Y entonces, ya sea en la comida o en la sobremesa alguien pregunta ‘¿Y han ido al cine?’ Y yo era de los que siempre decía que no, porque la verdad, nunca iba al cine.
De vez en vez, porque tampoco era muy fan, rentaba algo aquí y allá en el videocentro, cuando estos eran independientes y las películas que ahí se rentaban. Claro que tenía mis favoritas y alguna que otra vez me escapé para ver algo al cine.
El gusto con el cine me viene de mi entrada al mundo del internet, por ahí de 1996. Poco antes de esto había iniciado la modernización del sistema de cines en México con la llegada de las grandes cadenas y esto me animó a redescubrir el cine con la ayuda de esta nueva herramienta del internet.
Como siempre he desconfiado de las críticas de cine donde alguien quien no conozco me decía qué ir y qué no ir a ver, utilicé esta nueva herramienta de la computación para ver en mi pantalla los avances del cine, que hasta entonces había yo decidido eran la única guía confiable (y de hecho la gran mayoría de las veces así es).
Había por entonces una página llamada Movie-List, en donde no solamente se ponían los cortos de las películas a estrenarse sino también cortos de películas clásicas. The Movie-List se convirtió en mi guía para el cine... por aquellos días también me dio por participar en cuanto concurso o trivia apareciera en los medios para ganarme boletos para las premieres de las películas –aunque algunas estaban medio chafas-.
Así las cosas, terminé viendo todo lo que se ponía en cartelera en México. Y trabajando en los foros de CompuServe, terminé dando mi opinión de las películas que veía, nunca como un experto, nunca diciéndole a la gente si la debía o no ver, sino simplemente diciendo qué me gustaba y qué no y ahí descubrí mi extraña tendencia a siempre ver, en todas las películas, algo que valga la pena, por muy insignificante que esto sea.
Y también encontré personas –en línea y en vivo– que no solamente gustaban del cine, sino a quienes les gustaba platicar del cine; resultaba agradable encontrar gente que compartiera mis gustos, pero también encontrar gente que no los compartiera y lo verdaderamente fantástico fue encontrar a la gente que hace este sitio.
Luego de la transformación de los foros de CompuServe en Mexis y To2 y la desaparición de este último, anduvimos deambulando por varios intentos de foros para seguir con esta enriquecedora mecánica del intercambio de ideas... pero siempre lo hicimos, lo hicieron quienes lo hicieron en foros sin temática específica, en espacios donde lo mismo había lugar para hablar de computadoras, de cómics, que de cine y de lo largo que están las colas en el banco los días de quincena. Por algún motivo queríamos replicar el esfuerzo de To2 sin darnos cuenta que la temática que nos unía era el cine ¿cómo es que no nos dimos cuenta?
Hace dos años Miguel Cane y Francisco Peña se dieron cuenta del error que habían cometido y decidieron crear este espacio para hablar de cine, que siempre fue lo que nos mantuvo juntos y con ganas de hacer cosas... las ganas que tenían era de hablar de cine, de ver cine, de escribir de lo que veían...
Ahora bien, a comparación de un servidor (que a lo mucho que llega es a hacer recomendaciones), los que aquí escriben con regularidad sí saben de cine, no solamente a nivel teórico sino lo han visto, lo han estudiado, saben de qué se trata y lo mejor: lo saben comunicar de forma amable.
Recuerdo que en la universidad llegué a entrar a dos o tres proyecciones de algunos de los cineclubes, después de la película se hablaba de lo que a uno le había parecido y si los críticos de los medios se me hacen pesados, estos debates se me hacían infumables. Aquí se da el debate antes y después de la película, pero no se tiene ni siquiera la pretensión de servir como guía sino de compartir el gusto.
Pero sirve extraordinario de guía, aunque uno –no lo niego– tiene la ventaja de conocerles a la mayoría de los que escriben y puede uno imaginárselos haciendo sus comentarios. El método, por informal, es extraordinariamente efectivo, porque nadie tiene la obligación de ir a tal presentación, nadie tiene la orden de escribir de tal película o de tal cosa con premura de tiempo y aunque se haga con premura, se hace por y con gusto.
En esto de la crítica profesional (que nunca he ejercido) hay siempre un gran problema: te lanzas a ver la película, con suerte entrevistas a dos o tres o diez personajes y te pones a escribir como loco, no hay tiempo de digerir, de agarrarle gusto a algo... acá encontramos ese tiempo, ese gusto de quien vio la película y tuvo el tiempo de armar con calma una opinión, el cómo contarla, el cómo recomendarla sin contar el final... o mejor aún (que es lo que yo trato de hacer), hablar de una película luego de haberla visto mil veces.
¿Quién peor para recomendar una película que el obsesivo que se sabe los diálogos? Y esta gente, se los juro, ha visto más películas que uno comerciales...
‘Hay que hacer un Visiones de... esto’ dice Miguel... y con eso se lanzan a ver la misma película y cada quien da su visión... la premisa suena simple, pero qué divertido ejercicio resulta comprobar lo cierto de la sobada premisa que dice que cada cabeza es un mundo.
Recuerdo que yo no quería ver La Vida es Bella, había escuchado o que era una basura o que era la mejor película jamás filmada (por eso odio a los críticos)... y, teniéndolo entonces a la mano, busqué a Paco Peña para preguntarle no si era buena idea verla, no si era buena o mala, sino a qué me iba a exponer, qué debía yo esperar... y me respondió que fuera a verla teniendo en cuenta que lo que iba a ver era un cuento, una fábula...
Es más o menos lo que hago con Cinevisiones, veo de qué se tratan las cosas, porque uno no es un experto, pero así al menos sabe hacia dónde voltear.
Porque es un gran cuate, Paco Peña reproduce aquí mis columnas; porque no se puede estar quieto, Miguel Cane aquí publica algunas de las tantas entrevistas que hace a la gente de cine, como quedó en evidencia ahora con los ganadores de los premios Óscar... sé que no lo debo hacer, pero como andamos de aniversario igual me aviento, a quien lee esto, a quien va al cine, ¿por qué no animarse a entrarle con sus opiniones? ¡Vale! Digan que yo los mando y estoy seguro que Paco podrá hacer un huequito en Cinevisiones para aquellos que puedan escribir una cuartilla sobre la película de sus amores.