30 ene 2014

Ella / Her, de Spike Jonze

El romance de la máquina

Miguel Cane.



Todas las cintas de Spike Jonze, desde su debut hace 15 años con Quiero ser John Malkovich, han sido auténticos caprichos creativos: ahí está El ladrón de orquídeas, que desafiaba todos los géneros y los mezclaba en un crisol de adaptaciones – obra magistral de Charlie Kaufman – y su versión tan peculiar de Donde habitan los monstruos, el libro infantil de Maurice Sendak.



Ahora, Jonze realiza un filme futurista en forma y fondo, que no obstante resulta de impecable factura: Ella (Her) parte de una premisa simplísima, que no obstante se las ingenia para tocar muchas texturas emocionales. Theodore Twombly (Joaquín Phoenix, aquí muy bien dirigido, salvándose de caer en la tentación de aplicar “el método”, vicio en el que ha caído en otras películas) es un solitario que vive de escribir hermosas y emotivas cartas de amor, para personas que no tienen tiempo, o sensibilidad, para expresar sus sentimientos.



Esta inmensa capacidad de empatizar y sentir contrasta con su propio desastre emocional: su esposa (Rooney Mara) con quien tuvo una larga relación, le pide el divorcio y tiene ahora que aprender a vivir solo de nuevo. Es así que entra en su vida un sistema operativo de inteligencia artificial, que puede satisfacer su necesidad de compañía. Al configurarlo, Theodore decide que sea femenino, y lo llama “Samantha” (voz de Scarlett Johansson), y de manera sorpresiva se da una relación al principio amistosa entre ambos, que dará pie a un proceso de revelaciones para el protagonista.



La pregunta planteada por Jonze no es insólita: ¿qué tanto hemos llegado a depender de la tecnología para establecer contacto con otra inteligencia? Esto es algo que desde 1968 se preguntó Kubrick en 2001 (si bien ahí Hal 9000 es una especie de monstruo) y la relación entre hombre e inteligencia sintética la exploró, bajo otra luz, Donald Cammell en La generación de Proteo (1977) en la que una supercomputadora se enamora de mala manera de la celestial Julie Christie, o el vínculo estrecho entre tecnología y humanidad probado por Duncan Jones en Moon (2009). Jonze le da un cariz más cálido a su pensamiento y desarrolla un filme que le habla lo mismo al romántico que al solitario, que al tecnofílico, que al espectador de a pie.

No es un filme sencillo, y tampoco es perfecto, pero la suma de sus virtudes sobrepasa el tamaño de sus improbabilidades y la sosegada, sorprendente, calidez de Phoenix, le da una dimensión afectiva e inmediata que conecta de inmediato y hace que también, por unos momentos, uno comparta ese cariño improbable, y vea a las máquinas, desde otra perspectiva, algo que su autor siempre ha buscado detrás de la lente: crear su propio, plausible, mundo. A ver, sin falta.

Ella/Her
Con Joaquin Phoenix, Amy Adams, Rooney Mara, Olivia Wilde y Scarlett Johansson
Dirige: Spike Jonze
EU 2013



Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares

Óscar Isaac: los Coen me dieron la bienvenida a su mundo

Miguel Cane.



Por su interpretación como Llewyn Davis, un bohemio cantante, miembro de la escena folk en Greenwich Village a principio de los sesenta, Óscar Isaac Hernández (1980) es el primer actor nacido en Guatemala que ha sido candidato al Globo de Oro y ha obtenido muchos otros reconocimientos gracias a su trabajo en Balada de un hombre común (Inside Llewyn Davis) la más reciente cinta de Ethan y Joel Coen, que se estrenó en la pasada edición del festival internacional de Cannes y ha sido muy bien recibida a ambos lados del océano. En el filme encarna a un personaje ficticio —aunque no han descartado sus creadores el hecho de que se trata de una mezcla de varios cantautores de la época— que busca alcanzar el reconocimiento pese a que su propio carácter no le ayuda. En la cinta, Isaac —que con una carrera muy versátil, incluyendo un rol coestelar en Drive, de Nicolas Winding-Refn— comparte créditos con Carey Mulligan, John Goodman y Justin Timberlake.



Has señalado que éste es el filme que cambió tu vida. ¿En qué sentido?
En muchos y te diría que totalmente. Al día siguiente, desde que me dieron el papel de Llewyn Davis, se me abrieron las puertas a otras oportunidades, incluso de pronto me estaban considerando para otras películas que antes de ésta, no habría conseguido. Siento como si se hubiera dado una especie de “aprobación” en el medio. Cuando los Coen dicen que alguien merece ser actor principal en una de sus películas la gente comienza a verte con otros ojos, y obviamente, tu carrera cambia.

