Jacobo Bautista
Los últimos dos grandes libros que he comprado ha sido en aeropuertos, el de Next fue en el aeropuerto de Cancún y ese libro, curiosamente, lo terminé de leer a medio viaje por Egipto por lo que, para el largo camino de regreso, tenía que comprar otra cosa qué leer (y ni modo, ni lo que me estaba esperando en el buró ni Amazon podían ayudarme en medio del desierto nubio).
De ida, en el aeropuerto, de Amazon había visto en su selección de best sellers un par de libros sobre la guerra que me llamaron la atención, uno de Stephen Ambrose y un par más sobre la historia de alguna gran batalla en la Primera Guerra Mundial, contada desde la perspectiva alemana. De regreso, de nuevo en el enorme aeropuerto holandés, me puse a buscar los libros y nada... pero encontré un par, primero tomé uno sobre la batalla de Anzio (que me sé más o menos la historia porque la mencionan en la película de Pink Floyd: The Wall) y un curioso libro, con un soldado muy gringo en la portada, llamado simplemente: Héroes.
“La más grande generación y la Segunda Guerra Mundial” es el subtítulo del libro de James Holland. La premisa del libro es sencilla: he aquí a un montón de gente, no terminaban de llegar a la adolescencia cuando sus países se vieron atacados, bombardeados, agredidos, invadidos... ¿qué haríamos nosotros en el caso de esta bola de chamacos? ¿tendríamos también los tamaños para, sin pensarlo –como ellos lo hicieron– ir la misma tarde en que comenzó la guerra y alistarnos en el ejército?
Porque hablar es muy fácil, decir “claro que sí”, pero esta colección de héroes que juntó James Holland en su libro no lo pensó, fueron, se enlistaron y vivieron el infierno.
¿Se imaginan a David Beckham colgando los tenis, renunciando a su vida de lujos para ir a vivir a las barracas, aprender a manejar un tanque y luego, dentro de uno de ellos enfrentar a los famosos panzer alemanes? Bueno, pues Tom Finney, uno de los futbolistas más talentosos de Inglaterra en los años 40, así lo hizo, sin pensarlo. Aunque durante la guerra jugó muchos encuentros de exhibición, cuando lo tuvo que hacer, ni modo, se metió en un tanque de guerra y fue a recibir balazos de los alemanes, mientras él hacía lo propio, esto en el frente italiano donde la cosa se les puso a los aliados color de hormiga.
La historia de John Leaver y Fred Walsh es otra de las maravillas del libro, acá tienen a un par de amigos que se van a combatir a los japoneses y, casi llegando a la guerra son capturados por los nipones. De los cinco años que duró la guerra, estos pobres se pasaron tres en cautiverio, en unas condiciones que da asco leer... ambos, John y Fred admiten que si sobrevivieron a la pesadilla del cautiverio fue por la amistad de uno con el otro.
Hay también historias que sacan de onda, como la de George Jellicoe, aristócrata inglés que, al momento de escribirse el libro ocupaba un asiento en el congreso británico. Jellicoe, con todo y todo, siendo ‘hijo de papi’, decidió pelear la guerra. Se enlistó con los equipos especiales e hizo de todo, misiones que ni en las películas se atreven a contar porque se verían totalmente irreales... la cereza del pastel en la historia de Jellicoe es el día en que liberó Atenas de los alemanes... él solo, bueno, con un compañero, montado en una bicicleta.
Quizá a algunos de los lectores más asiduos de estas páginas (que son también los más cinéfilos), recuerden a Ken Adam, ganador de dos premios Óscar por mejor escenografía... en su adolescencia, Ken (alemán judío, que salió huyendo a tiempo de Alemania) fue parte del escuadrón 609 de la Real Fuerza Aérea que destruyó tanques, ferrocarriles, depósitos de municiones y prácticamente todo lo que encontraba a su paso, esto, volando los aviones Hawker Typhoon, que eran como tanquecitos con alas. Otra de las historias que realmente lo hacen pensar que aquella fue una gran generación es la de Wladek Runikowicz, polaco... que no obstante su país ser invadido por los rusos, ser hecho prisionero de los rusos, liberado, sobrevivido condiciones patéticas para luego formar parte del ejército polaco (aunque su país estaba ocupado) y pelear de lado de los aliados... este capítulo señala además la gran contribución de los polacos contra los nazis, fueron ellos quienes tomaron por fin Monte Casino en Italia y fueron –esto es bien curioso- los pilotos polacos del escuadrón 303 de la Real Fuerza Aérea, los que más aviones alemanes derribaron durante la Batalla de Inglaterra.
