14 may 2011

El otro yo de Jodie Foster

No sólo es una estrella de cine desde la infancia, es una actriz ganadora de dos Oscares y además directora, faceta a la que regresa después de varios años, con la peculiar cinta Mi otro yo.

Miguel Cane




Hace cuarenta años que comenzó su carrera, y este año serán treinta y cinco desde que se puso al tú por tú con Robert DeNiro y le arrebató con la mano en la cintura las escenas que filmaron juntos, dirigidos por Martin Scorsese en Taxi Driver. En el momento del rodaje, Alicia Christian Foster, más conocida por Jodie (Los Angeles, 1962), aún no había cumplido los trece años y su interpretación de Iris, una prostituta prepúber, causó furor llevándola ser nominada al Oscar en 1976 como mejor actriz de soporte.


Jodie Foster The Dangerous Lives of Altar Boys Sundance Film Festival 1/18/2002 Photo: Jeff Vespa, Wireimage.com


En 1988, su interpretación de una mujer violada de manera tumultuaria que busca justicia, aún si no es una ciudadana modelo, en Acusados le valió su primer Oscar y en 1991 se consagró como Clarice Starling en El Silencio de los Inocentes, de Jonathan Demme, misma que le valió su segundo Oscar, ser aclamada por la crítica y tener el peso suficiente en Hollywood para dar el paso que había venido proyectando aún desde sus años como estudiante en la universidad de Yale: convertirse en directora.


Jodie Foster 9th Annual Hollywood Film Festival Awards Gala Ceremony Beverly Hills, CA


Tras pasar algunos años dedicada exclusivamente a la actuación y a sus dos hijos, regresa a las pantallas como protagonista y directora de Mi otro yo, un filme poco convencional, en el que además lleva al polémico (y actualmente caído en desgracia) Mel Gibson, como compañero. En el filme, Jodie y Mel interpretan a un matrimonio que enfrenta una crisis: el padre es un empresario que ha sufrido un colapso mental y solo puede comunicarse con sus familiares y el resto del mundo a través de un títere en forma de castor, elemento surrealista del que se vale para narrar una historia muy humana.


Jodie Foster 9th Annual Hollywood Film Festival Awards Gala Ceremony Beverly Hills, CA


¿Por qué hacer una película con esta temática?
Me atrajo lo subversivo del tema central. Kyle Killen escribió un guión formidable, lleno de matices y recovecos, que muestra a la familia americana de éxito en una luz completamente distinta. Eso me intrigó. Los Black son lo que mucha gente envidiaría; tienen una posición desahogada, una armonía aparente, muchas cosas materiales. Pero luego el padre tiene esta especie de epifanía que muchos interpretan como depresión, como una crisis nerviosa, y sólo puede expresarse a través de este elemento completamente extraño. Y sin embargo, esto le da una nueva dimensión a la dinámica familiar.




¿Se podría comparar con algún otro largometraje en tu carrera?
No, es completamente distinto a todo lo que he hecho antes. No es una comedia, no es un drama, pero tiene elementos de ambos. Es muy interesante y pensé que sería una gran oportunidad de hacer una película diferente, con un reparto pequeño, intentar salir un poco de la norma, ofrecer algo diferente a lo que el público ha estado recibiendo últimamente.




Te tomó mucho tiempo volver detrás de la cámara.
Sí, dieciséis años. Y creeme, que no fue por mi gusto. Hubo un proyecto [se refiere al malogrado filme circense Flora Plum, que desde 1994 y hasta 2005 intentó levantar] muy cercano a mi corazón, que se quedó en el camino, por más intentos que hicimos de levantarlo. No fue posible y creeme, es muy doloroso. Luego hubo otro proyecto que por cuestiones de logística no salió y lo dirigió alguien más, pero éste se dio tan rápido, que fue vertiginoso: todo se alineó y fue tan oportuno, que dije “sí, lo haré”. Hacer cine me electriza, y creo que mi mayor decepción profesional es, precisamente, no haber dirigido más películas. Definitivamente, no lo descarto. Es algo que me interesa profundamente y ahora que mis hijos han crecido un poco, pienso hacerlo con más frecuencia.




