Miguel Cane.
Alta, inteligente, muy jovial pero directa, esta actriz ganadora de un Oscar (por Monster, en 2003) ha tenido una carrera muy diversa, con una especial atención a filmes dramáticos de calidad y cintas de ciencia ficción, no obstante, Charlize Theron (Sudáfrica, 1975) también tiene una vis cómica y la explota ahora en Pueblo chico, pistola grande, una mezcla entre comedia y western creada por Seth McFarlane —Padre de Familia, Ted— que llega a las pantallas mexicanas.
Charlize comparte créditos con el propio McFarlane, Liam Neeson, Neil Patrick Harris y Amanda Seyfried, en un rol en el cual el público no está acostumbrado a verla, pero que le encantó y divirtió bastante, según aseguró la actual pareja de Sean Penn. “Me gusta hacer todo tipo de películas y estoy siempre abierta a escuchar cualquier sugerencia si se trata de una buena historia. Creo que con una buena historia lo puedes conseguir todo. Para mí, cualquier trabajo es interesante y refrescante, porque todos son muy distintos entre sí. El caso de esta película es así. Era algo inesperado que me llamó la atención y que disfruté mucho, desde que lo leí”.
¿Cómo es rodar una comedia con Seth MacFarlane?
¡Es genial! Creo que es evidente que nos llevamos todos muy bien. Seth es muy brillante. Supo que tengo una debilidad por esos viejos espagueti westerns, con Clint Eastwood, y que siempre que puedo los veo, así que cuando me ofreció este personaje en su película no pude resistir la curiosidad. ¿Cómo iba a mezclar su estilo de humor con un western? Es la misma historia de siempre, con todos los elementos clásicos, pero también es un poco diferente al mismo tiempo. Me encanta ese mundo que ha creado y su manera de presentarlo.
Debe de haber sido una experiencia extraña para ti, ya que no has rodado demasiadas comedias.
No, no muchas, es cierto, pero he filmado algunas. Aunque la verdad es que para elegir mis proyectos no me guío por géneros, siento que así aprendo más de mi oficio y de mí misma. Pero todo se reduce al material, solo me interesa que el material sea bueno; cuando leí esto pensé que no era nada encasillado y me encantó, no sentí que fuera una película de género. Entendí de inmediato a mi personaje. Creo que el humor de Seth es muy específico, no importa si te gusta o no. Pensándolo bien, creo que ésa es la razón por la que no he hecho comedias. Muchas de ellas no son de mi gusto, pero soy una enorme fan de lo que él ha hecho con la serie Family Guy. Tiene un tono específico para su comedia y tienes que arreglártelas para ver cómo encajas en él. No puedes hacer lo que Seth o Sarah Silverman hacen. Debes encontrar tu propio ritmo y meterte de lleno en el trabajo. Cuando Seth toca cosas que la gente encuentra sensibles, lo hace siempre en un sentido y un tono que me doy cuenta que él está comentando sobre cuestiones sociales en nuestro mundo y que a veces es mejor hacerlo a través del humor a simplemente predicar, ¿me explico? Si aprendemos a reírnos de nosotros mismos, podemos aprender a ver el mundo desde otro enfoque que no habíamos considerado.
¿Hiciste algunas aportaciones mientras creabas al personaje de Anna?
Es que no sé cómo trabajar de otra manera. Creo sinceramente que rodar películas es un proceso de colaboración. Nunca lo he experimentado de otro modo y he tenido la fortuna suficiente de trabajar con gente que lo hace de esa manera. Con Seth y el resto del elenco pasamos tres semanas antes de comenzar a rodar metidos en una habitación por horas, hablando del material y el guión. Y es increíble cuando cuentas con profesionales como Seth, Alec Sulkin y Wellesley Wild, que escribieron el guión, y con compañeros como Neil (Patrick Harris), Giovanni Ribisi y la fabulosa Sarah Silverman, porque son todos muy brillantes y buenos en lo que hacen y creo que comprendimos lo original que era el material que teníamos así que queríamos hacerle justicia. Hubo momentos de decir “esta es una gran escena. Creo que ahora entendemos lo que es”, y momentos en los que no podíamos parar de reír. El proceso creativo es algo a lo que siempre he respondido, y cuando comenzamos a trabajar en esto hubo un enorme sentido de identificación. Fue lo mismo que sentí cuando me senté a platicar con Patty Jenkins para hacer Monster. Fue pura química y me encanta pensar que todos estamos en la misma página
Eres una de las mujeres más bellas del mundo, ¿qué es lo que piensas cuando te miras al espejo y sientes que además tienes que probar que eres una gran actriz?
Oh, Dios (risas). No nos alcanzaría el día para hablar de ello, porque sería tanto lo que tendría que decir. Ya sabes, ¡ni siquiera sé qué decir! Por años siempre he dicho que en mi carrera que lo que más me gusta son los proyectos desafiantes y los encontré al interpretar a mujeres con antecedentes distintos, de diversos estratos económicos, con un entorno más duro, y eso conlleva que físicamente deban ser distintas. Pero no se trataba de que yo dijera: “quiero tener este aspecto”. Creo que hay un factor para un intérprete, por lo menos para mí, que es el no querer ser uno mismo. Realmente creo que eso es mucho más difícil ahora con la fama, porque yo crecí con el cine de los setenta y entonces no sabías nada sobre la vida personal de Diane Keaton, Glenda Jackson o Meryl Streep; solo ibas a ver sus películas y cualquiera que fuera el personaje pensabas “¡oh, es maravillosa!”. Ahora es un poco más difícil, porque hoy en día hay una mayor exposición y la gente cree que te conoce porque te ha visto en una película o dos. Pienso que hay una parte de mí que quiere quedarse con eso de antes, porque era mi inspiración, esas son las películas que amo, ese tipo de películas que ya no se hacen. Y no se trata solo de algo físico, sino de encontrar material desafiante y de subir un poco más la barra cada vez que voy a trabajar. Cuando me miro en el espejo, a veces no me gusta cómo me veo, porque yo no me veo como una belleza, me veo como yo misma: una mujer normal. A veces me despierto a las siete de la mañana y necesito un café y tengo el cabello en desorden y te aseguro que si me vieran así, no dirían que soy una belleza (risas).
Como tú dices, en realidad se trata más de interpretar a mujeres interesantes en pantalla.
Sí, solo hay que buscar un poco. Y se pueden encontrar tesoros en los lugares más insospechados. Algunas personas reaccionaron con sorpresa cuando decidí hacer esta película y yo dije “esto quiero, esto hago”. Cuando tomo una decisión, no cambio de idea. Específicamente en lo que se refiere a mi trabajo. Más o menos pasó igual cuando hice Blanca Nieves y el Cazador, donde era yo la madrastra malvada y hubo cejas arqueadas. ¿Qué tiene? Soy una actriz, y lo único que intento es llevar a cabo un trabajo que resulte auténtico. Así sea en el espacio exterior o en el desierto, en una fábrica o en el viejo oeste. Aquí me divertí y aprendí. No puede haber nada mejor.