Ahora... el mérito de Holland no ha sido tanto escribir de forma entretenida este libro, ni siquiera el haber conseguido una buena muestra de soldados polacos, pilotos alemanes que pelearon de lado de los aliados, una actriz guapísima miembro de la resistencia francesa, marinos de submarinos, un partisano italiano... sino el haberlos encontrado y haberlos hecho hablar.
Una de las preocupaciones del autor, quien tiene más libros sobre el tema es que esta gran generación está lentamente desapareciendo. Y una característica de estos héroes, que pasaron miseria y media en la guerra, es que regresaron a sus hogares luego de salvar al mundo, siguieron con sus vidas y no hablaban de la guerra... algunas de las más grandes historias de heroísmo nadie las contó porque los protagonistas no se consideran héroes ni nada por el estilo (e incluso de enojan y gritan “no, nosotros no somos héroes ni nada por el estilo, los héroes son los que están enterrados allá”). Quizá es por la edad que hayan comenzado a hablar de sus experiencias, que mal hicieron en reservarse, el caso es que leyendo estas aventuras se le quita todo el glamour hollywoodesco a la guerra.
No sé si mi generación hubiera enfrentado en su momento (cuando teníamos 19 años) una cosa de este tamaño, no sé si hubiéramos tenido la entereza para sobrevivir a todo aquello, por lo que sólo queda mi admiración por estos 21 personajes que nos regala James Holland en su libraco, que, por cierto, en esta edición que les comento, trae un ‘Post Data’ con algunos datos extras y una entrevista que le hicieron al autor, precisamente respecto al libro... son unas cuantas páginas, pero sirven de postre a la lectura... y es una idea que me pienso fusilar algún día.
Heroes
por James Holland
Publicado por Harper Perennial
(Esta recomendación es sobre el libro titulado Heroes, en 2006 se publicó su primer edición, bajo el título Twenty-One)
ISBN-10: 0007213816
ISBN-13: 978-0007213818
Los últimos dos grandes libros que he comprado ha sido en aeropuertos, el de Next fue en el aeropuerto de Cancún y ese libro, curiosamente, lo terminé de leer a medio viaje por Egipto por lo que, para el largo camino de regreso, tenía que comprar otra cosa qué leer (y ni modo, ni lo que me estaba esperando en el buró ni Amazon podían ayudarme en medio del desierto nubio).
De ida, en el aeropuerto, de Amazon había visto en su selección de best sellers un par de libros sobre la guerra que me llamaron la atención, uno de Stephen Ambrose y un par más sobre la historia de alguna gran batalla en la Primera Guerra Mundial, contada desde la perspectiva alemana. De regreso, de nuevo en el enorme aeropuerto holandés, me puse a buscar los libros y nada... pero encontré un par, primero tomé uno sobre la batalla de Anzio (que me sé más o menos la historia porque la mencionan en la película de Pink Floyd: The Wall) y un curioso libro, con un soldado muy gringo en la portada, llamado simplemente: Héroes.
“La más grande generación y la Segunda Guerra Mundial” es el subtítulo del libro de James Holland. La premisa del libro es sencilla: he aquí a un montón de gente, no terminaban de llegar a la adolescencia cuando sus países se vieron atacados, bombardeados, agredidos, invadidos... ¿qué haríamos nosotros en el caso de esta bola de chamacos? ¿tendríamos también los tamaños para, sin pensarlo –como ellos lo hicieron– ir la misma tarde en que comenzó la guerra y alistarnos en el ejército?
Porque hablar es muy fácil, decir “claro que sí”, pero esta colección de héroes que juntó James Holland en su libro no lo pensó, fueron, se enlistaron y vivieron el infierno.
¿Se imaginan a David Beckham colgando los tenis, renunciando a su vida de lujos para ir a vivir a las barracas, aprender a manejar un tanque y luego, dentro de uno de ellos enfrentar a los famosos panzer alemanes? Bueno, pues Tom Finney, uno de los futbolistas más talentosos de Inglaterra en los años 40, así lo hizo, sin pensarlo. Aunque durante la guerra jugó muchos encuentros de exhibición, cuando lo tuvo que hacer, ni modo, se metió en un tanque de guerra y fue a recibir balazos de los alemanes, mientras él hacía lo propio, esto en el frente italiano donde la cosa se les puso a los aliados color de hormiga.