¿Cómo fue la relación con los Coen durante el rodaje?
Nos hicimos muy amigos, fueron muy generosos conmigo. Puedo decir que me enseñaron cómo hacer películas. Ambos (Ethan y Joel) son apasionados con todo lo que hacen; específicamente con esta película, no había un detalle de esa época, estamos hablando de Nueva York en 1961, que no hubieran investigado y que no supieran. Aprendí muchísimo, y ellos me abrieron sus pensamientos, me mostraron su modo de ser y eso me impresionó. También me hablaron de sus libros y películas favoritas, además de contarme historias acerca de cómo fue trabajar con actores como Charles Durning o Holly Hunter. No había tenido nunca una experiencia así, prácticamente me dieron la bienvenida a su mundo.



¿Qué fue lo que más te impresionó de verlos hacer su trabajo?
Muchas cosas. Muchos detalles. La autenticidad que buscan imprimir en cada toma. Aquí buscaron recrear el Village tal como era y lo hicieron con tanto detalle, que era impresionante. Me gusta mucho, además, cómo miran el mundo. Eso está claro desde que se lee el guión, que es una mezcla extraordinaria de lo trágico y lo absurdo, de lo tierno y lo demoledor. Eso me gusta mucho de ellos, porque así es la vida precisamente, a veces se goza, a veces se llora, no siempre se puede ganar y sus personajes rara vez consiguen triunfar. La vida es dura y lo saben; ellos pueden capturar ese sentido en sus películas y los personajes que crean, porque todos son muy auténticos, con muchos defectos y alguna virtud que reconocen muy tarde. Llewyn Davis es así.



Además, tú mismo cantas y tocas la guitarra. ¿Ya tenías experiencia musical?
Estudié en la universidad de Juilliard y es una de las más difíciles del mundo. Te exige mucho, pero el aprendizaje es enormemente satisfactorio, porque te gradúas con una comprensión más grande de las artes interpretativas y también, con una educación muy completa. Por otra parte, me encanta la música. Siempre me ha gustado mucho, y me identifico mucho con ella. Por eso me resultó irresistible convertirme en Llewyn Davis: es un personaje muy complejo, es un tipo que nadie querría tener de amigo ,y sin embargo, está rodeado de gente que de un modo u otro lo quiere, si bien es responsable de su propia caída en desgracia. Me gustó mucho cantar. Siempre me gustó mucho la música, me encantan el rock y el punk. Cuando estaba en preparatoria empecé a tocar guitarra y el punk es un género con mucha energía y agresivo, eso me atraía a los 16 y 17 años y tocaba con mis amigos en un grupo que se llamaba The Blinking Underdogs; luego cuando me mudé de Miami a Nueva York y entré a estudiar actuación dejé un poco eso y tocaba más guitarra acústica, eso es lo que más me sirvió para encontrar a Llewyn. Eso y escuchar música de Dylan, de Joan Baez… lo que tratamos de retratar en la película.

Naciste en Guatemala pero creciste en Estados Unidos. ¿Retienes aspectos de las culturas con las que te criaste?
Me fui muy pequeño, siendo apenas un bebé, junto a mi familia a Estados Unidos y me crié en Miami, que es donde vivía la familia de mi padre, que es cubano, aunque se fue de su país siendo niño, y también se crió en Estados Unidos, pero su cultura y familia es cubana. Con mi mamá íbamos con frecuencia a Guatemala, a visitar a la familia, y ella preparaba platos especiales típicos; así que sí, puede decirse que tengo tres culturas básicas: crecí cerca de la cultura guatemalteca; y por mi papá y por haber vivido en Miami de niño, con la cultura cubana muy de cerca: la música, la comida, el idioma… pero también hay otro aspecto, que es el mío, personal. Me enamoré de las películas y música estadunidense, de los libros, del teatro. Supongo que todo eso es parte de lo que soy, soy una mezcla de varias culturas y eso también me ha servido en mi carrera, porque lo mismo puedo hacer un personaje étnico, un griego, un ruso, un mexicano, que un estadunidense como Llewyn. Estados Unidos es lo que llaman un melting pot, un crisol de varias culturas y razas y eso te da una amplia gama que puedes interpretar y eso es un tesoro para un actor.

De la noche a la mañana te ha llegado la celebridad. ¿Cómo lo llevas ahora?
¿Te digo la verdad? Trato de no pensar mucho en eso. Ahora vivo en Nueva York, y ahí se puede tener una vida tranquila, porque hay tanta gente dedicada al teatro y al cine y también a muchas otras cosas. Todos ahí están preocupados en lo que hacen, están enfocados en su propia vida, no se meten en la vida ajena, por lo que, aunque hagas cosas muy públicas, al dejar la cámara te puedes volver anónimo de nuevo y llevar una vida común y corriente y eso me gusta.

Hablaste de acceder a nuevos filmes. ¿Cuál es tu siguiente paso por el cine?
En el festival de Berlín se estrena una película, Las dos caras de enero, que hice en Atenas con Viggo Mortensen y Kristen Dunst, es una historia de misterio, escrita por Patricia Highsmith, la de Mister Ripley, y me gustó mucho filmar en locación allá. Además, en unas semanas me incorporo a la filmación de A Very Violent Year, en Nueva York. Es el nuevo filme de J.C. Candor, el director de All is lost, que protagonizó Robert Redford y trabajo con Jessica Chastain. A eso me refería, porque ahora tengo oportunidad de hacer papeles que me interesan con directores y otros actores que respeto bastante y es una gran oportunidad para seguir aprendiendo y hacer lo que realmente me apasiona, que es lo que mejor saben enseñar los Coen cuando trabajas con ellos.





Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares

23 ene 2014

Balada de un hombre común / Inside Llewyn Davis, de Joel y Ethan Coen

La canción del perdedor

Miguel Cane.



Llewyn Davis (el increíble actor guatemalteco Oscar Isaac en el papel que redefine su carrera) termina de cantar un set de música folk en el Gaslight Café de Greenwich Village; es el frío invierno de 1961 en Nueva York. En un callejón, es confrontado por un sujeto que le da una paliza. A partir de este momento, somos testigos de los acontecimientos en una semana particularmente difícil en la vida de este personaje que, por otra parte, no es ningún héroe… aunque, tratándose de una película de los hermanos Coen, ya lo sabíamos, y de hecho, ése es el punto.



Con un agudo sentido de tiempo y lugar, los creadores de Fargo, presentan a un perdedor en toda regla, que trata, con su modo tosco y escasa simpatía, de salir del hoyo en que se encuentra – un hoyo que, por otra parte, es su propia creación. El resultado es un filme que captura la esencia de Llewyn Davis y los personajes que lo rodean: un reparto salpicado de figuras brillantes; Carey Mulligan como Jean, una cantante como él, que tiene razones de sobra para estar furiosa con Llewyn y el marido de ésta, Jim (un sorprendente Justin Timberlake), que genuinamente lo aprecia y quiere ayudarlo.



También ahí, el infaltable John Goodman como un estrambótico y pedante músico de jazz y en un retorno inesperado: Robin Bartlett, estupenda actriz poco vista recientemente, que tiene una escena memorable en la que lleva al espectador de la tristeza a la carcajada en un instante.



Isaac hace un trabajo formidable como Llewyn Davis. Nos inspira la compasión por un personaje que (al parecer, aunque uno lo desea) no tiene remedio, y lleva consigo el peso de todo el filme, de un modo pleno, como pocas veces sucede en un filme: las tribulaciones de su personaje llegan al espectador y conectan con él, consiguen hacer verosímiles las situaciones, y no vacila en someterse en las peores humillaciones sin buscar lástima, sin rendirse a las convenciones de un melodrama.

Los Coen toman el género y lo llevan hasta el límite para explorar el patetismo de la situación y lo hacen con una excepcional banda sonora, salpicada de temas auténticos de la época, interpretados por los mismos actores, que hacen de ésta una cinta especial en el canon de los Coen y uno de los estrenos más interesantes de la temporada.

Balada de un hombre común / Inside Llewyn Davis
Con Oscar Isaac, Carey Mulligan, Justin Timberlake y John Goodman
Dirigen: Joel y Ethan Coen
EU 2013





Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares

Chris Pine: El trabajo te da de comer, no la fama

Miguel Cane.

Como hijo y nieto de actores, desde muy joven Chris Pine (Los Ángeles, 1980) conoce bien los tejemanejes de la industria del cine y la televisión. Sin embargo, confiesa que no deja de sorprenderle ver su rostro en carteleras y marquesinas alrededor del mundo como la nueva encarnación Jack Ryan, el agente de la CIA creado por Tom Clancy y protagonizado en una famosa serie de películas de los ochenta y noventa por actores tan diversos como Alec Baldwin, Harrison Ford y Ben Affleck.



El relanzamiento de esta franquicia arranca ahora con Jack Ryan: Código Sombra, dirigida por Kenneth Branagh (que también interpreta al villano) y comparte créditos con Keira Knightley y Kevin Costner, que está de regreso después de algunos años de ausencia. En este proyecto, muy esperado por los fans de la saga y en el que se han invertido casi 100 millones de dólares, Hollywood apuesta fuerte por Pine, quien debutó en programas de televisión al salir de la universidad, fue compañero de Anne Hathaway y Lindsay Lohan en un par de comedias románticas menores y entró a las grandes ligas como el Capitán Kirk en las dos exitosas cintas que renovaron la franquicia de Viaje a las estrellas.



Como el nuevo Ryan, el actor constata su apostura y carisma así como las buenas aptitudes que son la clave para hacer carrera, aunque afirma sentir cierta responsabilidad ante el rol: "Cuando filmas una película como ésta, no puedes imaginarte todo lo que va a significar, las expectativas que se generan en torno suyo. Yo me acerqué a este proyecto porque me gustó el personaje y es un honor encarnar a alguien que mis ídolos hicieron antes que yo".

¿Cómo piensan acercarse aquí a Jack Ryan? ¿Es algo completamente nuevo?
Lo es. Con esta película hemos tratado de darle un fondo más sustancial para que podamos entender por qué se mueve y piensa de la manera que lo hace. Ahora Jack Ryan está al principio de su carrera, es joven, es idealista y tiene mucho qué aprender. Esta vez solo se tomaron los personajes creados por Tom Clancy, pero la trama es algo completamente nuevo, un punto de partida.

