Dos veces nominada al Oscar, esta pelirroja carismática ha pasado de ser una promesa, a ser toda una estrella y por derecho propio.
Miguel Cane
Nacida en una base militar estadounidense en Italia hace treinta y cinco años, Amy Adams no se imaginaba, cuando obtuvo una beca para estudiar en la escuela de arte dramático de Yale, que quince años después de graduarse, filmaría dos películas seguidas con la más distinguida alumna de dicha escuela: Meryl Streep.
Sin embargo, su trabajo en La Duda le valió su segunda nominación al Oscar como mejor actriz de soporte (la primera fue en 2005 por la cinta independiente Junebug), y una recomendación de la propia Meryl para ser considerada en Julie y Julia, la nueva cinta e la que – aunque no tienen escenas juntas- ambas participan; la Streep interpretando a la legendaria chef americana Julia Child, quien tras varios años de residir en Francia revolucionó el mundo de la cocina y la televisión y la joven Adams dando vida a Julie Powell, una joven ama de casa de Manhattan que, en la presente década, decidió emular a su ídola y cocinar todas las recetas francesas que Julia Child compiló durante sus años como esposa de un diplomático en París. El resultado es una cinta cálida y humana que muestra a las dos actrices en pleno, consagrando aún más a la Streep y estableciendo a la Adams como una figura digna de reconocimiento.
Ahora bien, Amy no es ninguna recién llegada: “pico piedra” en televisión y en algunass comedias antes de que Steven Spielberg la eligiera para Atrápame si puedes, con Leonardo DiCaprio y Tom Hanks y su papel en Junebug, con Alessandro Nivola y Embeth Davidtz , como una joven esposa con un avanzado embarazo y un optimismo a toda prueba aún ante la tragedia, el que la puso en primera línea y le hizo aspirar al Oscar, seguida por el apoteósico éxito de Encantada, que realizó para Disney, misma que la puso en el mapa.
El público está acostumbrado a verte hacer comedia, cosa que no es fácil... ¿Cómo te sientes con una historia más apegada a la vida real?
Me gustó mucho poder hacer esto. Verás, yo respondo a los personajes que me ofrecen, a los actores que están involucrados en cada proyecto, a los guiones, a los directores. Y en este caso era increíble porque me entusiasmaba la idea de volver a estar cerca de Meryl Streep. Además es bueno cambiar de género y ser más flexible a la hora de interpretar personajes. ¡Y me gusta hacer comedia, eso es verdad! Y en cierto sentido, esta película lo es: tiene humor, como la vida misma y eso siempre resulta atractivo para un actor.
Tú estudiaste en la misma universidad que Meryl Streep ¿Cómo te sentiste de trabajar con ella por segunda vez?
No encontrarás una persona más generosa y amable en la vida, que Meryl. Es una mujer extraordinaria y no lo creerías, después de todo, ¡es Meryl Streep! Pero ella no se lo cree, no se cree este mito de la gran leyenda que la precede. En esta película no tenemos escenas juntas y de hecho nunca coincidimos, pero antes de que rodáramos, Nora Ephron (la directora) nos invitó a comer para que habláramos las tres del proyeto y fue muy divertido. Creo que en esta película, Meryl hace un trabajo excelente ¿no te parece? Trabajar con ella es como una clase extraordinaria, como tener a la mejor maestra ahí, trabajando contigo. Creo que es una mujer formidable y me hace buscar siempre la mejor versión de mí misma. La admiro. ¿Se nota? (Risas)
¿Requirió mucha preparación de tu parte poder convertirte en cocinera estrella?
Antes del entrenamiento para la película, te voy a confesar que era una cocinera terrible, nunca lo hacía. Podia hacer de todo, arreglar la mesa, servir el vino en una cena, pero nunca cocinar. ¡Era un desastre! Pero después de entrenarme con varios chefs que nos asesoraron a Meryl y a mí para seguir los métodos de Julia Child, he desarrollado una confianza en mí misma y te diré que mi novio está encantado (Risas).
Debo decir que unas semanas antes de comenzar la filmación tuve que aprender a evitar cortarme los dedos y estar atenta de los ingredientes y cómo van juntos y en todo el proceso de preparar la comida Creo que ese era el gran detalle de Julia Child: consiguió que, incluso la gente que no cocina, se interesara en sus libros y sus programas de televisión; lograba que quedaras fascinado con el proceso. Es como cuando alguien interpreta un instrumento musical y disfrutas viéndolo tocar, deseando tener ese talento y ver a Julia Child [que falleció a los 91 años en 2003] y seguir sus lecciones fue una revelación para mí.
Julie Powell es una persona real. ¿La conociste antes de rodar? ¿Te dio algún consejo?
No exactamente. A Julie la conocí hasta que ya estábamos rodando. Ella es una mujer fantástica, muy divertida, muy inteligente, y me dio una entera libertad para interpretar a la Julie de la película, porque, como la Julie del libro – mismo que escribió contando sus experiencias de vida mientras recreaba el recetario de Julia Child- es un poco como un aspecto de ella, pero no necesariamente es una recreación fiel o biográfica de ella misma. Así que visitó el set, charlamos un rato y me pareció que estaba tan emocionada como lo estábamos nosotros. Traté de interpretar a este personaje con la calidez y alegría que son patentes en el libro y en el guión que hizo Nora. Julie es una mujer optimista y alegre, yo procuro serlo y eso es lo que tenemos en común, así que en ese sentido fue mucho más fácil poder identificarme con ella. Me sentí muy contenta de hacerlo, y además tuve mucho apoyo por parte de Chris Messina, que interpreta a Eric, el marido de Julie y juntos logramos una dinámica que nos funcionaba muy bien en las escenas juntos, es decir, pudimos establecer una interpretación que podría asemejarse a la vida real de Julie Powell, pero estos son también personajes de una película y eso es lo que hace más atractivo el reto para un actor.
Pese al reconocimiento de dos nominaciones al Oscar, muchos siguen viéndote como una 'revelación'. ¿Qué expectativas tienes ?
No estoy segura de qué ocurrirá con esta o con otra película, pero tampoco lo sabía al hacer Junebug, y me dio muchas oportunidades, me permitió acercarme a mucha gente que no conocía mi trabajo. Lo mismo con Encantada o con La Duda, así que estoy muy agradecida por eso. Espero ser siempre una 'revelación', es algo bueno porque significa que la gente aun me está descubriendo.
¿Sientes los efectos de la fama en tu vida diaria?
Creo que todavía no soy famosa, no en el sentido estricto. Ahora mismo sólo me reconocen algunas personas y todavía tengo mucha privacidad en mi vida cotidiana y eso es algo que definitivamente aprecio. Además, cuando alguien se me acerca, usualmente lo hace con mucho respeto, o son niñas que vieron Encantada y me llaman 'Giselle' y eso me encanta. Ahora bien, sí reconozco que la fama también te abre muchas puertas, y eso es bueno para una actriz que trabaja, que es exactamente lo que soy. Esta es mi profesión. De esto vivo. Y a esto quiero seguir dedicándome por años, porque me gusta.