Tras haber recuperado su estatus en los medios con dos cintas taquilleras, el actor regresa a las pantallas como uno de los protagonistas de El Solista, una cinta basada en hechos reales.
Miguel Cane
La reconciliación de Robert Downey Jr. con Hollywood parece estar totalmente lograda. No sólo se ubico como atracción de taquilla con Iron Man y Tropic Thunder en 2008. Ahora se reincorpora al ‘cine de prestigio’, con la nueva cinta de Joe Wright (Orgullo y Prejuicio) titulada El solista, en la que interpreta al columnista del Los Angeles Times Steve López, que ha llegado a un punto crítico: el periódico está en crisis, su matrimonio con otra periodista se ha roto y no recuerda lo que tanto le apasionaba de su trabajo.
Un buen día, mientras cruza la calle, ve a Nathaniel Ayers (Jamie Foxx, ganador de un Oscar por Ray), un misterioso y desaliñado personaje que toca un violín de dos cuerdas con toda su alma. Al principio, el periodista se acerca al indigente pensando que podría ser el tema para una columna. Empieza a desvelar el misterio de por qué este brillante y a menudo abstraído músico callejero, antaño un prodigio musical destinado a la fama, acabó viviendo en la miseria, y una idea se apodera de él. Está convencido de que puede cambiar la vida de Ayers y se embarca en una misión quijotesca para sacarlo de la calle y devolverle al mundo de la música. Según lucha para conseguirlo, se da cuenta de que Ayers, pese a su enfermedad mental, gracias a su incansable pasión, su obstinado amor por la libertad y su valiente empeño en conectar y amar, lo está cambiando a él.
La película, que llega tras una década desde su escandalosa condena por consumo de estupefacientes (en su momento se habló de que Downey estaba siendo crucificado por un sistema judicial extremadamente conservador con fines políticos, extrapolando la intensidad de su condena y tratándolo como un criminal peligroso) le permite volver a las salas, ahora dirigiéndose a un público más adulto.
¿Cómo te sientes al estar de vuelta en un proyecto como este?
Pienso que podía haberme muerto hace diez años. O hace ocho. Todavía hace poco tiempo. Y quizá eso era lo que yo pretendía, aunque no me diera cuenta. Tal vez quería morirme. Ciertamente, estuve cerca, y no hablo sólo en un sentido metafórico de las cosas. Por eso es sorprendente que ahora pueda estar aquí, con una película que en cierta forma refleja ese estado mental y espiritual en el que me encontraba. La adicción es algo muy poco comprendido, muy complejo y la sobriedad no está realmente valorada… al menos no la valoras hasta que tocaste fondo. Lo mismo sucede con las perturbaciones emocionales, y ahora me doy cuenta de ello.
¿Sientes que aprendiste algo de esa experiencia?
Aprendes muchas cosas, y yo sólo puedo decir que el aprendizaje sigue. Ahora tengo una relación muy estrecha con mi hijo, por ejemplo. Y siento que arrepentirme de cualquier otra cosa que haya hecho, ya no tendría sentido ahora. Es como si lo hubiera hecho alguien más. Ha pasado mucho tiempo… no me olvido de la enseñanza, pero nada más.
¿Por qué decidiste aceptar El Solista?
Me encanta el trabajo de Joe Wright. Es un director brillante, pese a ser tan joven, y cuando me llamó, acepté de inmediato, porque habría sido una estupidez no hacerlo. Desde que empecé mi carrera, pocas veces llegan oportunidades así. Jamie Foxx es un gran actor y trabajar con él fue algo estupendo. Es una historia muy humana.
¿Cómo te preparaste para encarnar a Steve Lopez?
Pues fue algo que tuve que hacer en dos partes: investigar y crear. Conocí personalmente a Steve, charlé con él acerca de Nate Ayers, e investigué acerca de la esquizofrenia, de la fundación que Steve estableció después de conocer a Nate… no creas, no fue un trabajo simple, de llegar, hacer mis escenas y ya. Trabajé mucho con Joe y con Jamie al respecto, y el resultado fue muy satisfactorio, en el sentido de que pudimos hacer los personajes mucho más auténticos. Ya sabes, es la clase de historia que podría derivar en un melodrama optimista y de superación, de esos que se hacen para la tele – no que tenga absolutamente nada en contra de la tele, pero ya sabes a qué me refiero. Y en este caso, queríamos que fuera algo como la vida misma. Creo que era especialmente importante para Joe, porque se trata de su primer filme totalmente contemporáneo, y es la primera vez que filma algo fuera de Inglaterra, así que puso especial cuidado en todos los aspectos de la recreación y eso a mí me ayudó mucho.