Es la segunda vez que haces una saga, después de Viaje a las estrellas. ¿Es intimidante o retador?
Ambas cosas. Para mí es siempre más interesante empezar de cero, aunque siga los pilares básicos del personaje, y tratar de crear algo nuevo, diferente. Al igual que con el Capitán Kirk, por ejemplo, no puedo repetir lo que antes se conocía como Jack Ryan, aunque hay ciertas cosas que son fundamentales para el personaje; su integridad, su astucia, lo que lo hace un héroe, así como su amor por Cathy, que aquí aún no es su esposa, pero es definitivamente el amor de su vida. Esos elementos hacen al personaje entrañable, pero sí, es un reto que a veces espanta, el tomar un personaje célebre, y hacerlo tuyo. Ya me pasó con Kirk, pero ahora es diferente, la mitología en torno a este personaje es muy diferente.

¿Qué dirías que es lo que hace de ésta una saga tan icónica?
La verdad es que tiene un seguimiento enorme. Es, como te decía, diferente de las dos sagas de Viaje a las estrellas, que están en todas partes y tuvieron una reacción positiva y favorable, aunque ninguna de esas películas se hizo solo para los fans de la saga, sino para todos los públicos, para la gente a la que le gustan las películas de acción que además ponen en jaque su inteligencia. Jack Ryan es un personaje así; un héroe de acción que tiene que apoyarse más en sus instintos e inteligencia que en su fuerza, aunque recurre a ella si es necesario. Ha sido así desde los libros, creo que nuestro trabajo, el de los actores y del staff, está a la altura de lo que se espera, porque se hizo con respeto por el concepto de Clancy, aunque también es una historia totalmente original.

¿Qué puedes decir sobre esta nueva historia y cómo encaja Jack en esta saga?
Se trata de una trama muy potente, muy realista para ser una película de acción. Aquí se ha modernizado al personaje, pero la experiencia de Jack es la que muchas personas comparten. Él ha visto la guerra y cómo afecta a muchas personas; la película no toma eso a la ligera, la forma en que estar en Afganistán lo traumatizó y cómo esto lo lleva a tomar una dirección diferente en su vida. También comparte lo que todos compartimos, la tragedia del 11 de septiembre que es, por así decirlo, el final del siglo XX y el duro despertar del siglo XXI. Esto es parte indirecta pero crucial de la trama y del personaje, que pertenece ahora a esta generación. Por otra parte, está el factor humano del personaje, pese a que es muy inteligente y podría salvar al mundo de un desastre, tiene otros problemas más personales, una relación amorosa con Cathy que trata de mantener a flote, porque es lo más importante para él en otra arena, al final de cuentas, no es un superhéroe, Jack Ryan es un ser humano.

¿Cómo definirías, como actor, el trabajo de Kenneth Branagh?
Es todo un personaje, un hombre con una visión única en su trabajo. Soy admirador de sus películas, como director y como actor. Cuando llegó la oportunidad de trabajar con él fue una gran alegría para todos los involucrados. Con él como actor, uno siente que es libre, pero también todo esta cuidadosamente planeado. Lo fascinante es que, como además actúa en la película, su toque no se nota. Hace que tú creas que realmente estás en Moscú con él, al menos hasta que te dice "corte". Es una experiencia que me sorprendió. Nunca había trabajado con un director que también actuaba.

Podría decirse que te has consolidado en Hollywood. ¿Cómo sientes esta transición?
En parte estoy feliz, esta es una oportunidad que siempre esperas. Lo sé por que mis padres y mi abuela son actores, así que entiendo que solo se ofrecen buenas películas a un puñado de actores, el resto tiene que pelear para encontrar un trabajo que lo satisfaga y no solo pague la renta. Siempre he sabido que este es un negocio muy difícil, muy duro, aunque muchos piensan que por salir en una película ya eres famoso. La fama no te va a dar de comer, pero tu trabajo sí, y cuando te dedicas a esto, no puedes obsesionarte con el aspecto comercial de la industria sino con la calidad. En este negocio nunca sabes qué pasará mañana... igual, si me preguntas en cinco años cambio de opinión, pero te diré que no siento que ya me haya consolidado, que haya triunfado. Al contrario, apenas siento que esto comienza.

¿Entonces, contrario a lo que se podría esperar, no te ves como estrella de cine?
No. Me veo como un actor, que es mi oficio, lo que estudié y lo que amo. Mira, mi madre dice que la suerte florece, pero no dura para siempre, así que hay que aprovechar el día. Hasta ahora he estado muy enfocado en mi trabajo, apasionado al máximo con lo que hago y con la confianza necesaria para seguir adelante. Confiar en ti mismo es importante, es lo que necesitas para sobrevivir en un ambiente tan competitivo. Ahora, si puedo conseguir grandes papeles en grandes películas, pues entonces fantástico. Si no puedo... pues bueno, ya veré. Yo soy un actor, trabajo así, es como me gano la vida, así que no creo ser una estrella. Si sucede, trataría de no apartarme de la realidad: esa es la lección que aprendí de mi familia, y no voy a olvidarme de eso. Creo que es lo más importante: ser fiel a ti mismo en todo momento.





Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares

16 ene 2014

Amor índigo / L'Écume des jours, de Michel Gondry

La espuma de los días

Miguel Cane.



Basada en una extraordinaria (y muy poco convencional) novela de Boris Vian publicada originalmente en 1947, Amor índigo (que en realidad podía haberse titulado como el libro: La espuma de los días) es la cinta con la que el francés Michel Gondry regresa al cinema independiente después de la fallida excursión en Hollywood que fuera la atroz El avispón verde y los resultados son desiguales, mas no exentos de interés.



La trama, que es ostensiblemente una historia de amor que poco a poco se torna en un sórdido melodrama, gira en torno a un haragán ricachón y jovial, Colin (Romain Duris) y la hermosa Chloé (Audrey Tautou) que son una pareja perfecta, en un mundo colorido, surrealista, absurdo y extrañamente bello, donde se enamoran y son felices.



Como si se tratara de una comedia musical romántica dirigida por David Lynch, la película tiene secuencias notables en su impacto visual, si bien cualquier tipo de lógica sale disparada por la ventana (después de todo, es una adaptación bastante fiel a Vian, y tal cosa no es fácil). Las cosas se complican cuando, después de casarse, Chloé y Colin enfrentan una terrible prueba, al aparecerle un lirio de agua en los pulmones a la chica, poco a poco drenando su mundo de color y de alegría.



La película no carece de defectos (como le sucede a la filmografía de Gondry, que es más experto en crear secuencias e imágenes, pero no en sostener una trama) y le sobra por lo menos una media hora, sin embargo, no deja de ser un espectáculo visual fascinante que deja ver la versatilidad y el estilo inimitable de su autor.



Los admiradores de Gondry probablemente apreciarán más este filme que un espectador que espera otra cosa. Las reacciones podrán ser de amor o de odio, pero lo cierto es que no dejará a nadie que la vea, en estado indiferente, si bien está muy lejos de la gran obra maestra de Gondry que es aún Eterno resplandor de una mente sin recuerdos.

Amor índigo/ L'Écume des jours
Con Romain Duris, Audrey Tautou, Gad Elmaleh, Omar Sy y Charlotte LeBon
Dirige : Michel Gondry
Francia/Bélgica 2013






Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares

Bradley Cooper: Estoy de moda, pero volveré a ser anónimo

Miguel Cane.



Está por estrenarse en México Escándalo americano, una de las principales aspirantes a los Globos de Oro y una de las cintas más esperadas del año, en la que retorna con éxito el director David O. Russell reuniendo a los elencos que trabajaron con él en El luchador (2010) y Juegos del destino (2012): Christian Bale, Amy Adams, Jennifer Lawrence y Bradley Cooper. Los actores encarnan a personajes inspirados en los involucrados en el operativo del FBI conocido como ABSCAM —centrado en la corrupción política en el Senado y la Cámara Baja de Estados Unidos—, realizado a finales de los años setenta y que impactó titulares de todo el mundo.



En esta comedia negra con tintes de thriller de suspenso, Cooper (Philadelphia, 1975) encarna a Richard Richie DiMaso, un agente del FBI que se relaciona con dos estafadores para atrapar a especuladores y se ve involucrado en un mundo sórdido. La cinta le brinda la oportunidad de explotar sus posibilidades interpretativas como no lo había hecho con la trilogía ¿Qué pasó anoche? (The Hangover) donde mostró un talento versátil y suficiente carisma para sostener casi él solo una película y ser un imán de taquilla, cosa que en Hollywood es importante. Aquí el trabajo del ensamble actoral logra una película elogiada ya en todas partes.



Un aspecto interesante de Russell es que genera buena química entre los personajes. ¿Cómo dirías que consigue ese ambiente en el rodaje?
David es un director muy sui generis. Le gusta hacer su voluntad y se asegura de centrarse en lo que es real, en lo que es importante. Encontrar la carne en la historia. Se centra en la veracidad de lo que cuenta, y a los actores también nos pide que lo hagamos, nos sumerge en lo que es el ambiente de su trama y creo que por eso ha conseguido tantas nominaciones. Logra que los actores nos olvidemos de cualquier cosa que tengamos en mente y nos centremos. Es un genio.



Los setenta son aquí escenografía y parte de la sátira que Russell desea explotar. ¿Cómo te preparaste para sumergirte en la época?
¡Fue una locura! Me encantan los setenta. La verdad es que me preparé para esta película de la misma manera que suelo hacer, directamente trato de convertirme en el personaje y de olvidarme de mí mismo. Me inspiré en películas de ese tiempo, en gente de mi entorno y en la visión de David. Es una época muy interesante. También leí todo lo que encontré al respecto del caso ABSCAM, y la gente involucrada.



