Es uno de los cineastas más sui generis del mundo; admirado, polémico, querido, cuestionado. Con su nueva versión del clásico de Lewis Carroll, retoma las pantallas con su estilo tan singular.
Miguel Cane
La nueva versión de Alicia en el país de las maravillas concebida por la casa Disney con el talento de Tim Burton, será tal vez, en la historia del director, su filme más ambicioso a nivel producción: actores reales son digitalmente “manipulados” y conviven con elementos animados, en tercera dimensión: el efecto es impresionante, unificando dos novelas de Lewis Carroll y dándoles un nuevo enfoque que deviene en una experiencia completamente sin parangón.
Burton es mucho más jovial de lo que se pensaría al verlo con atuendo oscuro y lentes negros que ya son parte del personaje que ha creado como su “persona pública”, la sonrisa y el buen humor son algo sorprendente; uno no esperaría que un hombre que se ve tan contento hiciera cintas películas como el esperpéntico musical de tintes góticos, Sweeney Todd, la enternecedora El gran pez, la deslumbrante Charlie y la fábrica de chocolate o la fabulita siniestra animada El cadáver de la novia— hay que reconocer que el director en cierta forma ha regresado a sus raíces, ya que hace casi treinta años comenzó su carrera como asistente de animación para los estudios Disney, donde realizó sus primeros cortos: Frankenweenie y Vincent. "Era muy joven,” recuerda “no tenía mucha paciencia. Me volvía loco, aunque me encanta. Me gusta trabajar con actores y la inmediatez de las películas 'normales', pero los proyectos de animación me llenan mucho. De hecho, de todos mis filmes los únicos que puedo volver a ver son los animados. No puedo ver los otros. Aunque me gusten mucho.”
Alicia... es su séptima película con Johnny Depp, que en cierto modo se ha convertido en su ‘alter ego’ cinematografico, compartiendo con él tanto el reconocimiento de la crítica (como sucedió con Ed Wood) y el éxito comercial a gran escala. Todo pareciera indicar que Hollywood, en lugar de tratar de domesticarlo, se dio cuenta de que un creador como Burton funciona mejor si trabaja en libertad. Este año, rodarán la octava: Dark Shadows, una adaptación fiel de la telenovela gótica de los años 60 que tanto Depp como él solían ver cuando niños y que tiene un notable seguimiento de culto. El filme, producido por Depp, lo lleva en el rol principal de Barnabas Collins, un vampiro de doscientos años de edad, que regresa a la vida y busca desesperadamente una cura para su maldición y así recuperar el amor perdido. El reparto, aunque aún no confirmado del todo, ostenta nombres como el de Helena Bonham Carter (otra constante en los trabajos de Burton, amén de su pareja y madre de sus hijos), Anne Hathaway, Sigourney Weaver y Carey Mulligan. El rodaje tendría lugar en locaciones de Nueva Inglaterra y los estudios Shepperton de Londres en el otoño de 2010. Pero no hay mucho más que él pueda decir; lo que ahora lo tiene entusiasmado es hablar de la cinta basada en la obra de Lewis Carroll. La idea de producir esta cinta tomó "unos ocho o nueve años, desde un poco después de que terminé El planeta, se trata de una película extraña y emocionante, pero muy diferente a la concepción tradicional de la historia. Y tú sabes, la idea de contar una fábula tan conocida como ésta no es siempre muy bien recibida… pero quisimos aventurarnos y hacerlo a lo grande, en un estilo completamente distinto.”
¿Tienes una conexión personal con Alicia en el país de las maravillas?
Más que los libros de Lewis Carroll, lo que me interesó de él fue todo su mundo, las fotografías que tomó, la música, las canciones que inspiró y que son parte de un mundo más grande que su propia obra, todo lo que tiene ese universo soñado que luego nunca he llegado a ver plasmado en cine pese a las múltiples versiones que existen.
¿Cuáles dirías que son tus referentes respecto al tema?
Conozco todas las versiones en cine y son muchas. Supongo que la primera que vi fue la de Disney, que forma parte de mi infancia, también hay una muy buena, de imagen real, hecha en los años treinta por Norman Z. McLeod con un elenco de estrellas de su época y numerosas adaptaciones para la televisión. Pero todas adolecen de lo mismo. Les falta una conexión emocional. No son más que una sucesión de aventuras que le pasan a una niña solitaria que se encuentra todo tipo de personajes a cuál más raros. Y en mi opinión Alicia refleja un concepto universal, un viaje personal a nuestro subconsciente que todos hemos vivido y con el que me identifico. Ese estado mental que unos solucionan yendo al psicólogo y otros lo hacemos haciendo películas (ríe).