Originalmente el rol de Walter iba a ser para Steve Carell, pero finalmente lo realiza Mel Gibson. ¿Fue una decisión controversial?
No. En absoluto. Cuando Steve tuvo que dejar la producción por un conflicto de horarios con su serie (The Office), de inmediato pensé en Mel. Es un gran actor y parece que la gente se olvida de que es tan versátil y que tiene un enorme registro, asi que lo llamé y le dije que quería que diera este salto conmigo. La percepción que el público puede tener de él, o de cualquier persona, puede ser influenciada por aspectos externos. Pero nadie es perfecto. Lo dije antes y lo dije ahora: Mel es un estupendo actor, un profesional. Su conducta fuera del set, no me concierne en absoluto y no debería tampoco importarle a nadie más. No afecta su trabajo, que en mi opinión es de primera.




¿Cómo te preparaste para un rodaje que exigía tanto de ti, como actriz y directora?
Me informé mucho sobre la depresión crónica. Leí mucho al respecto, pero creo que el caso de Walter y Meredith Black, es diferente. Son personajes que no se conforman con un destino triste. Tienen dos hijos por los que se enfrentan a esta particularidad y el escepticismo de los demás, va dando pie a lo que es un verdadero redescubrimiento, Eso me pareció apasionante. Pero sí, actuar y dirigir al mismo tiempo, puede resultar agotador. ¡Pero muy satisfactorio!




¿Aplicas algo de lo aprendido de los directores que has tenido?
Desde luego. He aprendido mucho de todos. De Marty Scorsese aprendí muchísimo. De Jonathan Demme. De Bob Zemeckis y Spike Lee. ¿Sabes de quién aprendí mucho y es una pena que no haya dirigido mas que una película? Anne Bancroft. En muchos sentidos, era una pionera. Se atrevió a hacer lo que muchas otras no pudieron: produjo, escribió y dirigió, sin miedo al fracaso. Trabajando con ella en Home for the Holidays, me di cuenta de que era un verdadero ejemplo. La admiro muchísimo.

¿Cómo te sientes al cumplir 40 años en el cine?
¿No es una locura? Realmente, no lo puedo creer. Cuando era niña mi madre me decía, ‘Cuando tengas 16 ó 17 años, tu carrera estará acabada’, por lo que me acostumbré a la idea. Así que a los 18 años pensé, ‘Bueno, lo intentaré un poco más, ganaré algún dinero y luego me dedicaré a otras cosas’. Pero, por la razón que sea, he seguido trabajando. Y mi madre siempre decía, ‘Las carreras de las mujeres acaban siempre a los 40. Así que, ¿qué vas a hacer después de los 40?’. Y yo estaba muy preparada para eso, para decir, ‘Soy productora y directora, ya no seré actriz después de cumplir los 40’. Y sin embargo aquí sigo, a los 48 y sigo dedicándome a esto (ríe).

Acabas de terminar el rodaje de Dios del Caos y te dirige Polanski... ¿Cómo te sentiste trabajamdo con él?
Fue fascinante. Rodamos en París, John C. Reilly, Christolph Waltz, Kate Winslet y yo. Todo en un solo set, ya que está basada en una obra de teatro con un solo escenario, así que hubo un gran control del espacio, pero al mismo tiempo, nos sentimos tan libres... Polanski es un director increíble. Fue actor y se nota: al montar las escenas nos indicaba exactamente lo que quería de cada uno. Estoy muy contenta con el resultado, y estoy segura de que el público también lo estará. No sé aún cuando se estrenará, pero es una de las películas más divertidas y escalofriantes que he hecho. Y lo digo en serio.



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