Interpretas a un personaje inspirado en uno real, pero es claro que es ficticio, se trata de una invención…
Así es. Richie DiMaso es un personaje ficticio. David quería hacer una sátira y aunque parte de hechos reales, desde el origen del proyecto la idea era exagerar la realidad valiéndose de la sátira. El humor negro es una manera de ganarse al público y de enfocar su percepción de ese periodo histórico y todo lo que representó en nuestra cultura. De este modo, esta no es una película típicamente hollywoodense.

¿Cómo equilibras el cine de Hollywood, como la trilogía ¿Qué pasó ayer?, y cintas como ésta?
Me gusta hacer cine independiente, porque me da herramientas para crear personajes más complejos. He sido afortunado en mis proyectos; tanto los independientes como los comerciales. Me gusta poder compaginarlos, pasar de uno a otro. Ambos estilos de hacer cine pueden ser muy satisfactorios. Me gusta hacer comedias, pero también me gusta hacer películas que exigen algo y Escándalo americano no sólo me exigió una transformación física, también me hizo probar nuevas formas de acercarme a un personaje que antes no había contemplado. David sabe cómo plantearte un reto y llevarte a transformarte en el personaje.

La comedia no suele ser un género premiado. ¿Crees que te puede abrir nuevos caminos como actor?
Si te soy sincero, no veo esta película como una comedia nada más, es difícil de encasillar. Tiene comedia, tiene drama, tiene elementos de… y no sé si se ciñe a un solo género, la verdad. Pero creo que su género no debería influir en la opinión de la gente o los premios que reciba, pero te diré que el que se tenga en cuenta ya es fantástico. Estoy muy contento.

Aún resides en Philadelphia, donde te criaste. ¿Qué diferencias aprecias entre tu ciudad y Los Ángeles?
Son lugares completamente distintos, las dos costas de Estados Unidos no tienen nada que ver una con la otra, a todos los niveles. Mi forma de vida tiene mucho más que ver con la Costa Este, desde luego. Divido mi tiempo en ambas ciudades, pero me gusta mucho más Philadelphia. Me gusta la nieve, por ejemplo y eso no lo hay en Hollywood.

Hay un mercado enorme de intérpretes buscando trabajo, pero tú estás en una posición fantástica ahora.
He tenido mucha suerte al poder ganarme la vida como actor, haciendo lo que me gusta. Hay muchísimos colegas de la escuela de arte dramático en la que me formé que no han conseguido llegar aquí, y una de las mejores cosas de mi situación actual es poder ayudar a otros en su carrera. Es lo menos que puedo hacer. Devolver el favor, ¿me explico? Alguien me ayudó cuando yo empezaba también, hace casi 15 años.

Ahora ya eres una celebridad por derecho propio. ¿Es como lo imaginabas?
Cuando era más joven y sin experiencia me compré esto de la fama y tuve mis momentos de creerme que era la gran cosa hasta que se me subió a la cabeza. Por suerte, tengo amigos y familiares que me recordaron que no soy absolutamente mejor que nadie. Sí, ahora me conocen más y me toman fotos y hay más gente que se acerca en restaurantes y aviones y quieren hablarme. Está bien, comprendo que es parte de todo y que ahora tengo suerte, porque estoy de moda, porque mi trabajo se ve. Pero todo tiene una fecha de caducidad y un día volveré a ser anónimo. La fama es relativa y no tiene por qué regir mi vida, ni la de nadie. Esto es un trabajo y nada más.


Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares



Manual para salir del armario, por Claudi Etcheverry

La sexualidad es un derecho, no un contrato. Este texto repasa y analiza con frescura muchas de las cuestiones y zozobras típicas que acompañan la decisión de algunas personas que un día sienten el impulso de empezar a ser quienes creen que deben ser. Pero también ofrece argumentos a aquellos que no están en ese proceso, si es que quieren ser más agudos para poder entenderlos mejor, y finalmente, ser acaso más sabios.

Con un lenguaje llano pero preciso, el texto caracteriza y se detiene en los enormes cambios que se han observado en los últimos años, mientras asistimos a ver cómo se reparten los nuevos roles que las sociedades reservan hoy a varones y mujeres de toda condición.



Hemos heredado muchos criterios y opiniones incluso sin haber pensado nunca en ellos. Estamos sumidos en valores que quizá no hemos elegido, y que frecuentemente resultan rígidos o injustos. Este libro propone pensar lo de siempre desde una perspectiva nueva por la que seguramente no hemos pasado antes.

Si en algún momento creemos que un mundo más justo es posible, deberíamos pensar que tal vez lo último que descubra el habitante del fondo del mar sea el agua. Leerlo puede servir para enterarnos al menos de la existencia de un nuevo punto de vista.