La historia de John Leaver y Fred Walsh es otra de las maravillas del libro, acá tienen a un par de amigos que se van a combatir a los japoneses y, casi llegando a la guerra son capturados por los nipones. De los cinco años que duró la guerra, estos pobres se pasaron tres en cautiverio, en unas condiciones que da asco leer... ambos, John y Fred admiten que si sobrevivieron a la pesadilla del cautiverio fue por la amistad de uno con el otro.
Hay también historias que sacan de onda, como la de George Jellicoe, aristócrata inglés que, al momento de escribirse el libro ocupaba un asiento en el congreso británico. Jellicoe, con todo y todo, siendo ‘hijo de papi’, decidió pelear la guerra. Se enlistó con los equipos especiales e hizo de todo, misiones que ni en las películas se atreven a contar porque se verían totalmente irreales... la cereza del pastel en la historia de Jellicoe es el día en que liberó Atenas de los alemanes... él solo, bueno, con un compañero, montado en una bicicleta.
Quizá a algunos de los lectores más asiduos de estas páginas (que son también los más cinéfilos), recuerden a Ken Adam, ganador de dos premios Óscar por mejor escenografía... en su adolescencia, Ken (alemán judío, que salió huyendo a tiempo de Alemania) fue parte del escuadrón 609 de la Real Fuerza Aérea que destruyó tanques, ferrocarriles, depósitos de municiones y prácticamente todo lo que encontraba a su paso, esto, volando los aviones Hawker Typhoon, que eran como tanquecitos con alas. Otra de las historias que realmente lo hacen pensar que aquella fue una gran generación es la de Wladek Runikowicz, polaco... que no obstante su país ser invadido por los rusos, ser hecho prisionero de los rusos, liberado, sobrevivido condiciones patéticas para luego formar parte del ejército polaco (aunque su país estaba ocupado) y pelear de lado de los aliados... este capítulo señala además la gran contribución de los polacos contra los nazis, fueron ellos quienes tomaron por fin Monte Casino en Italia y fueron –esto es bien curioso- los pilotos polacos del escuadrón 303 de la Real Fuerza Aérea, los que más aviones alemanes derribaron durante la Batalla de Inglaterra.
Ahora... el mérito de Holland no ha sido tanto escribir de forma entretenida este libro, ni siquiera el haber conseguido una buena muestra de soldados polacos, pilotos alemanes que pelearon de lado de los aliados, una actriz guapísima miembro de la resistencia francesa, marinos de submarinos, un partisano italiano... sino el haberlos encontrado y haberlos hecho hablar.
Una de las preocupaciones del autor, quien tiene más libros sobre el tema es que esta gran generación está lentamente desapareciendo. Y una característica de estos héroes, que pasaron miseria y media en la guerra, es que regresaron a sus hogares luego de salvar al mundo, siguieron con sus vidas y no hablaban de la guerra... algunas de las más grandes historias de heroísmo nadie las contó porque los protagonistas no se consideran héroes ni nada por el estilo (e incluso de enojan y gritan “no, nosotros no somos héroes ni nada por el estilo, los héroes son los que están enterrados allá”). Quizá es por la edad que hayan comenzado a hablar de sus experiencias, que mal hicieron en reservarse, el caso es que leyendo estas aventuras se le quita todo el glamour hollywoodesco a la guerra.
No sé si mi generación hubiera enfrentado en su momento (cuando teníamos 19 años) una cosa de este tamaño, no sé si hubiéramos tenido la entereza para sobrevivir a todo aquello, por lo que sólo queda mi admiración por estos 21 personajes que nos regala James Holland en su libraco, que, por cierto, en esta edición que les comento, trae un ‘Post Data’ con algunos datos extras y una entrevista que le hicieron al autor, precisamente respecto al libro... son unas cuantas páginas, pero sirven de postre a la lectura... y es una idea que me pienso fusilar algún día.
Heroes
por James Holland
Publicado por Harper Perennial
(Esta recomendación es sobre el libro titulado Heroes, en 2006 se publicó su primer edición, bajo el título Twenty-One)
ISBN-10: 0007213816
ISBN-13: 978-0007213818