¿Y el libro? ¿Cuándo lo leíste?
Como a los ocho o diez años, en el colegio, pero lo que me dejó mayor impresión fue conocer las ilustraciones de Arthur Rackham, esas que hizo como a principios del siglo XX y que me interesaron tanto como las de Sleepy Hollow. Luego volví a leer los dos libros (Alicia en el país de las maravillas y A través del espejo) cuando estaba en la universidad y me di cuenta de que no son solo libros para niños, sino que tienen una enorme variedad de interpretaciones; siempre ha sido una historia que tenia ganas de contar.
¿Qué tal fue volver a trabajar en colaboración con Johnny Depp y Helena Bonham Carter?
Una vez más Johnny lo dio todo con un personaje icónico como el sombrerero loco, representado en animación, en imagen real y para el que intentó buscar una base para su locura. Johnny siempre trata de hacer eso, encontrar el personaje. Y esta no es la excepción. Y Helena, pues no sé (risas). Conté con ella porque tiene una cabeza grande (risas)... además, viviendo juntos, es muy práctico trabajar juntos también...
¿Y Anne Hathaway?
¡Anne es una delicia! Es una actriz sumamente profesional y una chica estupenda. Se ganó el corazón de todo el equipo técnico y eso ayuda mucho, porque hace un rodaje mucho más cómodo y fácil, sin tensiones. Y creo que cuando un actor sabe hacer eso, es una gran virtud.
Muchos cineastas viven el rodaje como un sufrimiento. Pero tu caso parece el opuesto...
No creas, yo te diría que sí, se sufre bastante (risas). Sobre todo cuando estás en pleno trabajo y andas un poco a ciegas. Pero en este tipo de filme, debo admitir que los que sufren son los actores. Hay que ser una persona muy especial para hacer este tipo de trabajo: interpretar a un personaje y además interactuar con criaturas que no están ahí, sobre todo si no es algo que habitualmente haces. Es todo un reto. Respeto y admiro muchísimo a mi elenco: Johnny, Mia, Anne, Helena... todos estuvieron a la altura de un proyecto que ha sido tal vez el más arriesgado.
¿Por qué apostar por técnicas tradicionales de realización en plena fiebre digital? Creo que tenemos muchas técnicas a nuestro alcance como para no utilizarlas. Por eso preferí una mezcla de animación e imagen real tratada para pertenecer al mismo universo. No soy amante de la captura de movimiento. Creo que si tienes un actor es para usarlo, no para desperdiciar su talento sustituyéndolo... no me gusta cómo se ve. No diré títulos, pero tú sabes a qué películas me refiero. No las siento del todo “ahí”. Prefiero una técnica más cercana a lo que empecé haciendo. Supongo que es algo personal.
Hace unos cinco años que vives en Londres, ¿cómo te sientes en Europa opuesto a Hollywood?
Muy bien. En el extranjero siempre me siento más en casa que en los Estados Unidos. En mi país es donde me siento a menudo un extranjero. Además, mis hijos son ingleses, y mi compañera también lo es. Me siento muy a gusto. Puedo salir a pasear por ahí… nadie se mete contigo. Vuelvo a Hollywood cuando es necesario, pero creo que definitivamente estoy muy bien donde estoy.
En Alicia reaparecen con fuerza dos de sus grandes temas recurrentes: el amor y la muerte. ¿Por qué le interesa tanto abordarlos?
Es que de eso se trata la vida, ¿no?. ¿De qué otra cosa? Amor y muerte. Nuestras más grandes obsesiones. Y yo soy muy obseso (ríe)… y creo que son la base para contar grandes historias. Y eso es lo que más me gusta de mi trabajo. Contar historias.
¿Qué podrías decir que es lo más difícil de tu trabajo?
Pues esto, hacer esto... La promoción de mis películas, siempre se me hace lo más duro., ¿sabes? Me siento un poco como el conejo blanco de Alicia, con el reloj recordándole que llega tarde, tarde, tarde (carcajadas).