Historia de dos cocinas
Miguel Cane
Si piensan ir a ver esta nueva película de Nora Ephron, con ese fenómeno conocido como Meryl Streep en el rol principal, más vale que tomen un consejo: no vayan con el estómago vacío, o bien, tengan mesa reservada para la salida en un buen restaurante y no coman palomitas. Esto arruinaría el apetito que seguro se les va a despertar con esta cinta, con que Nora Ephron se reivindica después de algunas películas irregulares (¿Recuerdan el pretencioso 'remake' de Hechizada que a nadie le gustó?), que muestra las vidas paralelas de dos mujeres apasionadas por el buen comer.
Aquí, la Streep -- estupenda, como es costumbre- interpreta a la célebre chef Julia Child (1908-2003), que revolucionó el mundo de la cocina como la primera chef con un programa de TV (sí, incluso antes que la mismísima Chepina). En los años 40, cuando estaba casada con un diplomático estadounidense Child vivió varios años en París y aprendió a cocinar en la prestigiosa escuela de cocina Le Cordon Bleu, donde descubrió los secretos de la haute cuisine. Su trabajo posterior incluiría varios libros para presentar la cultura gastronómica francesa a los estadounidenses, aunque esto no lo explora la cinta, enfocándose más en su historia de amor con los ingredientes y las recetas.
Simultáneamente, exploramos la historia de Julie Powell, (Amy Adams), que tambien es un personaje real: una oficinista neoyorquina con un trabajo poco interesante y un pasado como escritora frustrada. En 2002 Powell decide escribir un blog sobre sus aventuras cocinando las 524 recetas que contiene el primer libro escrito por Child y se propone conseguir esta hazaña en tan sólo un año, con el apoyo incondicional de su marido, Eric (Chris Messina, con quien Amy Adams tiene una química notable), que demuestra que tal vez esa clase de cónyuges no están solo confinados a las películas (si es que Ephron, en su adaptación de ambos libros de memorias, no pintó todo muy de color rosa, ya que el personaje de Paul Child – un excelente trabajo de Stanley Tucci- se siente igualmente idealizado, ¿o de verdad sería Mr. Child tan maravilloso como Mr. Powell? No sólo estuvieron junto a ellas en todo momento, sino que además no dejaron ni una migaja de lo que les servían para comer).
La película, primorosamente realizada en locación, es optimista y alegre, refleja el afán de superación que expone la vida de estas mujeres tan diferentes, pero a menudo tan parecidas. Julie y Julia, además de un sinfín interminable de platos cocinados por las protagonistas, nos deja ver algunos de los momentos más vulnerables en las vidas de ambas. Los colores, las texturas, los movimientos de cámara, incluso los sonidos, se incorporan y crean un plato delicioso. La Streep (que luce inmensa, literalmente, haciendo eco de Julia Child, que medía 1.90) se divierte, se nota: es cálida, es irresistible. Y Amy Adams, como la co-protagonista, en su propio tiempo, le da réplica – si bien no tienen escenas juntas- y hace de su segmento, una historia independiente y rica en sensaciones, amén de que el carisma de la actriz es notable e irradia en cada escena.
Película amena, adulta, inteligente y apetitosa, Julie y Julia es un acierto en la cartelera y permite ver a dos excelentes intérpretes en plena forma, mientras estimula al espectador en muchos sentidos, más allá del visual; así es que queda clara la razón del consejo que abre esta columna: esta es una cinta que se debe ver con gusto y proporciona una enorme satisfacción, casi semejante al mejor postre que puedan ordenar en su restaurante preferido. ¡A ver sin falta!
Julie y Julia/Julie & Julia
Con Meryl Streep, Amy Adams, Chris Messina y Stanley Tucci
Dirige: Nora Ephron
Estados Unidos 2009