Disponible en papel:
 
 
y también en versión digital (e-book):
 


---------------

SOBRE EL AUTOR



Claudi Etcheverry es arquitecto y diseñador industrial, pero escribe desde siempre sobre temas muy diversos. Con el deseo firme de no caer en las frases hechas ni en lugares comunes, siempre analiza diferentes cuestiones sin deberse a ninguna tradición y sin ideas preconcebidas. Permanentemente interesado en identificar el valor verdadero de las cosas, su prosa es un ejercicio constante de oposición a "creer en lo que hay que creer", porque eso supone una barrera para llegar realmente a entender. Sus ideas son frescas, agudas, y propias y así se ve en estas líneas llenas de malabares, desafíos y sorpresas.


9 ene 2014

Lobo de Wall Street, El / The Wolf of Wall Street, de Martin Scorsese

Delirio del exceso

Miguel Cane.





Martin Scorsese es uno de los mejores cineastas de su generación, eso es un hecho innegable, que se refrenda con cintas que hoy son clásicos. La expectación generada por un nuevo filme es justificada y también puede ser un arma de dos filos.



Ese es el caso de El lobo de Wall Street, su más reciente producción. Basada en hechos reales, esta es la historia de Jordan Belfort (Leonardo DiCaprio, que acaba con el cuadro con su interpretación) analista financiero y corredor de bolsa, que a fines de los 80 y hasta mediados de los 90 amasó – y despilfarró – una fortuna mediante fraudes, siendo perseguido por la ley.

El tratamiento que Scorsese da a esta trama, es completamente distinto a sus otros filmes: aquí utiliza un tono cínico para satirizar el mundo financiero de Nueva York y los espectaculares excesos que caracterizaron el paso de Belfort por Wall Street, y sostenerlo por un espacio de tres horas es muy difícil.



DiCaprio y el elenco que lo acompaña hacen lo que pueden con un guión que se extiende más de la cuenta, y si bien todas las anécdotas que describe son ostensiblemente reales, a la película le sobra media hora o más; llega a un punto insostenible y aunque su protagonista demuestra un talento notable para la comedia exagerada, la cinta es como un plato excesivamente condimentado que, pese a su excelente presentación, llega a resultar indigesto.



Scorsese rara vez tiene una película fallida (acaso, hace 15 años, Despertando a los muertos) o aburrida (algunos opinan así de Kundun). El lobo de Wall Street no es perfecta, pero tampoco es terrible. El espectador encontrará en ella cosas satisfactorias, pero es muy probable que también termine irritado; como los clientes defraudados por Belfort, que aún hoy, sigue vigente.

The Wolf of Wall Street / El Lobo de Wall Street
Con Leonardo DiCaprio, Margot Robbie, Jonah Hill y Rob Reiner
Dirige: Martin Scorsese
EU 2013



Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares



Steve Buscemi: La televisión de hoy, entretenimiento de calidad

Miguel Cane.

Es uno de los actores “de carácter” más solicitados del cine. A su modo, podría decirse que es una estrella, aunque para Steve Buscemi (Brooklyn, Nueva York, 1957) la fama y el reconocimiento que pueda recibir por su trabajo – incansable, en veintisiete años de carrera por el cine ha trabajado en dos o tres películas por año, en la más diversa cantidad de roles – no le interesan tanto como la pasión que siente por actuar.



Ex bombero de Nueva York (durante la crisis del 11 de septiembre de 2001 regresó como voluntario a remover escombros para buscar bomberos desaparecidos), director por mérito propio, padre de familia, desde 2010 Buscemi – que pronuncia su apellido “Bus-semi” aunque la pronunciación italiana es “Bus-chemi” [“¡Tuve que ir hasta Sicilia para descubrir que pronuncio mal mi apellido!” suele bromear] es el protagonista, junto con Kelly Macdonald, Bobby Cannavale y Michael Pitt, entre otros, de la exitosa serie de HBO Boardwalk Empire, producida por Martin Scorsese y basada en el libro de Nelson Johnson, Boardwalk Empire: The Birth, High Times, and Corruption of Atlantic City, con una adaptación de Terence Winter (guionista de Los Soprano).



En esta serie dramática, la trama gira en torno a los conflictos de Enoch “Nucky” Thompson – personaje que encarna Buscemi -- , poderoso ex tesorero de Atlantic City, mitad político y mitad mafioso, que en la temporada que actualmente está transmitiéndose en América Latina, explora su lado más oscuro, mientras se involucra en narcotráfico y desarrollo de bienes raíces. Personaje complejo y atormentado, se ha convertido en uno de los antihéroes más populares actualmente en TV.



¿Cómo describirías el estado mental de Nucky y su posición en Atlantic City, en esta cuarta temporada?
Ahora que él ya no es el tesorero del condado, que no está en la política, y por lo mismo no tiene que hacer discursos, no tiene que vivir una doble vida -disfrutando hasta cierto punto- creo que ahora abraza más su lado oscuro. Esa parte pública de su vida le ha sido arrebatada y ahora él está realmente inmerso en el lado comercial de las cosas. Está más retirado y aislado, y se ha hecho eso a sí mismo porque está más vulnerable, es un blanco -otras personas quieren su poder y su negocio-. Y, al mismo tiempo, también ha perdido Margaret (Kelly Macdonald) y eso definitivamente lo hace pedazos aunque no lo diga.



