo y tienes que ganarte su respeto y dárselo en la misma medida. Pero también tienes que tener seguridad en tus propias decisiones, así llega un punto en que la tripulación deja sus propios intereses aparte y te sigue. Eso pienso, pero claro, en la vida real yo no soy un líder (risas); yo solo interpreto a uno en las películas.





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