Y este no es tu único proyecto; esta Navidad se estrena Sherlock Holmes – dirigida por Guy Ritchie- y se está rodando Iron Man II… ¡eres un hombe muy ocupado!
Sí, ha sido un año muy activo, no puedo quejarme… (risas) Sobre todo si tomas en cuenta que todavía hace poco tiempo, no podían contratarme, porque no había una compañía aseguradora que quisiera correr el riesgo de poner el dinero para garantizar mi contratación y que yo terminara un rodaje. Era una situación horrible. No me amarga, pero es parte de la enseñanza que te mencionaba antes. Ahora, estoy trabajando de nuevo y eso me halaga: pero no considero que haya proyectos menores; hago lo uqe me gusta, tengo propuestas…. No puedo hablarte mucho de esos proyectos todavía – pero puedo decirte que hacerlas te da una nueva perspectiva. Eso es algo que no siempre se puede hacer, sobre todo cuando se trata de figuras icónicas como estas. Lo que sí te puedo decir es que, en el caso de Sherlock Holmes, se trata de un sueño hecho realidad, porque fui su admirador desde niño y que el enfoque que le ha dado Guy Ritchie es totalmente sorprendente.
Sin embargo, pese a las superproducciones, no dejas de lado el cine independiente.
Eso es verdad. El cine independiente es muy importante para mí, siempre lo ha sido. Mi padre dirigía películas casi sin presupuesto y siempre se mantuvo fiel a su visión como cineasta. Creo que muchas veces, es el medio idóneo para expresarte y para explorar tus límites como actor, pero a diferencia de muchos, no le hago ascos tampoco a producciones de efectos especiales como ésta, al contrario. Creo que trabajas donde encuentras el trabajo y esto no compromete tu integridad artística.
Mencionabas de ser una persona completamente distinta ahora. ¿Ha sido difícil mantener el cambio vigente y en evolución?
Sí, pero lo intento cada día. Es muy fácil descuidarse y perder el control, rendirte ante una adicción. Practico la meditación, hago ejercicio. Estoy en un punto de mi vida en el que todo tiene un balance. Fueron días muy oscuros para mí, pero de todo eso no tengo que hablar, existen notas y más notas al respecto. Yo no vivo en mi pasado, ni anticipo el futuro. Algunas veces pensar en la frase “carpe diem” nos parece un lugar común, pero después descubres que si lo es, es porque es verdad. Lo único que queda por hacer, es ocuparte del presente. Y eso es lo que te ayuda a mantener tu vida yendo siempre hacia delante.
Miguel Cane
La reconciliación de Robert Downey Jr. con Hollywood parece estar totalmente lograda. No sólo se ubico como atracción de taquilla con Iron Man y Tropic Thunder en 2008. Ahora se reincorpora al ‘cine de prestigio’, con la nueva cinta de Joe Wright (Orgullo y Prejuicio) titulada El solista, en la que interpreta al columnista del Los Angeles Times Steve López, que ha llegado a un punto crítico: el periódico está en crisis, su matrimonio con otra periodista se ha roto y no recuerda lo que tanto le apasionaba de su trabajo.
Un buen día, mientras cruza la calle, ve a Nathaniel Ayers (Jamie Foxx, ganador de un Oscar por Ray), un misterioso y desaliñado personaje que toca un violín de dos cuerdas con toda su alma. Al principio, el periodista se acerca al indigente pensando que podría ser el tema para una columna. Empieza a desvelar el misterio de por qué este brillante y a menudo abstraído músico callejero, antaño un prodigio musical destinado a la fama, acabó viviendo en la miseria, y una idea se apodera de él. Está convencido de que puede cambiar la vida de Ayers y se embarca en una misión quijotesca para sacarlo de la calle y devolverle al mundo de la música. Según lucha para conseguirlo, se da cuenta de que Ayers, pese a su enfermedad mental, gracias a su incansable pasión, su obstinado amor por la libertad y su valiente empeño en conectar y amar, lo está cambiando a él.
La película, que llega tras una década desde su escandalosa condena por consumo de estupefacientes (en su momento se habló de que Downey estaba siendo crucificado por un sistema judicial extremadamente conservador con fines políticos, extrapolando la intensidad de su condena y tratándolo como un criminal peligroso) le permite volver a las salas, ahora dirigiéndose a un público más adulto.
¿Cómo te sientes al estar de vuelta en un proyecto como este?
Pienso que podía haberme muerto hace diez años. O hace ocho. Todavía hace poco tiempo. Y quizá eso era lo que yo pretendía, aunque no me diera cuenta. Tal vez quería morirme. Ciertamente, estuve cerca, y no hablo sólo en un sentido metafórico de las cosas. Por eso es sorprendente que ahora pueda estar aquí, con una película que en cierta forma refleja ese estado mental y espiritual en el que me encontraba. La adicción es algo muy poco comprendido, muy complejo y la sobriedad no está realmente valorada… al menos no la valoras hasta que tocaste fondo. Lo mismo sucede con las perturbaciones emocionales, y ahora me doy cuenta de ello.