Como actor, el que la brújula moral del personaje se haya tornado aún más oscura, ¿cómo te hace sentir?
Bueno, siempre es mucho más difícil interpretar el material más oscuro porque no es precisamente un lugar agradable para ir y para estar, y tenemos un calendario de ocho meses de filmación para trece capítulos. Digo, tampoco es que Nucky fuera un personaje cómico antes, pero había cierta liviandad, un lado amable: solía contar chistes; no ha dicho uno desde hace mucho tiempo. Y, la verdad, yo echo de menos interpretar eso, así que sólo puedo imaginar lo que Nucky siente al vivirlo. Ahora es como un personaje que ya no puede estar en público, ya no puede ser el hombre benevolente que era y creo que le hace falta, su amargura está creciendo.

El matrimonio entre él Margaret es una de las columnas de la serie:¿Crees que todavía hay una oportunidad para ellos?
Nucky trató de hacer que Margaret regresara y ella se niega. Así que él piensa, ¿qué sentido tiene? Ahora se ve a sí mismo como un soltero de nuevo, y es algo sutil pero ya no usa su anillo de bodas, así que no creo que él se haga ilusiones sobre la situación. Personalmente, creo que realmente la ama y de verdad la quiere de vuelta. Pero creo que es lo suficientemente inteligente como para saber que ella es fuerte y, probablemente, respeta más el que ella haya decidido renunciar a todo lo que tenía con él. Nucky pensó que ella querría las mismas cosas que él y, considerando de donde venía, iba a estar agradecida por todo lo que él le había dado en el aspecto material. Creo que Margaret no es tonta, en absoluto y que tenía una idea bastante clara de en qué se estaba metiendo. Así que mientras que ambos estén vivos, siempre hay esperanza.

En las tres temporadas anteriores hubo contradicciones en Nucky, dirigió el negocio del contrabando pero también fue muy benevolente y cuidó de la gente, no sólo para sus propios fines. Ahora esos elementos se han ido y él es más abiertamente egoísta ¿Existen todavía esos otros aspectos positivos en él?
Nadie imaginó que ocurriría la prohibición, su vida antes de eso era como tesorero del condado. Como él dice en el piloto, la prohibición fue un regalo. Con su llegada, hubo aún más dinero de por medio. Siempre me sorprende que la gente todavía acepte sobornos. En estos días y en esta época, con el rastro de papel y el internet, las cosas son tan fáciles de rastrear, y, sin embargo, los políticos todavía lo hacen. Creo que es más naturaleza humana que cualquier otra cosa. Pero sí, supongo que debajo de la corrupción y la amargura, Nucky tiene su corazón en el lugar correcto, y mantiene una semblanza de humanidad. Por eso me gusta tanto encarnarlo.

¿Crees que el público está buscando refugio del cine en la televisión?
Creo que hoy en día hay una gran gama de opciones de entretenimiento que antes no existía. Cuando surgió la televisión de modo masivo, a principios de los 50, se decía que nunca iba a poder rivalizar con el cine, y eso no ha resultado ser del todo cierto. Personalmente creo que hay un público para todo y que cada quién es libre de decidir lo que prefiere ver. Lo cierto es que también hay más oferta de entretenimiento de calidad – y lo que estamos tratando de hace con Boardwalk Empire es precisamente eso – en la televisión hoy en día; hay series de todo tipo, para todo tipo de público. Están historias de época, como ésta o como Mad Men (que personalmente me encanta) o series que tocan temas políticos como House of Cards o Homeland, o series completamente fantásticas, o comedias como Enlightened, con Laura Dern, que me parece estupenda o Shameless… hay de todo para todos y creo que eso es bueno, porque permite una más amplia libertad de elección. Nosotros buscamos hacer nuestro mejor trabajo y que el público así lo vea y nos ha favorecido. No podría estar más contento con el resultado.

Una serie implica un compromiso a largo plazo. ¿Esto afecta en algún modo tus proyectos en cine o en teatro?
Para nada. Es verdad que toma más tiempo y es más absorbente, pero si no fuera algo tan satisfactorio, no lo haría. Nucky es un personaje muy rico en matices y es un placer poder interpretar algo así, porque no llegan papeles así todos los días. Por otro lado, tenemos la flexibilidad de tiempo para poder hacer cosas en cine, que no toma tanto tiempo y compaginar ambas cosas. Esa es la vida del actor, ¿sabes? Eres un itinerante y vas de un foro a otro, de un escenario a otro, porque ahí están las dos cosas: el sustento, el pan que te ganas y de lo que vives, y también la pasión por hacerlo. De eso se trata ser actor. De trabajar donde esté lo que más amas hacer.



Nedstat Basic - Web site estadísticas gratuito El contador para sitios web particulares