Miguel Cane
De serena belleza elegancia natural y larga cabellera oscura, Rachel Weisz (Londres, 1970), ha tenido una carrera diversa, y aclamada que incluye trabajar con grandes cineastas como Bernardo Bertolucci y un muy merecido Oscar por su papel en El Jardinero Fiel, donde interpretó a una apasionada activista cuyo marido se propone descubrir la verdad tras su asesinato. Ahora, en Secretos Peligrosos, dirigida por Larysa Kondracki, se mete en la piel de un personaje real: Kathy Bolkovac, una agente de policía de Nebraska, que en el 2000 viajó como voluntaria a Bosnia en una misión de paz y descubrió par su horror, cómo responsables de la ONU y otras ONGs se confabulaban con grupos de mafia para agilizar el tráfico humano con jovencitas. El caso llegó a titulares internacionales, sobre todo porque al descubrir esta red de corrupción, Bolkovac puso en riesgo su vida.
Este es un proyecto personal que has ido preparando desde 2006, ¿por qué ha tardado cinco años en llegar a los cines?
Cuando leí el guión yo estaba embarazada y pensé que era un trabajo de escritura increíble y un gran guión y una historia muy importante, pero creo que porque estaba embarazada era un poco angustioso para mí enfrentarme con él en ese momento. Pero nunca lo olvidé. Me persiguió por años.
¿Qué te cautivó de la historia?
El que forma parte de uno de mis géneros cinematográficos favoritos, una especie de thriller que es una historia de David y Goliat sobre una mujer normal que hace cosas extraordinarias, como en Erin Brockovich. Son madres que hacen sus trabajos y se encuentran con una injusticia y simplemente la persiguen. Se vuelven imparables y no se dan cuenta de que están haciendo algo heroico. En El Jardinero Fiel era Tessa, una mujer de alta sociedad con ideas progresistas, que es muy compasiva y alborotadora y Kathy no es así en absoluto. Ella es policía, es de clase obrera, es menos sofisticada que Tessa. Literalmente sólo estaba haciendo su trabajo. No estaba allí para causar problemas. Quería ayudar a la gente. Tenías ideas realistas que encarna la ONU y no puede evitar hacer lo que hace, porque para ella es lo correcto. Me inspiran enormemente las historias como la de Kathy, no porque la quiera emular, no tengo nada que ver con ella y si estuviera en su situación me hubiera ido a casa sin hacer nada. Estaría demasiado asustada. No llevo eso en mi naturaleza. No soy tan valiente como ella, o como en su momento lo fue Tessa, que estaba inspirada en la activista Yvette Pierpaoli, que también fue asesinada.
¿Qué es mejor, o diferente, sobre trabajar en una película más pequeña y de bajo presupuesto, como esta, a diferencia de una superproducción?
Son muchas cosas. Por ejemplo, la cantidad de escenas que teníamos que rodar al día era muy, muy grande, nadie estaba allí para hacer dinero, todo el mundo allí era realmente apasionado. Y muchas veces teníamos que ingeniarnoslas para hacer ciertas cosas con menos recursos. Pero también le pones más corazón a lo que haces. Por otra parte, tuve la suerte de poder trabajar con grandes actores como David Strathairn y Vanessa Redgrave, que son enormes maestros y muy generosos. Entonces los puedes ver trabajar más de cerca y aprender de ellos. En una película independiente hay más cercanía. En los estudios, todo es más controlado, menos espontáneo.
Las películas con un gran presupuesto atraen la fama y tú eres una celebridad. ¿Te molestan las invasiones a la privacidad, especialmente ahora?
Realmente soy afortunada, ¿sabes? No tengo ninguna invasión de privacidad. Sí, claro, me sacan fotos en el aeropuerto, porque ahí es donde están los paparazzi, en alfombras rojas y aeropuertos. Pero el resto del tiempo, me dejan en paz. Voy por todas partes de lo más despreocupada. Llevo una vida normal.
Te casaste hace poco con Daniel Craig. ¿Es más fácil convivir con alguien que tiene el mismo ritmo de vida y actividades que tú?
Supongo que sí, aunque es un elemento completamente aleatorio. Tanto él como yo veníamos de relaciones largas con personas que se dedican a hacer cine. Pero creo que lo importante es la comunicación, la empatía, el amor. Esos elementos son claves para todo tipo de convivencia. Tengo una buena relación con el padre de mi hijo (el cineasta Darren Aronofsky) porque terminamos en buenos términos. Con Daniel hay una relación completamente distinta. Es una cuestión de acoplarse, no sé cómo podría explicártelo, pero me entenderán. De hecho, la fórmula es bastante sencilla: es solo cosa de amar estar con quien estás.
Recuadro:
OTROS “CHIVATOS”
En Secretos Peligrosos, la cineasta Larysa Kondracki relata el caso de Kathy Bolkovac, una oficial de policía que expuso una red de corrupción que llegó a los más altos niveles de la ONU. Pero este no es el único caso de cintas que cuentan historias de personas valientes que rompen el silencio para denunciar diversos peligros, arriesgando sus vidas.
*Serpico (Sidney Lumet, 1973)
Al Pacino está increíble como el oficial Frank Serpico, quien en los años 60 y 70 denunció corrupción entre sus compañeros de la policía de Nueva York. Sus denuncias no solo le costaron el ostracismo de sus compañeros, sino que también pusieron en peligro su vida. Serpico aún vive y sigue siendo considerado una figura muy importante en la lucha por erradicar la corrupción de los cuerpos policiacos en la urbe más agitada del mundo.
*Silkwood (Mike Nichols, 1984)
Meryl Streep obtuvo su cuarta nominación al Oscar por su interpretación de Karen Silkwood, una humilde madre soltera, que trabaja en una planta que fabrica cartuchos de plutonio para una planta nuclear. Cuando descubre que hay corrupción corporativa en la planta, decide hablar con los medios, aún cuando hay quienes ponen un precio a su vida. El caso real concluyó en 1974, cuando Karen murió en un misterioso “accidente”.
*Marie (Roger Donaldson, 1985)
Sissy Spacek fue aclamada por la critica por su interpretación de Marie Ragghianti, una madre de familia que en 1977 fue destituida de su puesto en la mesa directiva de libertad bajo palabra del tribunal de Tennessee, al llevar a cabo una investigación que implicaba corruptelas en el sistema penal. Marie fue difamada por los medios locales, pero llevó su querella civil ante la suprema corte y logró mandar a la cárcel a varios importantes miembros del ministerio de justicia de su estado.
*El Informante (Michael Mann, 1999)
Russell Crowe causó furor al transformarse en Jeffrey Wigman, ejecutivo de una compañia tabacalera que, al sufrir una crisis de consciencia, decide hablar con el programa 60 minutos (cuyo productor es interpretado precisamente por Al Pacino), para hacer revelaciones que afectarían para siempre a la industria y la percepción pública de sus productos, aún si el precio que tiene que pagar puede ser demasiado alto. La actuación de Crowe es tan sensacional, que hay quienes afirman que el premio Oscar que recibió en 2001 por Gladiador, en realidad se lo merecía por esta memorable cinta.