Miguel Cane
Hace unos pocos años, Colin Farrell (Irlanda, 1976) saltó a la fama casi como si hubiera aparecido de la nada, con participaciones en filmes como Minority Report (al lado de Tom Cruise y dirigido por Steven Spielberg) y a las planas de escándalos en los periódicos, principalmente por su comportamiento rebelde, sus fiestas constantes y su abuso de sustancias. Sin embargo, esto no pareció afectar su trabajo: se trata de un actor sólido y versátil, muy solicitado por grandes cineastas, como Peter Weir, Neil Jordan, Terrence Malick y Oliver Stone. Los últimos años, los pasó alejado de Hollywood, rodando títulos independientes como Escondidos en Brujas (2008), Ondine (2009) y Camino a la Libertad, y ahora regresa al circuito comercial con una cinta de terror salpicada de elementos cómicos basada en un filme de los 80 Fright Night, en el que encarna a un seductor vampiro que llega a instalarse en un tranquilo vecindario, para horror de su joven vecino.
Es una sorpresa que decidieras volver a Hollywood en una cinta de género...
Se me antojó mucho cuando me la ofecieron, ¿sabes? Pensé, ¿por qué no? No iba a ser un rodaje muy largo y era divertido. Tenía ganas de divertirme, llevaba una época haciendo muchos dramas con personajes muy extremos y complicados. Todos los filmes que hice estos últimos cinco años trataban temas profundos y serios. Eso está muy bien y me encantó hacer cada uno de esos filmes, pero también tenía ganas de hacer algo distinto a lo que había hecho en los últimos años. Tenía la confianza para ello y dije que sí. Me dio la gana hacer algo loco.
Tu vampiro, Jerry, es muy distinto a los de Crepúsculo...
Oh, sí. Es que esos no son vampiros. Son para nenas. (se ríe) ¡Este es un vampiro de sangre caliente! Un verdadero monstruo. Esta película no tiene nada qué ver con Crepúsculo y creo que no le va a gustar a las chicas que son su público. No tengo nada en contra de esas películas, la verdad. A la gente a la que le gusta eso, eso es la clase de cosa que les gusta, pero aquí quisimos hacer una historia de vampiros que metiera miedo de verdad. Es decir, es una película de terror, pero también tiene otros elementos: hay mucho humor negro, mucha ironía. Jerry es un gran personaje.
¿Cómo te sentiste al interpretarlo?
Me encanta el trabajo que hizo Chris Sarandon, en la versíón original. Él le dio el visto bueno al proyecto e incluso se animó a participar en una escena como guiño a los fans. Su vampiro era digno, elegante y amenazador, pero yo no quería que fuera igual. Mi vampiro es más cruel y malévolo, muy sexual y arrogante. Con mucho carisma. Sin miedo, sin remordimientos y nada romántico. Que el personaje fuera distinto resultó liberador. Estaba harto de ver a los vampiros como tú dices, al estilo Crepúsculo. Quise sacudirlo un poco. Le dije a Craig (Gillespie, el director) que quería darle la vuelta y me dio carta blanca. Eso es algo que se aprecia, el poder colaborar en la creación de tu personaje.
Pero además, un factor decisivo para que la hicieras, fue trabajar con Gillespie, ¿cierto?
Es verdad. Soy su admirador desde que vi Lars y una chica de verdad. Me encantó, creo que es una gran película. Así que le dije, “oye, si haces otra pelicula, la que sea, yo quiero participar.” Por eso fue que me hizo llegar el guión de esta versión de la película. Es muy fiel al tema original, que cuando era yo chico me encantó. Hablé mucho con Craig sobre cómo quería hacerlo. Lo vi como una especie de adicto en crisis.
¿Un adicto?
Claro. Así como hay quienes tienen una adicción al alcohol o a las pastillas – y eso es algo de lo que sé de primera mano, Jerry es un adicto a la sangre humana. Siente una fascinación enferma por los humanos. Es algo parecido a cómo mira un niño pequeño a una mariposa antes de arrancarle las alas. Su conflicto es ese y lo comprendo. Yo no bebo una gota de alcohol desde que hace seis años fui a rehabilitación. Es por mis hijos, ¿sabes? (James tiene siete años, y Henry, dos). Es dificil al principio, pero lo consigues. El vampiro, en este caso, es dominado por su adicción. Y estar así es algo terrible, por eso encontré en él una serie de características que me interesaron. Por eso te digo, no tiene nada que ver con los “vampiros” de ahora, que ves en la tele y en otras cosas. No tiene nada de romántico.
Eres un actor famoso ahora, pero tampoco fue un camino fácil.
Al comienzo de la carrera de un actor no existen las opciones. Vas a todas las audiciones que puedes y simplemente esperas una respuesta. Así me ganaba la vida, pero ahora sé que soy un afortunado. Tuve suerte muy pronto y desde hace años he podido elegir lo que quería hacer. Mi intención es buscar experiencias dispares. Cuantos más contrastes pueda tener en lo que hago, mejor.
¿Por qué buscar el contraste, desafiar lo cómodo? Otros estarían felices con tener algo seguro.
Yo soy así. Yo no hago esto o lo otro por llevar la contraria, es solo que me gustan los retos y hacer cosas que me sorprendan y que sorprendan al público también. En mi vida soy así también: Yo soy como soy, vivo mi vida, no hago daño a nadie, trabajo en lo que me gusta y perfecciono mi talento -mucho o poco- para disfrute de los demás. ¿Por qué despistar a la gente con otras cosas? Soy afortunado, pero tampoco me quiero quedar estancado. Si hiciera el mismo tipo de películas todo el tiempo, a la segunda ya estaría muy aburrido. Además, no soy tonto. Sé lo que puedo hacer y lo que no. Yo no pagaría por verme en una comedia romántica, porque no tengo el tipo, la ligereza para hacer una. Admiro a los que pueden, pero yo no. No me sale.
Pero la ciencia-ficción sí, ¿por eso aceptaste hacer la nueva versión de Total Recall?
Claro. Fue una buena oferta. Económicamente me viene bien y me gusta ese tipo de películas, para romper un poco el molde. ¿Quién sabe qué haré después? He hecho otras películas a cambio de casi nada... y no me importa. Si quedo satisfecho, lo vale.
Irlanda sigue siendo importante para ti.
Siempre. Muchísimo... y duele estar tan lejos. Soy irlandés hasta lo más profundo y echo inmensamente de menos mi tierra. Es el precio que tengo que pagar por dedicarme a esto. El teléfono es mi cordón umbilical con mis orígenes, con mi familia, con mi gente... Llevo más de un año sin pisar Irlanda y empiezo a pensar que estoy pagando un precio desgraciadamente elevado.
¿Dejarías lo que tienes por volver atrás?
No, no. Ni un paso atrás. ¡Sería una idiotez retroceder! Me has costado mucho lograr mi sueño de ser actor y, ahora que he conseguido que me respeten y valoren, no voy a tirarlo por un golpe de nostalgia. Quiero disfrutar de lo que tengo, pero me gustaría poder gozar más de las cosas que realmente me hacen feliz.