¿Sientes que aprendiste algo de esa experiencia?
Aprendes muchas cosas, y yo sólo puedo decir que el aprendizaje sigue. Ahora tengo una relación muy estrecha con mi hijo, por ejemplo. Y siento que arrepentirme de cualquier otra cosa que haya hecho, ya no tendría sentido ahora. Es como si lo hubiera hecho alguien más. Ha pasado mucho tiempo… no me olvido de la enseñanza, pero nada más.
¿Por qué decidiste aceptar El Solista?
Me encanta el trabajo de Joe Wright. Es un director brillante, pese a ser tan joven, y cuando me llamó, acepté de inmediato, porque habría sido una estupidez no hacerlo. Desde que empecé mi carrera, pocas veces llegan oportunidades así. Jamie Foxx es un gran actor y trabajar con él fue algo estupendo. Es una historia muy humana.
¿Cómo te preparaste para encarnar a Steve Lopez?
Pues fue algo que tuve que hacer en dos partes: investigar y crear. Conocí personalmente a Steve, charlé con él acerca de Nate Ayers, e investigué acerca de la esquizofrenia, de la fundación que Steve estableció después de conocer a Nate… no creas, no fue un trabajo simple, de llegar, hacer mis escenas y ya. Trabajé mucho con Joe y con Jamie al respecto, y el resultado fue muy satisfactorio, en el sentido de que pudimos hacer los personajes mucho más auténticos. Ya sabes, es la clase de historia que podría derivar en un melodrama optimista y de superación, de esos que se hacen para la tele – no que tenga absolutamente nada en contra de la tele, pero ya sabes a qué me refiero. Y en este caso, queríamos que fuera algo como la vida misma. Creo que era especialmente importante para Joe, porque se trata de su primer filme totalmente contemporáneo, y es la primera vez que filma algo fuera de Inglaterra, así que puso especial cuidado en todos los aspectos de la recreación y eso a mí me ayudó mucho.
Y este no es tu único proyecto; esta Navidad se estrena Sherlock Holmes – dirigida por Guy Ritchie- y se está rodando Iron Man II… ¡eres un hombe muy ocupado!
Sí, ha sido un año muy activo, no puedo quejarme… (risas) Sobre todo si tomas en cuenta que todavía hace poco tiempo, no podían contratarme, porque no había una compañía aseguradora que quisiera correr el riesgo de poner el dinero para garantizar mi contratación y que yo terminara un rodaje. Era una situación horrible. No me amarga, pero es parte de la enseñanza que te mencionaba antes. Ahora, estoy trabajando de nuevo y eso me halaga: pero no considero que haya proyectos menores; hago lo uqe me gusta, tengo propuestas…. No puedo hablarte mucho de esos proyectos todavía – pero puedo decirte que hacerlas te da una nueva perspectiva. Eso es algo que no siempre se puede hacer, sobre todo cuando se trata de figuras icónicas como estas. Lo que sí te puedo decir es que, en el caso de Sherlock Holmes, se trata de un sueño hecho realidad, porque fui su admirador desde niño y que el enfoque que le ha dado Guy Ritchie es totalmente sorprendente.
Sin embargo, pese a las superproducciones, no dejas de lado el cine independiente.
Eso es verdad. El cine independiente es muy importante para mí, siempre lo ha sido. Mi padre dirigía películas casi sin presupuesto y siempre se mantuvo fiel a su visión como cineasta. Creo que muchas veces, es el medio idóneo para expresarte y para explorar tus límites como actor, pero a diferencia de muchos, no le hago ascos tampoco a producciones de efectos especiales como ésta, al contrario. Creo que trabajas donde encuentras el trabajo y esto no compromete tu integridad artística.
Mencionabas de ser una persona completamente distinta ahora. ¿Ha sido difícil mantener el cambio vigente y en evolución?
Sí, pero lo intento cada día. Es muy fácil descuidarse y perder el control, rendirte ante una adicción. Practico la meditación, hago ejercicio. Estoy en un punto de mi vida en el que todo tiene un balance. Fueron días muy oscuros para mí, pero de todo eso no tengo que hablar, existen notas y más notas al respecto. Yo no vivo en mi pasado, ni anticipo el futuro. Algunas veces pensar en la frase “carpe diem” nos parece un lugar común, pero después descubres que si lo es, es porque es verdad. Lo único que queda por hacer, es ocuparte del presente. Y eso es lo que te ayuda a mantener tu vida yendo siempre hacia delante.