7 oct 2009

Sigourney llega a la edad de oro

Es una Diosa de la pantalla por méritro propio y no hay quien se lo discuta. Ahora, llega esplendorosa a los 60, tan radiante como el primer día.

Miguel Cane


Sigourney Weaver in Sony Pictures Classics' Imaginary Heroes


Amazónica, inolvidable y fascinante, Sigourney Weaver, nació con el nombre de Susan Alexandra en Nueva York el 8 de octubre de 1949, con la proverbial cuchara de plata en la boca: su padre era Pat Weaver, el presidente de la NBC y su madre era la actriz Elizabeth Inglis (que trabajó en los 30 a las órdenes de Alfred Hitchcock). El alias que la ha distinguido hasta hoy, se lo puso de manera permanente a los 14 años a raíz de un personaje de El gran Gatsby, de Scott Fitzgerald. Ya para entonces medía el 1.80 que es una de sus caracteristicas principales. Es graduada de la Escuela de Arte Dramático (donde fue compañera de generación de Meryl Streep), en la que también estudiaron otras figuras como Paul Newman, Stacy Keach y Edward Norton.

Allure de altura
Donde a otras chicas una estatura tan elevada les causaría inhibiciones, en el caso de Sigourney fue todo lo contrario. Luego de una temporada como hippie, incursionó en el modelaje mientras conseguía trabajo de actriz y así apareció en revistas como Vogue y Bazaar, hasta que su carrera artística empezó en 1973 con la parodia presentada Off-Broadway Watergate Classics de Christopher Durang (con quien ha seguido colaborando hasta la fecha), en la que parodiaba a la sufrida Pat Nixon. Su primer papel cinematográfico fue una escenita cameo en Annie Hall (1977) en la que aparecía literalmente de la mano de Woody Allen y la fama llegó como la inenarrable Ellen Ripley en el ultra-clásico de ciencia ficción y horror Alien, de Ridley Scott, cinta en que interpretaba a una astronauta sola en una nave espacial intergaláctica que es amenazada por un monstruo reptil. Esta la convertiría en una auténtica estrella de acción femenina. También en las tres siguientes cintas de la saga Sigourney interpretó a Ellen Ripley.

Sigourney Weaver as Ripley in 20th Century Fox's Alien


Los críticos elogiaron a la heroína por su inteligencia, su valentía y su sex appeal, haciendo nacer una estrella perdurable, ya que tres décadas más tarde, ha demostrado su talento en más de 50 filmes. Como su colega -y dícese, en algún tiempo rival- Meryl Streep, la buena Siggy, hasta el día de hoy no se puede quejar por la falta de papeles por ser una mujer mayor de 50: entre 2007 y 2009 ha participado en siete películas, protagonizando tres.

Neoyorquina de pura cepa (aún hoy vive en el lado oeste de la ciudad y jura que la sola idea de establecerse en Los Ángeles le da grima), llega a los 60 encantada de la vida: "Con más edad valoramos más lo que tenemos. Eso ayuda a vivir el presente, en vez de derrochar energías anhelando alguna otra cosa. Y por lo mismo, me encanta cumplir años.”

Desde 1984, está felizmente casada con el dramaturgo y director de teatro Jim Simpson, a quien conoció en una cita a ciegas después de expresarle a una amiga que “le gustaría conocer a un hombre que se pareciera a Mel Gibson” -- con quien recién había rodado El año que vivimos en peligro- “Nos conocimos,” ha relatado “cenamos, nos reímos, me acompañó a casa y se quedó a mi lado desde entonces”. Juntos fundaron el teatro The Flea, en el que habitualmente montan obras en las que ella actúa y son los padres de una hija, Charlotte, nacida en 1990.

Reina sin corona
Aunque parezca un crimen, Siggy no ha ganado nunca un Oscar. Ha sido nominada en tres ocasiones, una por interpretar a Ripley en Aliens (1986) la secuela del original, que fue dirigida por James Cameron, misma que transformó la saga de una Space Opera con tintes de horror, a una cinta de acción con explosiones, tensión y unos efectos espectaculares. Las otras dos nominaciones le vinieron el mismo años, 1988, una como mejor actriz por su interpretación memorable de Dian Fossey en la cinta biográfica Gorilas en la niebla (dirigida por Michael Apted) y otra como mejor actriz de reparto por su interpretación de la jefa deliciosamente egocéntrica y arpía de la (entonces) suculenta Melanie Griffith en la comedia de Mike Nichols Working Girl, por la que ganó un Globo de Oro.

Sigourney Weaver at the Hollywood premiere of MGM's Heartbreakers


No obstante, esto no le ha impedido ser una figura notable en cintas de grandes directores: en 1994 encarnó a Paulina Escobar, sobreviviente de tortura en La Muerte y la Doncella ante la cámara del controvertido Roman Polanski y en 1997 hizo un trabajo espectacular como Janey Carver, un ama de casa suburbana sexualmente frustrada, en la desoladora cinta de Ang Lee The Ice Storm, en la que compartió créditos con Kevin Kline, igual que en la comedia Dave: Presidente por un día. Para uno de sus films más recientes, Snow Cake, permaneció durante meses entre autistas de alta funcionalidad, con el fin de estudiar su comportamiento y pronto volverá a la pantalla con un rol importante en la muy anticipada Avatar, el retorno de James Cameron al cine, tras doce años de ausencia. En algún momento, su colega Wynona Ryder declaró co admiración: " Sigourney es la mujer que nos muestra que uno puede hacer todo" y no se quedó corta: presencia escénica, madre, esposa, activista, mujer del futuro y auténtica diosa de la pantalla, Sigoutney Weaver puede con todos.


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