Miguel Cane
Elizabeth Masterson (Reese Witherspoon) es una joven medico adicta a su trabajo, que tras años de buscarlo, por fin obtiene el puesto de sus sueños. Sin embargo, su buena suerte no dura, ya que justo cuando por fin se dirige a celebrar su logro, es embestida por un camión y queda en coma profundo.
Por otra parte, ya que toda comedia romántica está incomplete sin galán, tenemos a David (Mark Ruffalo) un arquitecto que trata de recuperarse de un truene y que subarrenda el apartamento de Elizabeth. La trama presuntamente comienza a funcionar cuando ésta, a manera de fantasma, se aparece en presencia de él, haciéndolo primero temer que ha perdido la razón y luego, que la rubia necesita ayuda para ajustarse a la noción de ser un espíritu separado de su cuerpo.
El que se enamoren es el pretexto que sirve para que durante hora y media el público trate de prestar atención a los actores – ambos estupendos y con mucho mérito adquirido en otras cintas- que hacen lo posible por sostener una trama que se desbalaga y no logra sostenerse hasta el (predecible) final.
Con un guión escrito por Leslie Dixon a partir de una novela de Marc Levy, Como si fuera cierto es una película que pretende conjugar los géneros de la comedia romántica y lo sobrenatural, algo que ha sido intentado en muchas otras ocasiones y con más éxito en cintas como Ghost (1990) o Todo de mí (1984): el problema aquí no reside en los actores, que son lo mejor que tiene para ofrecer, sino en la dirección monótona a cargo de Mark Waters – que había realizado dos cintas más o menos efectivas y hasta cierto punto simpáticas: Chicas Pesadas y Viernes Loco, pero aquí carece del sentido del humor que pudo inyectar a las otras-, que no sabe qué tono darle a la cinta.
¿Es una comedia romántica entre un muchacho y un espectro? ¿Es un melodrama acerca de casos como el de Karen Ann Quinlan o Terri Schiavo, con algunos toques sobrenaturales? Tal parece que el director no sabe y es entonces que la cinta se le va de las manos, apoyándose tan sólo en el carisma innegable de su protagonista, que tiene lo necesario para sacar una película como ésta a flote – lo ha hecho incluso con cintas peores, como la infame secuela de Legalmente Rubia, que nunca se debió haber filmado- y Mark Ruffalo hace un esfuerzo, aún si es mucho mejor actor de lo que el material requiere, por lo que el resultado final, que no vale la pena recomendar, es el de la clásica película de fin de semana para ser vista si y sólo si ya se acabaron los boletos en cualquier otra sala. Así, sin más: tan sabroso como masticar papel.
Como si fuera cierto/Just Like Heaven
Con Reese Witherspoon y Mark Ruffalo
Dirige: Mark Waters
Distribuye United International Pictures
2005