26 ago 2009

El viaje en el tiempo de Eric Bana

Aunque podría ser una gran estrella, este actor australiano, ha preferido mantenerse ocupado con menos proyectos, pero todos de muy alto perfil.

Miguel Cane


Eric Bana 11th Annual Critics' Choice Awards Santa Monica, CA


Lo primero que llama la atención de un actor como lo es Eric Bana (Melbourne, Australia, 1968) es su dedicación a mantener su estatus lo más alejado posible del estrellato de Hollywood. De hecho, apenas unos minutos antes de conversar con él en un céntrico hotel madrileño, da la impresión de no ser el protagonista de más de una decena de películas taquilleras, sino un padre de familia más que visita Europa durante la temporada veraniega: no hay fotógrafos que lo persigan ni se da aires de gran estrella, es solo un intérprete profesional que está en promoción de su más reciente filme, la cinta Te amaré por siempre (título que le han puesto en castellano a The Time Traveller’s Wife, adaptación de la muy popular novela de Audrey Neffnegger, que fue un best-seller desde su aparición en 2002), en la que Bana comparte créditos con Rachel McAdams, protagonizando la estremecedora historia de una pareja que debe pasar por las más duras pruebas, cuando el marido, un bibliotecario en Chicago, desarrolla un síndrome que literalmente lo obliga a desplazarse en el tiempo, al parecer sin control.

Ser llamado por un estudio grande para trabajar en una producción tan anticipada como esta, es algo que muchos actores ansían lograr en algún momento de su vida. ¿Cómo fue en tu caso?
La primera vez que supe del proyecto, no era para mí. Leí en alguna parte que estos grandes nombres – Brad Pitt, Nicole Kidman- estaban mencionados en torno a este filme y yo pensé, bueno, no tiene nada qué ver conmigo. Hasta que Robert (Schwietzke, el director) me localizó, yo no sabía para qué quería conversar conmigo, lo cual no es nada extraño. Cuando se trata de proyectos de este estilo, los directores prefieren charlar contigo antes de empezar nada. Así que le escuché con detalle. Me contó que estaba pensando rodar una película basada en esta novela y entonces comenzó a explicarme al detalle cómo sería su proyecto. Le pregunté, sin más, por qué estaba compartiendo conmigo toda esa información. Y fue entonces cuando me explicó que quería que yo fuese Henry, el protagonista. Me sentí tan emocionado que le dije que sí enseguida.


Eric Bana at the LA premiere of Universal's The Hulk


El personaje de Henry DeTamble parece ser un auténtico reto, tanto físico como emocional…
Sí, lo cierto es que por parte de mis compañeros y del director obtuve mucha ayuda, porque, cuando te dispones a recrear un personaje como éste, puedes hacerlo bien o mal, pero seguro que, requiere mucha atención y si te llegas a fijar mejor en detalles que de otro modo no percibirías.

¿Llegaste a sentirte extraño en algún momento del rodaje?
Como todo el mundo sabe, a la hora de filmar suelen rodarse escenas que no necesariamente se desarrollan en orden cronológico. En una cinta de esta temática eso es aún más complicado: a veces encadenábamos diferentes secuencias en un mismo día y recuerdo que lo más difícil fue mentalizarme antes para centrarme en qué momento del filme estábamos. No resultaba nada fácil pasar de una situación de calma a otra más tensa, como ésas en las que Henry duda o no sobre su destino.

Seguro que, de alguna manera, esta película le habrá hecho reflexionar sobre los temas que toca. ¿Qué lecciones sientes que pudiste haber extraído del filme?
Siento que cuando me disponía a preparar el papel lo encontré, por un lado, fascinante y, por otro, aterrador. No tener control sobre algo que transforma radicalmente tu vida es algo que siempre resulta inquietante. Pero lo más importante para mí fue que Henry, pese a todas sus peripecias, mantiene sus prioridades en orden y lucha por estar con la mujer que ama. Y creo que esa es una visión muy poderosa.

¿Cómo fue la experiencia en el set?
Estupenda. Fue una buena filmación. Robert estaba muy entusiasmado con el proyecto. Me comentó que era para él una excelente oportunidad de trabajar a partir de un concepto tan elaborado y desarrollarlo en entera libertad. Me pareció muy bien. Nos entendimos perfectamente cuando me dirigía y realmente no fue un trabajo muy difícil. ¿Que si volvería a trabajar con él? Sí, por supuesto. Cuando una persona tiene tantas ganas de hacer una película su entusiasmo y sus ganas de hacer las cosas son contagiosos. Me sentí muy bien.


Eric Bana at the New York premiere of Warner Brothers' Troy


El reparto, para tratarse de una cinta de este tipo, cuenta con actores de primera. ¿Cómo fue trabajar con ellos?
Fue muy divertido trabajar con Rachel McAdams. He sido su admirador desde hace algún tiempo. Creo que es una estupenda actriz. Y fue muy fácil establecer una dinámica entre ambos personajes para poder trabajar. Es importante que exista un rapport si vamos a llevar en nuestras espaldas una parte tan sustancial de la película como lo es el matrimonio entre Henry y Claire. Y lo mismo va por el resto del elenco. Ron Livingston es una verdadera delicia… verlo trabajar es una maravilla. Trabajar con todo el elenco que se conformó fue algo realmente estupendo. Todos aportan algo importante a la película y creo que se aprecia en el resultado final.
¿Buscabas hacer algo más que una película “palomera”?
El cine de entretenimiento no me parece en realidad algo tan malo. (Se ríe) Sí, hay películas malas, pero lo mismo puede ocurrir con grandes producciones. Todo está en el aire y tú debes saber qué es lo que haces con el material que tienes. Trato de buscar un equilibrio. Hacer esta clase de películas me gusta bastante. Pero sobre todo, me permite el poder darme la oportunidad de hacer proyectos de un perfil distinto. Cintas más independientes que también me traen una gran satisfacción.

Tú comenzaste tu carrera como humorista, en Australia. ¿No echas de menos volver a ese género?
Para mí hacer películas dramáticas es un reto más personal. Pero no por ello dejo de reconocer que cuando acabo proyectos como éste me gustaría ponerme a rodar una película 'facilona', de esas que te hacen dormir a pierna suelta... por eso acepté la invitación de Judd Appatow para hacer Funny People. Fue la primera comedia que hacía en mucho tiempo y me sentí muy cómodo de volver al género en que empecé – y por el que, curiosamente, no me conocen en otras partes del mundo. Creo que como actor tienes que ser versátil… nunca sabes de qué campo te vendrá la oferta. Y yo vivo muy lejos, del otro lado del mundo. Para viajar a Los Angeles para hacer una película, necesito que el proyecto sea tan atractivo para apartarme el tiempo que tome el rodaje y promoción de mi familia, que es mi prioridad más importante. Este año tuve mucha suerte de tener tres (Star Trek, Te Amaré…, Funny People) que me entusiasmaron y valieron la pena. Me siento muy orgulloso de ello.


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